Ya ha pasado julio, también conocido en algunos países del norte global como Mes del Orgullo. Entonces, ¿siguen estando los derechos de las personas LGTBI en boca de las grandes empresas e instituciones burguesas? La respuesta, como se podía esperar, es no. Durante junio las principales empresas han cambiado sus logos integrando en ellos la bandera arcoíris que representa al colectivo o haciendo campañas publicitarias con el lema “Love is love” para sacar rédito económico y ofrecer a la sociedad una imagen de apoyo y promoción de la inclusión y los derechos humanos. Una lucha que el resto del año no apoyan o, peor aún, participan y colaboran con movimientos que están abiertamente en contra de las personas que conforman el colectivo LGTBI. Este fenómeno oportunista se concreta en el uso -por parte empresas, gobiernos y otras instituciones- de un discurso neoliberal “LGTBIfriendly” con la única intención de apropiación y de explotación comercial. En ningún momento impulsan medidas dirigidas a la transformación social, garantizan derechos, crean y/o facilitan el acceso a recursos para el bienestar personal y social de este segmento de la clase trabajadora. A pesar de la capacidad del capitalismo de apropiarse de las luchas y de ofrecer unos miserables e insuficientes derechos formales y legales, el alcance real de estos “derechos” dista mucho de una liberación tal y como la concebimos las y los comunistas.

 

La Cumbre de la OTAN, celebrada en Madrid los días 28 y 29 de junio de 2022, ha trazado la nueva estrategia de esta organización criminal para tratar de mantener la hegemonía del imperialismo yanki sobre todo el planeta, haciendo posible el saqueo y el expolio a partir de la ventaja que supone una superioridad armamentista letal mantenida a base de un incremento incesante del gasto militar multimillonario, y del sometimiento de los países asociados que son privados de la más elemental soberanía nacional. El Estado Español es uno de esos socios que acepta sin rechistar el sometimiento a la dictadura de los intereses yankis.

El pueblo canario, en cuanto que formación sociohistórica, es un pueblo tricontinental.

  • Por su origen, bereber, y por su pertenencia geográfica al continente africano, con unas especiales relaciones con el pueblo saharaui, más intensas en las islas de Lanzarote y Fuerteventura, nuestro pueblo es africano.

  • Por el proceso de conquista e integración la sociedad canaria tiene un dominante componente europeo, que se materializa en las relaciones económicas impuestas, en los hechos culturales y en la estructura administrativa del Estado.

Adorno y Horkheimer fueron ampliamente promovidos dentro del mundo capitalista para apuntalar a un izquierda integrada en el sistema, no comunista y contra la amenaza del socialismo realmente existente.

Theodor Adorno y Max Horkheimer

Fundamentos de la industria de la teoría

La teoría crítica de la Escuela de Frankfurt ha sido, junto con la teoría francesa, uno de los productos más populares de la industria de la teoría global. Juntos, sirven como fuente común para muchas de las formas de crítica teórica que marcan tendencia y que actualmente dominan el mercado académico en el mundo capitalista, desde la teoría poscolonial y decolonial hasta la teoría queer, el afropesimismo y más allá. Por lo tanto, la orientación política de la Escuela de Frankfurt ha tenido un efecto fundacional en la intelectualidad occidental globalizada.

Las luminarias de la primera generación del Instituto de Investigación Social, en particular Theodor Adorno y Max Horkheimer, quienes serán el tema central de este ensayo, son figuras destacadas en lo que se conoce como marxismo occidental o cultural. Para quienes estén familiarizados con la reorientación de Jürgen Habermas alejándose del materialismo histórico en la segunda y luego en la tercera generación de la Escuela de Frankfurt, este trabajo inicial a menudo representa una verdadera edad de oro de la teoría crítica, cuando todavía tenía —aunque quizás pasivo o pesimista—algún contenido para la política radical.

Si hay una pizca de verdad en esta supuesta política radical, es solo en la medida en que se compara la primera Escuela de Frankfurt con las generaciones posteriores que remodelaron la teoría crítica como una ideología abiertamente liberal. [1 ] Sin embargo, este punto de comparación está poniendo el listón demasiado bajo, como ocurre siempre que se reduce la política a la política académica. Después de todo, la primera generación de la Escuela de Frankfurt vivió algunos de los enfrentamientos más cataclísmicos en la lucha de clases global del siglo XX, cuando se libraba una verdadera guerra mundial intelectual por el significado y la importancia del comunismo.



Colombia, y las perspectivas que se abren con la victoria electoral de Gustavo Petro y Francia Márquez, necesita un artículo que contextualice y profundice la nueva situación que se abre, lejos de ilusiones y sesgos más o menos preñados de pensamiento mágico e idealismo.

