Odio, miedo y orden para la inmovilidad.

 

No hay que esperar a que la burguesía se asuste para que se muestre nazi-fascista. La ideología de la clase dominante posee, de nacimiento, filigranas de odio empapadas en miedo de clase, que trabajan sistemáticamente en todo el espectro, objetivo y subjetivo, de sus dominios.

Actúan permanentemente, en una calle oscura, en un semáforo, cuando se acerca alguien que no usa ropa aceptable, cuando el color de la piel no es como debería ser, cuando se habla distinto, cuando huele a pobreza, cuando la propiedad privada se ve amenazada.

Ahí está el odio-miedo disfrazado de rejas, en puertas y ventanas, disfrazadas de perros guardianes, de guardaespaldas y vigilancia zonal humana o con cámaras. Ahí está el odio que le da sentido a sus policías, ejércitos, leyes y políticos asalariados para cuidarle a la burguesía todos sus bienes y sus males. El sentido burgués del odio.

Terrorismo de la dictadura del capital

En 2021 al menos 4.404 personas murieron intentando llegar a España. Doce vidas perdidas cada día, en su fuga desde las costas africanas.

Esta cifra es la que se puede dar con datos corroborados, facilitados por la organización Caminando Fronteras. Pero nadie niega que la cifra real es bastante mayor.

El Gobierno más progresista de la historia” no ha emitido ni una sola palabra ante este dato aterrador, y no modifica un ápice la Ley de Extranjería. Pedro Sánchez aplica la ley y no le tiembla el pulso. Terrorismo de la dictadura del capital, no tiene otro nombre.

Las migraciones desde las costas africanas son consecuencia directa del colonialismo anterior y del imperialismo actual. Las potencias europeas se han repartido África a su conveniencia, especialmente desde el siglo XIX, para robar todas sus riquezas. En Berlín, con un tiralíneas, trazaron las fronteras.

 

Versa desde el final de la II Guerra Mundial la disposición de las potencias imperialistas para erradicar cualquier atisbo que cuestione el sacrosanto “orden establecido”; es un instrumento que se pone a disposición de los aparatos represivos y, consecuentemente, forman parte de las políticas de seguridad de los estados y del sistema capitalista.

A partir de aquí todo vale, incluso, el asesinato de niños y niñas; práctica de la que no se desprende, cuando es necesario, el ejército de ocupación de la entidad sionista de Israel para mostrar su naturaleza terrorista. Es, precisamente, el terror el fundamento de la represión que se emplea para provocar una actitud de pasividad ante la injusticia que se padece.

El cinismo es parte consustancial del relato y comunicación de los voceros de la represión. Identificado en la acepción usual del término, se emplea como argumentario para negar la verdad. El desprecio de los receptores de las informaciones es otro de los componentes del discurso.

Reproducimos la reciente declaración del SG del PCFR, por los interesantes datos que aporta sobre la situación sociopolítica y económica de Kazajistán, que ayudan a tener una visión más clara de la realidad material del conflicto. Nuestro análisis y posición al respecto pueden conocerla de forma más elaborada en el artículo "El conflicto kazajo" publicado recientemente por UyL (El conflicto Kazajo).

Kazajstán vive días muy duros. El descontento que se acumulaba durante largo tiempo se tradujo en temerosas acciones de descontento masivo y protestas.

Todo movimiento amplio contiene diferentes componentes. Los acontecimientos en Kazajstán contienen elementos del descontento social, de la actividad de la “quinta columna», y la acción de los grupos terroristas. En este caso, la “quinta columna” incluye a los extremistas adeptos del islamismo radical. Y las numerosas organizaciones sin fines de lucro alimentadas por Occidente. Así como a algunos representantes de los órganos de fuerza que buscan ventajas en las aguas turbias de la inestabilidad. Y a los clanes oligárquicos que están dispuestos a utilizar las protestas masivas en la lucha por el reparto del poder.

Con el 55 % de votos favorables, Gabriel Boric ha sido elegido presidente de Chile. La segunda vuelta electoral se resolvía entre un candidato de la extrema derecha, José Antonio Kast, abiertamente favorable al dictador Pinochet y descendiente de un militante nazi emigrado a Chile después de la Segunda Guerra Mundial; y un joven candidato proveniente del movimiento estudiantil y calificado como de extrema izquierda, antisistema y hasta de comunista.

