Para quienes todavía no se han enterado.

Se acabaron, definitivamente, las poses justificativas, también la comodidad y la relajación, los postmodernismos y las etiquetas de colorines. La autocomplacencia ya no tiene ningún espacio en el combate que se nos presenta. Tampoco el llanto que nos ha roto. En las plazas no hay que levantar las manos, hay que levantar barricadas y cavar trincheras.

Un año de genocidio extremo ha impulsado una extraordinaria ola de solidaridad mundial con el pueblo palestino. Los sionistas son hoy los seres más despreciables y más despreciados en todo el planeta, sádicos, amorales, asesinos, torturadores, violadores y criminales de guerra. Esa es nuestra primera base material para la nueva tarea que enfrentamos.

El capital es insaciable y exige más sangre, más barbarie, más sufrimiento, más destrucción

No hay escapatoria. La persecución se extiende por todo el planeta, por el ciberespacio, todo espiado y videovigilado en tiempo real, con la ayuda con la IA, por si fuera poco.

El capital se queda sin futuro si no asesina, bombardea y destruye cada día. Y desatando toda esa barbarie tampoco tiene futuro. Por eso al capital no le queda otra opción que la destrucción total de todo lo humano, todo lo inteligente, todo lo racional.

Si quieres escapar no puedes. Pero es que no puedes siquiera pensar en escapar.

Este es el capitalismo realmente existente. Y solo tienes dos opciones: lo destruyes o te sometes.

Elige. ¿Ya lo tienes claro? Espero que hayas elegido destruirlo. Porque en caso contrario quien será objeto de destrucción inmediata eres tú.

No te hagas ilusiones, eso sería una estupidez. Que, además, pagarías muy caro.

Las operaciones de la guerra cognitiva promueven y estimulan emociones, pensamientos y estados anímicos de tipo aversivos, que pueden escalar a niveles de alta intensidad

Foto: Caricatura de Moro

La naturaleza de la guerra ha cambiado de forma radical. Puede parecer una afirmación demasiado categórica, pero se trata de una realidad definida por la naturaleza de los conflictos actuales, marcados por el desarrollo vertiginoso de la revolución tecnológica.

Las Operaciones Militares de Apoyo a la Información (miso), dirigidas a influir en las audiencias «enemigas», en sus emociones, conductas y motivaciones, forman parte de esta manera de operar los conflictos. El término, definido por el Pentágono, sustituyó en 2010 a Psyop (Psychological Operation), utilizado desde la Segunda Guerra Mundial.

Según el documento Warfighting 2040, la Guerra Cognitiva (cw), «se basa en el uso de técnicas de desinformación y propaganda dirigidas a agotar sicológicamente a los receptores de información».

Sin embargo, las posibilidades de esta forma de hacer la guerra se amplían cada día, con el avance de las técnicas de información y desinformación; pero, sobre todo, con los progresos de las nbic (Nanotecnología, Biotecnología, Tecnología de la Información y Ciencia Cognitiva).

Ya no se trata de dominar los cinco escenarios principales de la guerra convencional o no convencional (aire, tierra, mar, espacio y ambiente cibernético); ahora el enfrentamiento tiene lugar, además, en el dominio humano; por lo que la victoria dependerá de la capacidad que se tenga para imponer, a una audiencia elegida, un comportamiento deseado.

La acción de Luigi Mangione, por celebrable que les parezca a algunos o execrables a otros, no pasa de ser un estallido de violencia estéril en tanto no despierte y catalice, revolucionariamente, el descontento existente en la sociedad. 

 

La fría mañana del 4 de diciembre del 2024 era asesinado por la espalda en Nueva York, Estados Unidos, Brian Thompson, director ejecutivo de la aseguradora de salud privada UnitedHealthCare, la más grande del país.

Su presunto asesino, posteriormente detenido, es el joven de 26 años Luigi Mangione. En el lugar del asesinato se encontraron casquillos de bala con las inscripciones “negar”, “defender” y “deponer”, presumiblemente asociada con prácticas habituales de las compañías aseguradoras en el sector de la salud.

