El pasado  15 de febrero, se celebró en el Juzgado de lo Penal número 31 de Madrid, un juicio contra el coordinador de CubaInformación, el compañero José Manzaneda, y la asociación de solidaridad Euskadi -Cuba.

La organización contrarrevolucionaria Prisioners Defenders pedía 6 años de prisión, 50.000 y  20.000 euros para cada uno de los acusados, basándose en los delitos  de injurias, mentiras y delito de odio.

Participando en la concentración y posterior desarrollo del juicio, acompañaron  a  José Manzaneda y  Euskadi -Cuba los camaradas Víctor Lucas y Teresa Pantoja, que en nombre del Partido les transmitieron nuestra solidaridad. 

Cerca de un centenar de personas llenaron de solidaridad la sala en la que se juzgaba a los compañeros.

La acusación se basaba en un artículo que se publicó por CubaInformación en el año 2020: “Crear una crisis sanitaria en Cuba, objetivo de la guerra contra su cooperación médica” y en el cual se defendían las misiones médicas de Cuba, contingente Henry Reeve,  frente a la publicación de Prisioners Defenders, que calificaba de esclavos a los y las médicas que salían fuera de Cuba para participar en misiones médicas. CubaInformación afirmaba en ese artículo que había una guerra contra Cuba y en ese momento, todos los que trabajaban con recursos para recrudecer el bloqueo,  eran criminales de guerra.

El PCPE coincide en la calificación de guerra contra Cuba que denunciaba el medio CubaInformación, y que en la actualidad se mantiene, alimenta y subvenciona por sujetos contrarrevolucionarios, cuyo objetivo es que el bloqueo tenga más impacto en la población. En los años de pandemia se negó a Cuba el oxígeno, respiradores y elementos médicos para combatir la COVID-19.

Hay pocas dudas con respecto a las autorías de los proyectos de agresión mediática y de otras formas, que apoyan y fomentan el criminal bloqueo económico, financiero y comercial contra Cuba Socialista.

Al cierre de esta edición se recibe el veredicto, que absuelve al coordinador de CubaInformación José Manzaneda y a la organización Euskadi- Cuba de los tres delitos que les acusaba Prisioners Defenders; condenando además a esta organización contrarrevolucionaria al pago de una parte de las costas, por su temeridad y mala fe al mantener la acusación contra la asociación.

Nuestra más sincera enhorabuena a los compañeros acusados por una organización fascista, que escondía las verdaderas intenciones políticas en falsas acusaciones.

Teresa Pantoja

El 7 de octubre del 2023, la resistencia palestina, en una acción audaz y sorpresiva, ataca en el interior de la entidad sionista de Israel toda una serie de instalaciones militares, cuarteles y sedes del Mossad, incautándose de documentación secreta de este último organismo.

Esta acción puso en evidencia la vulnerabilidad de la entidad sionista, mostrando que tras la fachada de fortaleza indestructible, Israel es un gigante con pies de barro.

A raíz de estos hechos, los medios de información oficiales, sumisos a los dictados del imperialismo norteamericano y su apéndice, la entidad sionista de Israel, nos están presentando una versión totalmente adulterada y tergiversada de lo que verdaderamente está aconteciendo.

Hay que tener en cuenta que estos medios no son neutrales, imparciales e independientes; son la voz de sus amos y sus amos son las grandes multinacionales, los monopolios, el gran capital; en definitiva, la oligarquía, la clase social dominante que detenta el poder económico y en consecuencia el poder político. Utilizan estos medios como instrumento para ejercer el poder ideológico, presentan una versión de los hechos y tratan de condicionar a la opinión pública, creando una corriente de opinión favorable a sus intereses de clase, con el fin de perpetuarse como clase social dominante. Puede decirse que estos medios están haciendo buena la frase del que fue ministro de propaganda de la Alemania nazi, Joseph Goebbels: “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.

Estos medios ocultan conscientemente los actos de barbarie, matanzas, y en definitiva, el genocidio que el ejército de Israel está cometiendo contra el pueblo palestino, recurriendo a la acción del 7 de octubre y mintiendo descaradamente sobre lo verdaderamente acontecido dicho día, para justificar el posterior genocidio israelí.

