En cualquier espacio que reúna a gente luchando por una reivindicación, por pequeña que sea, es recurrente la idea de que el Pueblo, pasa de todo. “Somos cuatro gatos”, “la gente pasa de ésto”, “mira cómo están las cosas y el PP sigue sacando mayoría absoluta”, incluso muchas personas que en un principio tienen predisposición a organizarse, a un nivel pequeño, como una asamblea de barrio o una agrupación estudiantil, pero al fin y al cabo personas con una conciencia suficiente para ver que es necesaria una organización para luchar conjuntamente por esa reivindicación, acaban superadas por esta situación de desidia generalizada y se suman a ese grupo de gente indiferente ante la injusticia y sufrimiento que se ve delante de sus ojos.

Un compañero de una asamblea de trabajadores, despedido por su actividad sindical y que se niega abandonar la lucha por los derechos de sus -por ahora- antiguos compañeros pese a los intentos de su empresa de callarle con dinero, me decía el otro día: a los trabajadores nos han desarmado. Cuando alguno habla en el trabajo, lo despiden; si protesta en la calle, le pegan, multan y detienen; si habla lo que no debe, ahí está su ley para callarle.

Las y los camaradas de la Jeunes pour la Renaissance Communiste en France (JRCF) han realizado una entrevista a Javier Ortega y Alejando Navarro, Responsable Internacional y Político, respectivamente, de la Juventud del Partido Comunista de los Pueblos de España (J-PCPE), que os dejamos en este artículo:

1. En los últimos meses, las noticias españolas han circunnavegado al mundo sobre la "crisis catalana". ¿Cuál es la situación hoy? ¿Cómo interpretaron los jóvenes de diferentes Comunidades Autónomas este evento?

La “crisis catalana” es la crisis del capitalismo español entorno  a la “cuestión nacional”, incapaz de resolver esta problemática al no reconocer el derecho del pueblo catalán a elegir su propio destino. Actualmente, la movilización popular ha disminuido, continúan los principales líderes independentistas en la cárcel y la burguesía nacional catalana no encuentra salida ante la represión ejercida por el estado español. Sin embargo, el aprendizaje por parte de la clase obrera y los sectores populares catalanes son de gran trascendencia, han demostrado con su capacidad de organización, que pueden vencer al estado capitalista.

La música -y el arte en general- no son ajenos al desarrollo de la lucha de clases y de la historia; en ellos se ve un reflejo de cada etapa de la humanidad. Cuando los jóvenes queremos escuchar alguna producción musical de las que podríamos calificar como de calidad, destaca un hecho: la mayoría de grupos que catalogamos como buenos no son de nuestra generación. Si comenzamos a hacer una lista de grandes grupos de los años 60, 70 y 80 la lista es prácticamente interminable; The Beatles, The Doors, Led Zeppelin, Pink Floyd, The Kinks, Queen, David Bowie, The Velvet Underground, Sonic Youth o Iron Maiden. Incluso el producto musical más masivo de la historia es de una calidad bastante alta en comparación a sus equivalentes actuales, como es el caso de Michael Jackson. En España encontramos ejemplos como Triana, Loquillo, Eskorbuto, Medina Azahara, Camarón, Serrat, Mecano o Mikel Laboa. Nos encontramos ante una amplia variedad de géneros y estilos, y es fácil llegar a la conclusión de que todos son más o menos buenos músicos y con un consumición masiva de su producto. Sin embargo, si intentamos crear una lista parecida con artistas de los años 90 y lo que llevamos de siglo XXI, la tarea se vuelve mucho más compleja, especialmente compleja cuanto más nos acercamos a la era presente. ¿Hemos perdido los millennials la capacidad de hacer buena música? La respuesta está como siempre en el desarrollo de los medios de producción.

Iniciamos esta sección en la que esperamos ser de ayuda para los jóvenes trabajadores que están entrando en el mundo laboral. Vamos con un tema candente, los contratos temporales. Si eres joven y trabajas estoy casi seguro de que tu contrato será temporal (a la par de cobrar una mierda de sueldo, hacer más horas que un reloj y aguantar a algún capullo de jefe, pero esto lo dejamos para futuros números). Al grano, seguramente no te habrás planteado si tu contrato es legal o no. Lo más probable es que esté en fraude de ley y uno de los motivos por los que lo podría estar te lo contamos hoy. Según el artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores se podrán celebrar contratos temporales cuando:

  • Se trate de un contrato por obra o servicio, es decir cuando en contrato sea para realizar un trabajo concreto y determinado, como, por ejemplo, contratar temporalmente a un albañil para hacer una reforma. Dentro de una empresa los convenios de sector y de empresa señalarán qué trabajos tienen esta consideración. El límite de estos contratos es de 3 años.

El imperialismo o fase superior del capitalismo, como decía Lenin, configura un mundo caracterizado por la desigualdad económica entre países, donde el grado de explotación de la clase obrera aumenta dramáticamente a todos los niveles, y donde se multiplica el peligro de la guerra generalizada -derivada de la agudización de las contradicciones inter-imperialistas-.

Podríamos definir al imperialismo como un capitalismo parasitario; a la burguesía de los diferentes países no les vale con el saqueo constante de su propia clase obrera y recursos, sino que necesitan ampliar los horizontes de su mercado, un mercado caracterizado por un incremento bestial de las condiciones de esclavitud obrera y el expolio y saqueo de los recursos naturales de estos países. Hoy en día está muy generalizada la idea de la posibilidad de que cualquier capitalista, de cualquier punto del planeta, tenga su centro de producción en un país donde la fuerza de trabajo es barata, fíjense en nuestro querido compatriota Amancio Ortega.