El hecho activó de inmediato las protestas en un país donde el negocio privado de la salud se convierte cada vez más en una carga insostenible para la media de los ciudadanos. De hecho muchos han empezado a presentar en redes al joven Mangione como un héroe popular, al estilo de los cómics de V for Vendetta: un justiciero solitario que reacciona contra la podredumbre del sistema.

Y es que hay mucha podredumbre, sin dudas, en el negocio de la salud en Estados Unidos, y particularmente en el medio de las aseguradoras. Una reciente encuesta de la Commonwealth Fund, fundación dedicada a la investigación de la salud, arrojó que el 17 por ciento de los encuestados afirmaron que sus aseguradoras les denegaron la cobertura del tratamiento recomendado por sus doctores. Y esto a pesar de que los costos de un seguro médico en Estados Unidos no son precisamente económicos, las primas pueden llegar a unos 25 mil dólares por familia.

A fin de evitarle a las familias la soporífera tarea de soportar el play.back navideño del CEO de la familia Borbón, este año adelantamos sus líneas generales:

  • Todos formamos parte de una gran familia y en estas fechas tan entrañables recordamos a quienes más sufren y, muy especialmente, a las víctimas de la DANA.

  • De la mano de la OTAN, nuestra familia se extiende allende sus sagradas fronteras, defendiendo la paz y la civilización occidental que, como sucediera hace ya 532 años, es sinónimo de nuestra democracia.

  • La Constitución ampara a todos los españoles y nuestro deber es defenderla por encima de todo.

Con estas tres ideas ya lo podéis tener claro y, de verdad, os lo evitáis que vale la pena.

A fin de evitarle a las familias la soporífera tarea de soportar el play.back navideño del CEO de la familia Borbón, este año adelantamos sus líneas generales:

  • Todos formamos parte de una gran familia y en estas fechas tan entrañables recordamos a quienes más sufren y, muy especialmente, a las víctimas de la DANA.

  • De la mano de la OTAN, nuestra familia se extiende allende sus sagradas fronteras, defendiendo la paz y la civilización occidental que, como sucediera hace ya 532 años, es sinónimo de nuestra democracia.

  • La Constitución ampara a todos los españoles y nuestro deber es defenderla por encima de todo.

Con estas tres ideas ya lo podéis tener claro y, de verdad, os lo evitáis que vale la pena.

Descuidad que, ni de lejos, va a denunciar las causas y los responsables de los verdaderos azotes que padecen las grandes masas trabajadoras que cada día ven como es más difícil llegar a final de mes.

Si en números anteriores de este periódico ya exponíamos nuestra profunda preocupación por la grave peligrosidad de las evoluciones militares en la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania, los últimos acontecimientos son incluso unas cuantas zancadas más, a todo correr, hacia el mismísimo borde de un abismo terrible.

Al momento de escribir estas líneas, Ucrania había lanzado un ataque con misiles de largo alcance contra la región rusa de Briansk, situada ya bien en el interior del país: prácticamente a medio camino entre Kiev y Moscú. Con misiles ATACMS; es decir, de fabricación estadounidense.

Pero este bombardeo no es ningún hecho aislado, sino que se suma a la invasión de territorio ruso en Kursk, también con un claro asesoramiento directo de altos mandos militares otanistas. Ni tampoco es casual cuándo sucede: pocos días después de que EE. UU. haya autorizado al régimen ukronazi a usar sus misiles de largo alcance contra Rusia; mientras que Francia, Alemania y Reino Unido podrían hacer pronto lo mismo. Por si esto fuera poca amenaza contra la integridad y la existencia rusas, en verano EE. UU. ya anunció el despliegue en Alemania de misiles balísticos, también de largo alcance, que aunque por ahora son de tipo ‘convencional’, tienen capacidad técnica para usarse como nucleares.