Paralelo a estos medios, mencionados anteriormente, hay un plantel de periodistas y reporteros independientes, buena parte de ellos y ellas establecidos en los territorios de Gaza y Cisjordania, que tratan de dar a conocer a la opinión pública la verdad del régimen de terror y la catástrofe humanitaria de la que es portadora el sionismo y su ejército, en los territorios de Palestina.

Los Leopard, uno de los muchos materiales con los que la OTAN riega a Ucrania para alargar la guerra

 

La guerra que la OTAN mantiene contra Rusia en Ucrania cumple dos años en su fase actual; si bien sus inicios se remontan 8 años atrás más: desde que en 2014 el pueblo del Donbass fue atacado por el gobierno golpista surgido del Maidán, ante su negativa a someterse bajo ese régimen ultraderechista e ilegítimo.

En todos estos años, está clara la actuación criminal de la OTAN, brazo militar del imperialismo: acosar, amenazar, agredir y tratar de someter a una Rusia que, con sus importantes recursos naturales y su capacidad militar, es socia estratégica de una China en auge. Ya incluso lo explicitó la OTAN en su cumbre de Madrid en junio de 2022: Rusia en la diana inmediata, China como enemiga a medio-largo plazo.

En todas las guerras es siempre difícil obtener información veraz acerca de su evolución real; más aún viviendo bajo un Estado involucrado en la agresión imperialista. Nos aplican la propaganda bélica y la censura de muchas maneras; a veces más elaboradas, a veces más evidentes (¡libertad para Pablo González!).

Así y sin ser expertos/as en temas militares, es complicado pronosticar al detalle la evolución futura de la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania. No obstante, en el momento de escribir estas líneas, parece confirmado que el ejército ruso ha logrado expulsar a las tropas ukronazis de Adveedka, liberando una de las ciudades más importantes del Donbass que seguían bajo control del régimen de Zelenski. También es evidente que la tan cacareada 'contraofensiva' de Kiev ha fracasado por completo, convirtiéndose en una auténtica picadora gigante de carne para muchos soldados ucranianos, algunos/as hombres y mujeres jóvenes obreros/as reclutados a la fuerza, contra su propia voluntad. Porque aún hay una cierta parte de la sociedad ucraniana que se resiste a ser carne de cañón para intereses ajenos: los de la OTAN y el imperialismo.

Pedro Sánchez, Úrsula von der Leyen y la sombra de Sankara 

En estos últimos meses llegan miles de migrantes desde África a Canarias, personas que se juegan la vida en embarcaciones precarias en busca de una vida mejor, más allá de sus países de origen. En muchos casos son niños enviados por sus padres, como estrategia para sortear los férreos controles de la frontera de la UE. En 2023 llegaron 40.000 personas por esta vía de la desesperación absoluta. Al menos 6.000 se dejaron la vida en el intento. Los gobiernos europeos no los lloran, los desprecian.

El gobierno socialdemócrata pretende que ha resuelto algo en esta materia con los sátrapas marroquíes, traicionando al pueblo saharaui, y suma a ello el control policial español (Guardia Civil y Frontex) en las aguas en Senegal, en lo que es una descarada invasión de su soberanía.

Ahora el turno de la siguiente satrapía le toca a Mauritania, donde Pedro Sánchez, de mano de la UE, decide “intervenir”.

Los titulares de los medios mercenarios destacan “una lluvia de millones” para ayudar a Mauritania. "Resolver los problemas en origen", dicen.

Mauritania es un país con el doble de superficie que España y con 750 km de litoral. Tiene muy escasa población, cinco millones de habitantes. Una pobreza extrema y una parte de su población negra en régimen de esclavitud, sometida al despotismo de la población árabe, minoritaria en el país.

Sánchez, además, tiene que gestionar las consecuencias que para Mauritania tiene su traición al pueblo saharaui, al haber trasladado la frontera de Marruecos hasta cerca del Trópico de Cáncer. Y eso a la población mauritana le importa y mucho. No les ha acercado un buen vecino precisamente, pues las ambiciones expansionistas de éste quedan ahora a las puertas de su país. 

No se trata de ninguna película distópica en la que los Estados Unidos se descomponen en repúblicas después de una cruenta guerra civil. Los fenómenos políticos y sociales enfrentados al poder federal de Washington son algo recurrente, que, en lo mediático, de vez en cuando asoman en los titulares.

