Una bandera española al revés, en el podio donde estaba sentado el presidente del Gobierno y anfitrión de la Cumbre de la OTAN, Pedro Sánchez, pudiera haber sido una nota discordante, aunque huele más a humillación hacia los anfitriones. Al parecer se enteraron del hecho cuando el propio Secretario General de la Alianza «pidió disculpas».

 

Foto: BBC

Otra lectura pudiera ser «para qué y por qué dar importancia a la bandera, si eso ha sucedido otras veces y en circunstancias similares». Por ejemplo, durante el encuentro de Pedro Sánchez con el rey de Marruecos, Mohamed VI, el pasado abril, se colocó al revés la bandera de España que acompañó la cena.

De vuelta a lo que sucede en la Cumbre de la guerra, lo más importante ya estaba dicho y, además, «cocinado» por quienes mandan –o mejor decirlo en singular, por quien manda–, es decir Joe Biden, el verdadero jefe de la Alianza.

«Hoy anuncio que EE. UU. mejorará la posición de sus fuerzas en Europa, y responderá al cambiante entorno de seguridad, además de reforzar nuestra seguridad colectiva. A principios de este año hemos enviado 20 000 tropas estadounidenses adicionales a Europa para reforzar a nuestros aliados, en respuesta a la agresiva actuación de Rusia, tras lo que nuestras fuerzas en Europa ascienden a 100 000. Vamos a seguir ajustando la postura de nuestras fuerzas», añadió.

Sirva el más nítido de los gritos antiimperialistas para recibir a la mayor banda de asesinos de la Historia. A los señores de la guerra que abrazan jocosamente a los criminales Pedro Sánchez y Felipe VI, responsables directos de la matanza de Melilla y de la mayor de las traiciones al pueblo saharaui.

Herederos directos de la jauría nazi – fascista que asoló a la Humanidad en defensa del Capital, hasta su derrota por el Ejército Rojo, los mandamases de la OTAN se reúnen estos días en Madrid para actualizar su estrategia global de terror y de muerte.

Por sus decisiones, son responsables de los crímenes que por doquier y a diario destruyen el presente y el futuro de millones de seres humanos asesinados por la guerra, el hambre o el expolio de sus países. Violencia y saqueo que, además de las muertes directas provocadas por la guerra, arrastra a millones de seres humanos a los nuevos campos de concentración y crematorios del capitalismo internacional.

Lampedusa, la ruta Canaria, las vallas de Ceuta y Melilla, Nuevo México, el Río Bravo, Pas de Calais…son los nuevos Auschwitz, Dachau, Birkenau o Cuelgamuros.

Sus nombres se unirán a los de Hitler, Franco, Bandera, Mussolini, Pavelic, Truman, Churchill en el séptimo anillo del averno. Todo ellos son unos genocidas.

Genocidas de quienes solo tienen su fuerza de trabajo para sobrevivir.

Genocidas de trabajadores y campesinos, de hombres y mujeres pobres que, como en Melilla, mueren sin nombre porque solo interesan los del Dow Jones o el Ibex35.

 DECLARACIÓN DEL COMITÉ EJECUTIVO DEL PCPE

El Comité Ejecutivo del PCPE, ante la violenta barbarie desatada en Melilla el pasado día 25 de junio por las fuerzas represivas españolas y marroquíes, con resultado de al menos 23 muertos (cifra provisional), aprueba la presente declaración como expresión de su más firme posicionamiento de denuncia contra este Gobierno criminal, contra el Jefe del Estado y contra los mismos cuerpos represivos del Estado burgués:

1.- Las declaraciones del Presidente del Gobierno, felicitando a los policías españoles y marroquíes, después de que se conocieran los primeros datos sobre el número de víctimas, constituyen una cínica exaltación de la violencia policial, así como un reconocimiento de la impunidad que se otorga a estos cuerpos represivos, tanto españoles como marroquíes. Pedro Sánchez, en el momento de hacer sus declaraciones, conocía perfectamente la brutalidad de los medios empleados contra los inmigrantes, desarmados, así como que muchos de ellos fueron dejados morir en el lugar, sin darles ningún tipo de asistencia durante horas. Su felicitación, sin matices, a policías españoles y marroquíes no es otra cosa que una complicidad explícita con la actuación criminal de esos cuerpos represivos.

La Coordinación de Plataformas OTAN No, Bases Fuera, constituida por las organizaciones firmantes del Llamamiento a la Movilización Contra la Cumbre de la OTAN en Madrid, convocó a la ciudadanía a celebrar la Contracumbre OTAN No, Bases fuera, Madrid 2022 como respuesta a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN.

Reunidos en la ciudad de Madrid los días 24 y 25 de junio de 2022, los asistentes a esta Contracumbre DECLARAN:

Esta cumbre de la OTAN en Madrid debe ser considerada como un hecho histórico que marcará el inicio de un nuevo orden mundial y el comienzo de un periodo belicista que implicará a la mayor parte del planeta. Es un acontecimiento crucial en la coyuntura presente del imperialismo, que refleja el estadio actual de la lucha de clases.

El sistema en que vivimos, el capitalismo, está sumido en una crisis que ha sido definida por sus propias instituciones como estructural, sistémica y a largo plazo. La OTAN y el resto de estructuras bélicas occidentales, especialmente las bases militares de EE.UU., son piezas claves de esta reconfiguración del orden mundial.