El imperialismo (del que la OTAN es su brazo armado), en su desesperación por tratar de remontar su tasa de ganancia -fallidamente, dicho sea de paso- e intentando mantener su predominio en lo económico, ha dejado ya muy claro que no duda ni un ápice en recurrir a la vía de la agresión militar abierta (¿nos arrastrarán a una guerra nuclear?) contra quien no se someta a sus dictados, Rusia y China incluidas.

 

En la primera quincena del año 2024 llegaron a Canarias un total de 7.270 migrantes desde el continente. Comparativamente, el año anterior esa cifra fue de 566. Ello supone un incremento del 1.184,5 % (Son datos oficiales de Marlaska).

La mayoría sale de Gambia o Senegal. Peligrosas rutas de más de 1.000 km, en embarcaciones precarias.

En 2023, en esos viajes, perdieron la vida 6.007 personas. Seguramente el número real es mayor. 

Muchos niños son enviados solos. Sus familias buscan desesperadamente salvarlos. En Canarias hay más de seis mil de ellos en la actualidad.

Estos datos valen para introducir el tema.

DOS ASPECTOS DE LAS MIGRACIONES

Mirando las migraciones desde Canarias se constata la miseria moral, total y absoluta, del gobierno Clavijo-Domínguez (CC+PP). Su desprecio por la vida de las personas llegadas a las islas por esta vía no tiene límites. La cuestión se convierte en un comodín para las guerrillas con el Gobierno de Pedro Sánchez, para el regateo de fondos. Especialmente con los menores migrantes, donde este gobierno canalla llegó a aprobar un protocolo que terminaba enviando a esos menores a prisión. Afortunadamente anulado por la instancia judicial superior.

El fascismo rancio trata de prosperar con la manipulación del tema. Sin mucho éxito por ahora debido a la cultura migrante e internacionalista del pueblo canario, pero va avanzando posiciones, con el riesgo de llegar a ser peligroso.

Tenemos que mirar las migraciones también desde el otro lado, desde el continente.

 

Donald Trump bailando en un mitin

Desde hace meses, la prensa burguesa ha ido describiendo el proceso electoral de los Estados Unidos como una lucha de egos y personalidades entre el candidato del Partido Republicano, Donald Trump, y la candidata del Partido Demócrata, Kamala Harris, que acabó sustituyendo a un Joe Biden incapaz de disimular su papel de títere venido a menos. Como es lógico, la prensa de la clase dominante difunde sus propias ideas y, por eso, tiende a presentar realidades dicotómicas que no cuestionan el modelo de producción, que, sin embargo, es la semilla de toda contradicción. La clase obrera, por tanto, debe ser capaz de comprender los intereses de clase detrás de cada propuesta electoral.

La campaña de Kamala Harris ha estado centrada en el derecho al aborto. No es necesario insistir en que este es un derecho fundamental que garantiza que las mujeres puedan decidir sobre su propio cuerpo. La excandidata manifestó en alguna ocasión que firmaría cualquier proyecto de ley al respecto, pero sin definir sus límites. Además, no hay que olvidar que la sanidad en Estados Unidos es, principalmente, privada, por lo que las grandes beneficiadas no serían las mujeres trabajadoras, sino los grandes conglomerados empresariales, los fondos de inversión y los seguros sanitarios. Independientemente de que se reconozca o no el derecho al aborto, el modelo capitalista no es capaz de garantizar a las mujeres su derecho a decidir sobre su proceso de gestación. Asimismo, se ha mostrado favorable a profundizar los derechos del colectivo LGTBI y de las personas inmigrantes.