El ejemplo más conocido son las milicias “libertarias”, pequeños ejércitos amparados en la libertad de posesión de armas que, abiertamente, manifiestan su oposición al gobierno federal. Grupos formados por neonazis, cristianos y conspiranoicos de diverso pelaje, consideran que el gobierno federal ataca las esencias fundacionales americanas, es decir la libertad (de empresa, claro) y la superioridad blanca anglosajona y protestante.

Últimamente se ha dado a conocer la existencia de un movimiento independentista en el Estado de Texas, un movimiento latente que lleva décadas trabajando y que en los últimos meses ha tomado impulso a partir de la decisión del gobierno federal de desmontar la alambrada instalada en la frontera con México por el gobierno estatal. El Movimiento Nacionalista Texano ya ha conseguido reunir más de 600.000 firmas que apoyan la proclamación de un Estado independiente en Texas.

Como podemos ver no se trata de ningún movimiento de liberación nacional, ni de ningún movimiento que pretenda volver a formar parte de los Estados Unidos Mexicanos. Al contrario, su argumentario, al igual que el de los llamados “libertarios” es que el gobierno federal ha abandonado las esencias fundacionales, y acusan a Biden, Obama y los Clinton de comunistas, de enemigos de la libertad y de la propiedad.

Hay que levantar un muro contra los chicanos, si no lo hace Washington, lo haremos nosotros solos. Tenemos derechos a armarnos para proteger nuestras propiedades, y ningún burócrata de Washington nos lo impedirá.

A principios del siglo XIX el canciller austriaco von Metternich había propuesto la necesidad de instaurar un Concierto Europeo supranacional, por encima de los intereses de cada Estado, como método de defensa común contra las revoluciones. Las diferencias entre el Viejo Orden y el Nuevo que se iba asentando, lo impedirían en la práctica. Fuera de ello, la idea de una Europa Común ya en el siglo XX en realidad no es europea sino estadounidense. La estrategia de Washington tras la Segunda Guerra Mundial para asegurarse su dominio del mundo capitalista estuvo basada en la apertura de los mercados de trabajo europeos a su capital, y de los mercados en general a sus bienes industriales. Algo en lo que se empeñó muy especialmente y obtuvo de la Alemania vencida, a la que impuso la total apertura de su economía a las mercancías norteamericanas y a su inversión externa directa. Después presionó para una integración de la Europa Occidental a través de tratados que garantizasen la apertura de la economía de cada país a las mercancías de los demás. De esta forma, desde su base alemana, los capitales industriales norteamericanos tendrían a su alcance la totalidad de mercados de la Europa Occidental. Durante cerca de 30 años EE.UU. lideró indiscutiblemente el espacio político y económico unificado en que había convertido al hasta entonces conjunto disperso de potencias capitalistas. Sin embargo, a partir de los años 70 del siglo XX EE.UU., tras desatar la segunda “globalización” (la primera había sido emprendida entre el último cuarto del siglo XIX y el primero del XX), inicia la carrera hacia el liderazgo mundial, rompiendo las reglas del juego con sus antiguos “socios” y financiarizando los entresijos económicos internacionales.

Es por ello que Europa se ve forzada a buscar su reacomodo ante la falta de reglas y el uso de la fuerza militar a conveniencia que presidirán la nueva dinámica hegemónica norteamericana tras la caída del Este.

Hay tres problemas básicos con la CIA: sus objetivos, métodos e irresponsabilidad. Sus objetivos operativos son aquellos que la CIA o el Presidente de los Estados Unidos definen como de interés estadounidense en un momento dado, independientemente del derecho internacional o del derecho estadounidense. Sus métodos son secretos y engañosos. Su irresponsabilidad significa que la CIA y el presidente dirigen la política exterior sin ningún escrutinio público. El Congreso es un felpudo, un espectáculo secundario.

Como dijo recientemente el director de la CIA, Mike Pompeo, sobre su tiempo en la CIA :“Yo era el director de la CIA. Mentimos, engañamos, robamos. Tuvimos cursos de formación completos. Te recuerda la gloria del experimento estadounidense”.

La CIA se creó en 1947 como sucesora de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS). La OSS había desempeñado dos funciones distintas en la Segunda Guerra Mundial: inteligencia y subversión. La CIA asumió ambos roles. Por un lado, la CIA debía proporcionar inteligencia al gobierno de Estados Unidos. Por otro lado, debía subvertir al “enemigo”, es decir, a quien el presidente o la CIA definieran como enemigo, utilizando una amplia gama de medidas: asesinatos, golpes de Estado, disturbios escenificados, armamento de los insurgentes y otros medios.