Entender la realidad social, económica y política colombiana no es fácil desde la perspectiva europea. Colombia es un país que en sus 200 años de historia republicana ha vivido inmerso constantemente en conflictos de carácter interno; desde la guerra contra España, el conflicto entre el General Santander y Simón Bolívar, las guerras entre liberales y conservadores, la guerra interna contra diferentes guerrillas comunistas, de izquierdas y étnicas (FARC-EP, ELN, EPL, M-19, Quintín Lame…), los choques entre guerrillas, el fenómeno del narcotráfico, el paramilitarismo, los conflictos étnicos, los conflictos entre indígenas y campesinos pobres que se veían y ven obligados a ocupar los territorios indígenas, etc.

Todos esto conflictos tienen un actor común, una oligarquía que no ha dudado en ejercer la violencia en sus formas más extremas y brutales. 200 años de guerra y terror contra el pueblo han marcado el carácter de la sociedad colombiana. El poder ejercido por la oligarquía ha sido absoluto, y nunca han dejado margen a ninguna expresión social y política que pudiera disputarles ni un pedacito de su hegemonía. El asesinato del líder liberal Gaitán, de Galán (liberal), Jaime Pardo Leal (Unión Patriótica – Partido Comunista) y Bernardo Jaramillo (Unión Patriótica – Partido Comunista), han frustrado cualquier intento desde posiciones progresistas de obtener la presidencia de la República.

La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos Nancy Pelosi y la provocación a China que ello entraña, solo se puede interpretar como una acción más en la escalada de tensiones que Washington quiere generar en el mundo a fin de sostener su hegemonía global.

La visita perseguía dos objetivos, uno de carácter coyuntural y táctico y el otro estructural y estratégico. El primero pretende dar respuesta y solventar la desesperada situación del partido demócrata de cara a las elecciones parlamentarias de noviembre y su proyección a las presidenciales de 2024 en las que pareciera que el partido de Biden y Pelosi perderá el control del Congreso de Estados Unidos primero y de la Casa Blanca después si todo se mantiene como está hasta ahora, cuando el descrédito del presidente es el más alto para alguien de su investidura desde el fin de la segunda guerra mundial.

Biden y Pelosi, dos octogenarios que ya están “jugando los descuentos” en su vida política, En esa condición, cuando ya no tienen nada que perder, están asumiendo el “sacrificio” para intentar preservar al partido demócrata del desprestigio en que está inmerso bajo su liderazgo, después de haber estado en el pináculo de la gloria durante la “era Obama”.

Encarar el aspecto estructural es más complejo. El retroceso económico de Estados Unidos que se extiende a lo largo de los últimos años 40 años, es mucho más difícil de revertir y tal vez nunca pueda hacerse. Hasta ahora, la maquinita de producir dólares que Washington posee en exclusiva, su indudable poderío militar y el dominio sin parangón del complejo cultural mediático que manejan a placer, le permite soslayar la crisis, o al menos ocultarla a la vista de la opinión pública. Sin embargo, la pandemia primero y la guerra en Ucrania ahora, han exhibido las falencias de un sistema que no fue capaz ni siquiera de proteger a sus ciudadanos ni defenderlos de los males que aquejan al planeta.

Hablar de este personaje sin ver la evolución del eurocomunismo es poco científico. De cómo la hija de un sindicalista de CC.00. llega a aplaudir a la OTAN, a los demócratas norteamericanos y casi a morrearse con la derecha representada por Mascota Sánchez, es la viva representación evolutiva del eurocomunismo.

La susodicha, la amada lideresa de la burguesía más pijo progre del país, ondea banderas de todos los colores, se ampara en su progresismo y en ser mujer, olvidando las luchas obreras y las feministas. Nada le importa a señora tan preparada y tan bien vestida.

Sus relaciones sociales la acercan al jefe de los empresarios, a la OTAN y a la administración norteamericana.

Nuestra particular Cyrana de Bergerac (por su abultada napia más que por su capacidad para crear poesía…y sí, lo escribimos porque le duele seguro más que si la llamamos anticomunista) se ha despachado con noticias que ponen en alerta hasta a la patronal. Repasemos algunas:

  1. La no reforma laboral, que premia los contratos indefinidos a cambio de rebajar las indemnizaciones por despido. Menos es más o cualquiera de las otras frases que nos regaló el genio de la comedia Sr. Rajoy.

  2. Sus aplausos a Zelenski: ¿Con qué cara irá a otros parlamentos donde gentes, supuestamente menos progresista, no han aplaudido al neonazi?

