DESTACADO

Si hay un calificativo del que se abusa en el fútbol es el de “histórico”, demasiados derbys, finales Champions y demás torneos en el que se usa ese apelativo para definirlos o resaltarlos y lo realmente histórico, desgraciadamente histórico, como el protagonismo de las mujeres en el Mundial 2022 pasa desapercibido.

La periodista deportiva Alicia Arévalo se ha convertido en la primera mujer en narrar un partido del Mundial, el Croacia - Bélgica, un hito en TVE, aun cuando supone un avance, su elección no ha sido una decisión editorial de la sección de deportes, sino una propuesta del Consejo de Administración, que lo ha decidido con seis votos a favor y tres abstenciones del PP, la comentarista ha declarado ser consciente de "la gran responsabilidad que supone este reto” y espera que su trabajo sirva para que "pronto sean muchas las voces femeninas que narren partidos de fútbol". El pasado mes de marzo, protagonizó otro hito, acompañada de la entrenadora y piloto Patricia Campos, ponía voz al primer partido comentado por dos mujeres en la tele pública.

La FIFA designó a mujeres arbitras para este Mundial, quizá para acallar las múltiples críticas sobre la elección de Qatar, un país donde se vulneran todos los derechos humanos y laborales de la mayor parte de la población, especialmente las mujeres, y por primera vez, en el partido Costa Rica-Alemania, la colegiada  Stéphanie Frappart ejerció como jueza principal en un partido de Mundial masculino junto a sus asistentas Neuza Back y Karen Díaz. Han participado seis mujeres, todas sumamente preparadas y experimentadas, tres árbitros y tres linieres. Aun así, su representación sigue siendo ínfima, solo representarán un 7 % del total del equipo arbitral.

Las otras colegiadas participantes fueron Yoshimi Yamashita, Kathryn Nesbitt y la ruandesa Salima Mukansanga, “Es la mayor competición del mundo, y las mujeres están aquí porque merecen estarlo. Trabajamos duro, luchamos, y por eso estamos aquí”, dijo en una entrevista. “Es una oportunidad para mí, pero también para que otras mujeres jóvenes puedan soñar y llegar más lejos”, añadió. Viendo retransmisiones y tertulias deportivas, con sus niveles de testosterona y desmesurada subjetividad, que se asuma este trabajo como un reto y una responsabilidad, no deja de ser sintomático del modelo en el que vivimos donde el protagonismo lo determina el género, no la preparación ni la capacidad. Hemos visto retransmisiones de los partidos donde todos los comentaristas eran hombres, como si las mujeres futbolistas o árbitras de alto nivel no pudieran hacer ese trabajo.

Esta visibilización del trabajo de las mujeres en el ámbito deportivo, aunque pírrica dado el siglo en el que estamos, contrasta con la poca asistencia, esta vez sí permitida de las mujeres cataríes a los campos de futbol, a pesar de la gran expectación que se había creado por parte de los “ilusionistas”, que incluso afirmaban que la sociedad patriarcal se iba a quebrar por ósmosis al ver a las aficionadas y aficionados mundiales participando del evento deportivo. Fueron muy pocas, aún teniendo en cuenta que las mujeres son menos del 30 % de una población de 2.930.524 en 2021, según el Banco Mundial, aunque no hay ningún informe oficial que explique esta diferencia tan grande, pudiera ser porque en torno al 88 % de la población de Qatar es extranjera, según el Instituto de Política Migratoria (MPI en inglés).

¿Qué pasará con las mujeres en Qatar acabado el Mundial? Que seguirán siendo tuteladas por todos los hombres de su familia y quedaran impunes la vulneración de sus derechos más básicos por parte del estado, igualmente que el colectivo LGTBI y, sobre todo, de la clase obrera migrante que ha muerto por miles en las obras de construcción para el mundial. Que a Qatar, una monarquía dictatorial se la habrá blanqueado, eso sí, a base de un dineral en sobornos, y los pequeños atisbos de supuesta apertura se cerrarán el mismo día que se apaguen los focos de los estadios. ¿Qué pasará con las mujeres que se dedican al deporte en todos sus ámbitos? Que todo lo relacionado con ellas será noticia de cuarta fila, que su profesionalidad no será suficiente para protagonizar eventos deportivos, que se les dará una cuota ínfima de representación que legitime la estructura del gran negocio que es el deporte en el capitalismo. Después de todo, el patriarcado global nos trata como personas de segunda en todos los ámbitos y en todos los países.

Tatiana Delgado

uyl_logo40a.png