Quizá, estas propuestas de política interna son las que realmente separan a ambos candidatos. Donald Trump, por su parte, ha centrado su campaña en la promesa de llevar a cabo la deportación más numerosa de inmigrantes de la historia del país, así como construir el tan cacareado muro colindando con la frontera de México que ya había anunciado a finales de su último mandato. Esto, por supuesto, acompañado de una intensificación de la represión a la clase obrera. De hecho, no es casualidad que empresas operadoras de prisiones, como GEO Group o CoreCivic, hayan aumentado casi un 70 % su valor en bolsa tras los resultados del 4 de noviembre. Además, Trump no ha dudado en codearse con los grandes multimillonarios, especialmente Elon Musk, cuya empresa, Tesla, ha aumentado su valor bursátil un 35 %, alcanzando el billón de dólares. De hecho, se especula con que Trump termine liquidando la Junta Nacional de Relaciones Laborales, insuficiente pero único instrumento público de protección de los derechos de la clase obrera.

El martes, 29 de octubre de 2024, las lluvias torrenciales sumieron a la ciudad de Valencia en una tragedia, en el momento de escribir este artículo 217 muertos y 14 desaparecidos, en su mayoría trabajadores y trabajadoras de los barrios más humildes. Esta catástrofe, lejos de ser un desastre natural inevitable, se erige como testimonio de las políticas urbanísticas irresponsables y del modelo capitalista que arrasa con los ecosistemas para engrosar los beneficios de unos pocos.

Las lluvias no deberían haber generado una catástrofe de esta magnitud. Sin embargo, el descontrol urbanístico y la especulación inmobiliaria, alentados por años de complicidad entre gobiernos y grandes constructoras, han eliminado la mayor parte de las zonas de absorción natural del agua. Antiguos parques, huertas y espacios verdes, esenciales para mitigar inundaciones, fueron sustituidos por complejos residenciales y centros comerciales de lujo.

Esto no es un accidente, en un crimen consecuencia directa de la lógica capitalista que prioriza los intereses de la patronal sobre el bienestar de la clase trabajadora. Las poblaciones y los barrios más afectados, eran zonas inundables y antiguas áreas agrícolas o costeras cuyo desarrollo se llevó a cabo sin planificación alguna para manejar fenómenos climáticos extremos.

El propio Instituto Geológico había advertido durante años sobre la falta de sistemas adecuados de drenaje y prevención de inundaciones en la región. Sin embargo, los diferentes gobiernos autonómicos y centrales ignoraron estos informes mientras facilitaban licencias para proyectos especulativos.

 

La foto de la degeneración del reformismo tiene una doble cara: Biden con su degeneración física y mental y Yolanda Díaz como “luchadora” contra Trump y a favor de Biden, al igual que Irene Montero defendiendo a Kamala Harris. Aún son peores los que en aras de una supuesta paz mundial optan por Trump y su nuevo consejero Elon Musk.

Nada peor que estos arribistas, que no llegan ni a troskistas en su degeneración continua.

El apoyo sin disimulos al imperialismo anglo-norteamericano es la muestra más clara del último escalón que le quedaba por bajar al reformismo socialdemócrata. Apoyar sin disimulos al imperialismo o como en el caso de otras fuerzas, supuestamente más a la izquierda, que igualan a China y Rusia con EE.UU. porque “todos son imperialistas”.

El desarrollo de la democracia burguesa ha llevado a tener títeres en todo el mundo, casi ningún país se escapa de tener estos engendros que lejos de suponer una mejora intelectual o de algún tipo (aunque fuera física) sobre los anteriores llevan su inmundicia de todo tipo al pairo del buque que se hunde. Los Scholz, Milei, Meloni, Sánchez, Feijoo y Abascal, Dina Boluarte y hasta el mismísimo Lula, por no hablar de los engendros ingleses que se han sucedido últimamente y cuya única virtud es ver quién dice la burrada más grande. Cortejan a estas huestes los miembros de la Comisión Europea, tales como Von Der Leyen o nuestro pútrido Borrell.

El capitalismo hace aguas por todas partes, solo le quedan la guerra y las amenazas y para este momento de su decadencia, tiene que poner al frente a auténticos idiotas que cumplan las órdenes del capital sin rechistar.

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