El pasado jueves 14 de julio, el Congreso ha aprobado la ley de Memoria Democrática con la que el Estado burgués se proponía actualizar la ley de Memoria Histórica aprobada en 2007. La reacción de la extrema derecha no se ha hecho esperar: tras la promesa de Feijóo de derogarla si gana las elecciones, la Falange mostró su apoyo con una movilización frente al Congreso contando, por supuesto, con la complicidad de la policía. Sin embargo, a pesar de que la socialdemocracia presume de su moderación y justicia, desde el PCPE solo vemos un nuevo intento por maquillar el régimen fascista.

Lo primero que hay que destacar es la continuidad de la ley de Amnistía de 1977, que sirvió para proteger a los criminales del franquismo y evitar la reparación a las víctimas del terrorismo de Estado. En esta misma línea, aunque la ley considera ilegal el Estado fascista, así como las condenas de todos sus tribunales, no recoge explícitamente la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la dictadura.

Otro punto destacable es la constitución de una comisión que investigará los crímenes entre 1978 y 1983 que, entre otros asuntos, podría dedicarse a los asesinatos y las torturas llevados a cabo por los GAL. Sin embargo, las víctimas de este período no podrán ser consideradas víctimas del franquismo, lo que demuestra, una vez más, que el gobierno de coalición (PSOE-UP-PCE) no entiende (o no quiere entender) que el fascismo siguió integrado en las instituciones del Estado después de 1978 y continúa hasta ahora.

 DECLARACIÓN DEL COMITÉ EJECUTIVO DEL PCPE

Los episodios concatenados en los últimos meses por el imperialismo norteamericano están alcanzando un vértigo cuyo desenlace resulta inesperado por el desquiciado comportamiento que expresa sus permanentes dinámicas belicistas y criminales.

Algunos análisis sobre la acción militar de Rusia en Ucrania, advertían que, sobrepasado este frente, el objetivo era la República Popular China. Impedido el avance del imperialismo por la legítima Operación militar rusa, la acción va directa al corazón del propósito.

La provocación de Nancy Pelosy, Presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, visitando oficialmente el territorio de Taiwán con un avión militar, incide en la guerra como única vía de los EE.UU y la OTAN para sostener su decadente hegemonía económica, política y militar.

Taiwán es el refugio de los anticomunistas del Kuomitang que encontraron en la isla el lugar donde establecerse con el amparo y protección norteamericana. La política del Partido Comunista de China con respecto a Taiwán se ha basado en el diálogo y en la solución pacífica para recuperar la total soberanía territorial del estado chino. Pero las constantes tensiones y provocaciones que se están produciendo por parte de los EE.UU, actúan como acicates que convierten a la guerra en el instrumento dominante en las relaciones internacionales.

Si tenemos a la equidad como una variable insoslayable en ese empeño, tendremos mayores probabilidades de éxito en esa imprescindible lucha contra la pobreza

 

La equidad en el socialismo cubano es el punto de partida para cualquier decisión. Foto: Ariel Cecilio Lemus

Hay muchas variables a la hora de hablar sobre la pobreza. Es imposible hacer un examen serio sobre este fenómeno sin abordar su carácter multidimensional, que va más allá de lo estrictamente financiero: no se puede medir la pobreza exclusivamente por cuánto dinero se tiene (o no). Hay condiciones de vida, oportunidades de superación, posibilidades de acceso a la cultura o a la recreación que complementan el análisis. También está, por supuesto, el contexto: no es lo mismo «ser pobre» en Europa que en América Latina.

En Cuba, tras el triunfo revolucionario, hubo un parteaguas en lo que a lucha por la erradicación de la pobreza se refiere. Cientos de miles de personas que vivían en la más absoluta miseria tuvieron por primera vez la oportunidad de vencer el analfabetismo, estudiar una carrera universitaria, asistir con carácter regular a espectáculos artísticos y deportivos. Muchos mejoraron sus condiciones de vida, aunque la guerra económica contra el país, los lógicos errores cometidos en el inexplorado camino socialista y los vaivenes de la economía global impidieron que ese bienestar material estuviera a la altura de lo que en un momento se pensó para el país.

Sin embargo, las precariedades que conspiraban contra la sociedad en pleno (dígase apagones, desabastecimiento, etc.) no erosionaban la moral pública de forma ostensible, en tanto existía una igualdad social en la que la inmensa mayoría gozaba y sufría, respectivamente, con los mismos beneficios y pesares. El equitativo reparto de la riqueza era un estandarte para la lucha ideológica a favor del proyecto socialista: puede que no nos sobre el pan, pero hay justicia social.

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