En este momento en que se tiene conciencia del declinar de la hegemonía mundial de EE.UU., este país se está organizando para dominar el mundo y defenderá sus privilegios de todas las formas posibles, incluidas todo tipo de guerras y agresiones.

DECLARACIÓN DE URGENCIA DEL PARTIDO COMUNISTA DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA (PCPE)

El imperialismo no se detiene ni ante sus derrotas. Sus planes criminales continúan acechando a los pueblos. Su enferma insistencia contra la Revolución Cubana así lo demuestra.

No pudieron con el llamamiento del 11 de julio; tuvieron que dar marcha atrás con el del 20 de noviembre;…, nada, siguen a la carga. Ahora planean otra injerencia/intervención aprovechándose de las dificultades que tiene Cuba - como todas las economías - en base a las subidas de todos los alimentos y a la incontrolable inflación que asola al Planeta, situación propiciada por las contradicciones del capitalismo que estimula su autodestrucción.

Intentando crear la “tormenta perfecta” en las condiciones terminales en las que se encuentra el sistema, su paranoia contra Cuba adquiere niveles insoportables por su condición asesina e inhumana.

Cada vez es más frecuente disfrutar de “opiniones alternativas” que nos traen soluciones y tratan de dar viabilidad a nuestro modo de vida, minimizando la visión espectral que el deterioro climático-ambiental, la escasez de recursos y/o la incertidumbre económica, proyectan sobre nuestro futuro inmediato.

Es cierto que las posiciones políticas más derechistas, aunque la generalización simplifica y lleva a error, tienden a minimizar los problemas venideros que acechan a la humanidad o directamente los niegan (negacionistas del cambio climático, de la escasez de materias primas…)

También muchas y muchos depositan toda su fe en la tecnología salvadora. Debe ser la herencia ideológica de quienes durante años se apoyaron en la teología para entender el mundo y manipular y someter a los demás o simplemente, que entienden conveniente entrar en ese juego.

Normalmente, la crítica a la irracionalidad de nuestro modo de vida, bajo este capitalismo atroz y destructivo, salvaje y liberal, viene desde la izquierda. Pero la denominada izquierda actual abandonó con la era de la industrialización la racionalidad que la modernidad trajo de la mano y ahora abraza un metaverso posmoderno que difícilmente pasa por el filtro de la lógica y se adentra en otras dimensiones paralelas. El mundo de las RRSS y sus algoritmos, de la posverdad indiferente al contraste y el de la comunicación multidireccional ausente de retroalimentación.

 

La subida de precios tiene una clara expresión de clase. Con ello se produce una desvalorización de la fuerza de trabajo.

Cuando la inflación sube un 10%, la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora baja en ese mismo porcentaje. Eso que parece de absurda lógica, no lo es tanto cuando oímos a los voceros de la patronal hablar de la imposibilidad de actualizar salarios sin hundir la economía o a representantes sindicales negociar a la baja para recuperar algo de capacidad adquisitiva, cuando es obvio que el aumento de los costes repercute en el consumo.

Sería impensable que se acordara una bajada salarial del 10 % a toda la población trabajadora sin que socialmente existiéramos a duras confrontaciones y movilizaciones, encauzadas por los “agentes sociales” o desbordadas por asambleas de trabajadores y organizaciones sindicales alternativas (menos institucionalizadas). Sin embargo, eso es exactamente lo que ha ocurrido. Curiosamente se mantiene una increíble “pax social” fruto de la manipulación hegemónica de las posiciones de la clase dominante.

La canción de Pepe Suero de 1978 no pierde vigencia.

Las elecciones al Parlamento Andaluz del próximo 19 de junio son una buena prueba de ello.

Hay que recordar que en las anteriores, destacó la presencia de Vox, ante lo cual, los “ultra izquierdistas” de otras zonas del país, llegaron incluso a insultar a los andaluces, tildándolos de catetos... no sabían lo que les venía encima y cómo el capital juega sus cartas en las elecciones burguesas. Así, los andaluces, pasaron de ser los “catetos” que habían votado a Vox, al termómetro que midió con anticipación lo que ocurriría en el resto del país.

Pero en estas nuevas elecciones, agotado el efecto sorpresa de Vox, el capital se ha sacado de la chistera (chisteria, si se me permite conjugar la palabra chiste con la palabra histeria) coaliciones de todos tipos y colores.

PP y PSOE serán los beneficiados, como siempre, de la ley D'Hont y del fraccionamiento del voto “de izquierdas”. Ciudadanos, encabezados por el camaleónico Juan Marín, va camino de su desaparición, como antes lo fue UpyD, el PA y tantos otros.

Esta es una de las sentencias más repetidas en las cinco temporadas de la serie. El diez de junio estrena la sexta y última temporada de esta serie tan adictiva como deficiente en varias cuestiones narrativas. Las tramas se sostienen en trampas de guión difícilmente verosímiles y que contradicen la construcción de los personajes. El trasfondo histórico, lo que podría haber sido el gran interés de la serie, sirve como una especie de croma inerte sobre los que se desarrollan dramas sentimentales poco elaborados. Ni la neurosis de guerra, el movimiento obrero, el recurso al sortilegio de Churchill o el auge del fascismo pasan de una cortina mal dibujada sobre la que ocurre la ambición y el melodrama familiar de tinte decimonónico. Los conflictos que la mueven, además, son idénticos temporada tras temporada, pero se reproducen en una escala ampliada como el capital, coincidiendo con el ascenso del protagonista, Thomas Shelby.