Boric, de apenas 35 años, es el presidente más joven que ha tenido Chile e inició su carrera política como líder estudiantil, siendo presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Chile el 2011 y, apenas 2 años después, fue elegido diputado. En marzo de 2021 fue proclamado candidato a la presidencia por parte del partido Convergencia Social, parte del Frente Amplio, venciendo en las primarias de julio al candidato del Partido Comunista Chileno, Daniel Jadue.

El conflicto que se mantiene entre Ucrania y Rusia adquiere las características de un conflicto enquistado y permanente, que se mantiene latente hasta que algunos de los intereses que subyacen tras él activan el mismo, adquiriendo entonces un aspecto militar y de elevada tensión política. El apoyo del imperialismo, tanto europeo como norteamericano, al proceso nacionalista en Ucrania aseguró para estos intereses imperialistas, la constitución de un Estado que sirve perfectamente al interés estadounidense en mantener la tensión bélica en la frontera con Rusia y en la vertiente más oriental de la frontera otánica. Así, de esta manera, EE.UU. Se asegura activar, en función de sus intereses hegemónica y expansionista, una política militarista en la que Ucrania juega un papel de primer orden para justificar los gastos militares y las amenazas a Rusia y al bloque aliado a ésta como en el caso de Bielorusia.

 La mentira, la manipulación y el engaño movilizan al colonizado cultural, cuya máxima ambición es vivir en los grandes centros consumistas del imperio

La industria cultural estadounidense desempeña un papel sustancial en la reproducción simbólica del capitalismo y, por tanto, en su sostenimiento como sistema, garantizando el triunfo de los estereotipos, formas superiores de la ideología.

La gran fábrica del «entretenimiento», la industria del espectáculo frívolo que reproduce estrellas y celebridades sin esencia, sin alma, es la matriz del esclavo asumido, que pulula en las urbes superpobladas y cada vez más violentas del capitalismo.

El producto cultural estadounidense y sus sucedáneos científicamente elaborados nos causan placer, nos entretienen y descomplejizan los procesos de pensamiento y análisis de la realidad.

 

Una permanente catástrofe se cierne sobre el pueblo palestino desde que se consolidó la trama imperialista en la zona para subvertir la soberanía que le correspondía por su ancestral asentamiento en el territorio comprendido entre el Mediterráneo y el Jordán.

La Historia del pueblo palestino está plagada de solidaridad internacionalista, por un lado (Cuba como ejemplo); pero también de traición: traición a las responsabilidades de sus colonialistas ocupantes (Inglaterra y Francia) y también traición de la burguesía palestina, que se ha vendido al mejor postor imperialista por “un plato de lentejas”.

El desmembramiento del imperio otomano, propiciado también por sus contradicciones inherentes a su naturaleza, había ido gestando unas alianzas con la pretensión de conquistar la hegemonía en una parcela donde también se libraba la lucha por el control de materias primas, indispensables para la obtención de la tasa de ganancia del capital.

Es posible recurrir a ejemplos diferentes -hay muchas opciones-, si se quiere explicar esto de las personas “refugiadas”. Elijo el caso de Libia, porque me parece particularmente elocuente.

La Libia de Muamar el Gadafi fue destruida por una guerra brutal, desatada por el imperialismo en el año 2011, con la participación de España. Ese episodio fue uno de los antecedentes de lo que hoy se conoce como “guerra híbrida”. Una modalidad que es combinación de manipulación mediática, servicios de espionaje, y agresión militar directa. El objetivo es convertir al país agredido en un “Estado fallido”. Antes de esa guerra inventada, Libia tenía unos índices de desarrollo social de los más altos de toda África. La riqueza petrolera facilitaba unas condiciones de vida muy ventajosas para su población, que recurría a trabajadores migrantes para la realización de las tareas laborales más duras. La agresión de la OTAN destruyó Libia, empleando para ello a sus agentes internos como títeres, así como abundantes recursos militares, con armamento de la máxima letalidad.

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