Es este último papel el que ha resultado devastador para la estabilidad global y el Estado de derecho estadounidense. Es un papel que la CIA continúa desempeñando hoy. En efecto, la agencia es un ejército secreto de Estados Unidos, capaz de crear caos en todo el mundo sin responsabilidad alguna.

Cuando el presidente Dwight Eisenhower decidió que la estrella política en ascenso de África, el elegido democráticamente Patrice Lumumba de Zaire (ahora República Democrática del Congo), era el “enemigo”, la CIA conspiró en su asesinato en 1961, socavando así las esperanzas democráticas para África. Difícilmente sería el último presidente africano derribado por la CIA.

El Esequibo es una región administrada por la República Cooperativa de Guyana, pero reclamada históricamente por la ya extinta República de Venezuela y la actual República Bolivariana de Venezuela. La disputa se remonta a 1777, cuando Esequibo estaba todavía en manos del Imperio español formando parte de la Capitanía General de Venezuela, creada ese mismo año. En 1811 la República de Venezuela se independizó y Esequibo, originalmente, se había quedado dentro de sus fronteras. Ya en estas fechas el problema se presenta complejo, ya que aunque Esequibo formaba parte de iure del Imperio español, lo cierto es que de facto formaba parte de la Guyana Neerlandesa.

El territorio de la actual Guyana en 1796 estaba repartido entre Gran Bretaña y Holanda. Esta llevaba asentada desde el siglo XVI y aquella se había sentido atraída por sus posibilidades económicas. Al no poder competir con el ejército británico, ambas potencias coloniales firman el Tratado Anglo-Neerlandés en 1814, en el cual Gran Bretaña quedaría como administradora de una parte del territorio de Guyana no definido. No fue hasta 1840 cuando el explorador Robert Schomburgk, enviado por Reino Unido, delimitó los nuevos territorios británicos, eso sí, añadiendo 80 000 kilómetros más: Esequibo, Demerara y Berbice. Es lo que se conoció como la Línea de Schomburgk.

A lo largo de las siguientes décadas, mientras Esequibo era de iure un territorio venezolano, el Imperio británico se dedicó a plantar minas a pesar de las denuncias de la República de Venezuela. En 1895 Venezuela pidió ayuda a Estados Unidos, que en 1897 firmó con los británicos un tratado para resolver el conflicto en un tribunal internacional. En 1899 tuvo lugar el Laudo Arbitral de París, fallando a favor de Reino Unido, legitimando la Línea Schomburgk y dejando el Esequibo dentro de las fronteras británicas.

El pasado diciembre la brigada que lleva el nombre de nuestro camarada Francisco Rey partió una vez más para Cuba y, nuevamente,  transportó una carga de medicamentos e insumos sanitarios.

El objetivo se ha cumplido: nuevas compañeras y camaradas han conocido la revolución a través de los que luchan diariamente para defenderla, frente al imperialismo, desde la responsabilidad militante.

Hemos conocido de cerca cómo el criminal bloqueo económico, comercial y financiero no deja respiro al pueblo cubano. Cómo el bloqueo se mantiene a pesar de la votación el pasado 2 de Noviembre de 2023,  en la Asamblea General de la ONU, done una abrumadora mayoría 187 países votó en su  contra y solo dos países (EE.UU. e Israel) votaron a favor de mantener el criminal bloqueo. Pocos países se arriesgan a comerciar con Cuba, ya que sufrirán restricciones y penalizaciones  económicas por parte de EE.UU.  

La resolución  insta una vez más a los Estados en los que existen y continúan aplicándose leyes y medidas de ese tipo a que, en el plazo más breve posible y de acuerdo con su ordenamiento jurídico, tomen las medidas necesarias para derogarlas o dejarlas sin efecto.

Según la RAE, un genocidio son actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial, político o de nacionalidad. En 2022, el canciller Bruno Rodríguez declaraba que el bloqueo es un acto de guerra económica en tiempos de paz, pero si hay duda sobre la violencia del bloqueo en su declaración, dejan claro que su objetivo es crear carencias, hambre y necesidades hasta que renuncien a la revolución. Sin ninguna duda, podemos afirmar que Cuba es víctima de un genocidio por parte del imperialismo estadounidense.

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