Las contradicciones entre las principales potencias capitalistas se han agudizado exponencialmente en los últimos años, lo que genera un muy alto grado de inestabilidad y grandes peligros para la clase obrera mundial; una agudización más acelerada desde el triunfo de la contrarrevolución en la Unión Soviética.

Pues eso, este Febrero vuelve la Champions League y lo hace cargada de emociones y sobretodo de jugadores con fichas astronómicas, uno de los partidos con más dinero sobre el césped será el Real Madrid – PSG, sin nada que envidiar al Barcelona – Chelsea en el cual también hay mucho dinero en juego. Hablamos de partidos nivelados debido al alto coste de las plantillas, plantillas que en sus respectivas ligas locales contrastan con otros clubes más austeros. Y esto es lo que vende, que es de lo que va realmente este rollo del futbol moderno como hemos comentado en otros artículos, de vender, de tener equipos con todos los cracks y que los buenos jueguen con los buenos y a los equipos pequeños que les den. Y por ahí van las apuestas de la ECA (la asociación de clubes de fútbol), por crear una liga europea con los 20 mejores clubes de Europa que sustituiría a la Champions.

De entrada el cambio de formato es una involución en toda regla, si algo tiene el formato eliminatorio respecto al formato liga es que permite que un equipo pequeño planteando una buena eliminatoria sea capaz de eliminar a un grande (si no que se lo digan a los aficionados del Alcorcón que seguro que recordarán aquella mítica eliminatoria contra el Real Madrid en Copa del Rey). Bien, más allá del cambio de formato, ya vemos como se introducen algunos cambios en la Champions que apuntan a una competición solo para los grandes, por ejemplo el hecho de que las grandes ligas tengan 4 clubes en la máxima competición, esto les reserva a Inglaterra, España, Italia y Alemania 16 plazas, dejando otras 16 para que se maten por ellas el resto de países, si a eso le añadimos que Francia, Rusia y Portugal se aseguran 2 cada uno, tenemos 22 de 32, quedando las 10 restantes a repartir entre el resto del continente. Con el nuevo formato que se jugaría entre semana (como la actual Champions) esto empeoraría, ya que, si hablamos de ligas de 20 equipos, seguramente gran parte de los equipos de las ligas pequeñas ni siquiera tendrían la oportunidad de competir y representar a sus países en esa Superliga.

Una breve revisión a los datos macroestadísticos de 2017. 

Según la prensa al servicio del capital, 2017 ha sido el año en el que se confirma el fin de la crisis económica -no hace falta que se diga para quién ha acabado, ¿verdad?-, y es que ya el año anterior el crecimiento del PIB español superaba el 3%, confirmado durante los tres primeros trimestres de 2017 que se ha situado siempre por encima del 3% (INE, 2017). Pero, como siempre en el actual sistema, las ganancias van siempre a las mismas manos. Y es que, pese a haberse producido un aumento del Producto Interior Bruto Per Cápita, el sueldo medio ha descendido casi un 1% (INE, EPA 2016).

Desde la Secretaría Internacional de la juventud hemos contactado con STAËRCK Gilliatt, Gerente Nacional JRCF, para que nos responda a unas preguntas:

[UyL] En primer lugar, nos gustaría agradecer a la juventud del Renacimiento Comunista de Francia por hacer esta entrevista.

Y agradecemos al movimiento de la Juventud del PCPE por sus preguntas y esperamos que las respuestas aportadas sean claras para los camaradas y lectores españoles.

[UyL] En los últimos años, ha habido grandes manifestaciones y huelgas generales en Francia por medidas antiobreras que el gobierno de Macron ha hecho, ¿cuál es la situación de los jóvenes trabajadores en Francia? ¿Cómo afecta la reforma laboral de Macron a los jóvenes trabajadores franceses?

Hay una serie de temas que son recurrentes en la vida de cualquier joven obrero/a: los estudios, la precariedad, las ganas -y la imposibilidad- de emanciparse y el amor. A este último tema se le va a dedicar el artículo, así como la vinculación de este con la ciencia marxista.

Recurrentemente, desde los diversos polos de la izquierda más “radical”, se ha intentado dar una respuesta a la pregunta “¿Qué es ser comunista?”. Algunos, avergonzados, eluden la pregunta diciendo que ellos no lo son (y no mienten); otros, que tienen las hoces y martillos para decorar con tonos rojos su piso en el barrio bohemio de la gran ciudad, responden con trivialidades como la que en su día dijo Alberto Garzón: “Ser comunista es ser buena persona” -seguro que el policía que desahucia con una sonrisa en el alma y cara seria tras la pantalla del casco, también es una buenísima persona que saluda siempre en el portal-. Una respuesta acorde a esta pregunta requeriría una extensión bastante mayor que la que pueden abarcar un par de frases; no obstante, una síntesis breve podría ser: ser comunista es mantener los ojos abiertos a la realidad del mundo para extraer de él sus leyes fundamentales, contrastar nuestras ideas surgidas de esta realidad con la experiencia que nos proporciona, para luego convertir los ideales en algo real con la certeza de que es posible, entendiendo (a raíz de ello) que todos los aspectos de la vida de una persona son aspectos políticos.

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