¿Cómo podemos llamar a un pueblo que constante e incesantemente, a pesar de todos los intentos en su contra, sigue realizando una «actividad libre y consciente»? En otro tiempo y lugar, les llamábamos esclavos rebeldes, o vietnamitas resistentes. Hoy, sin duda, los llamamos palestinos. O un pueblo que, a pesar de la violencia sostenida y la desposesión, sigue expresando el instinto central de la humanidad, lo que es ser libre.


Hoy se cumplen 167 días del genocidio de Israel contra el pueblo palestino que comenzó el 7 de octubre. Incluso antes del ataque de Hamás del 7 de octubre, muchos medios de comunicación calificaron 2023 como «el año más mortífero jamás registrado» para los palestinos de Cisjordania. Ese año, las fuerzas israelíes mataron a 395 palestinos en Cisjordania, mientras que los colonos fueron responsables de 9 asesinatos más. Aunque asesinatos como éstos suponen el cese directo de la vida, Israel sigue ejerciendo otras formas de violencia, por ejemplo ataques contra hospitales y escuelas, que impiden la vida de los palestinos. En Palestina, una guerra declarada es una escalada espacio-temporal de una guerra lenta y continua contra su pueblo.

En este ensayo, utilizando la lente de la teoría de la reproducción social (TER), muestro que la interrupción (mediante políticas) o la aniquilación (mediante la violencia) de la vida palestina es inherente al proyecto sionista. En consecuencia, en este ciclo actual de violencia, Israel tiene como objetivo dos tipos de capacidades de reproducción ​_social: las instituciones de reproducción social, como escuelas y hospitales, y la futura generación, es decir, los niños. Israel quiere erradicar tanto la vida como la capacidad de reproducir una vida futura. Por tanto, un alto el fuego sólo puede ser una exigencia básica. El florecimiento de la vida en Palestina requiere algo más que el cese de las matanzas; requiere lo que Marx consideraba la realización del ser de las especies. La creatividad ineliminable de la resistencia palestina arroja la luz más clara sobre lo que puede, y de hecho debe, significar la especie ser.

Más allá de la justa y proporcionada respuesta militar de Irán al ataque sionista a su Consulado en Damasco, la reciente acción armada iraní demuestra que en la voluntad de resistencia de los pueblos, está la semilla de la derrota definitiva del Imperialismo y el fin de su criminal hegemonía.

El mito de la incontestable superioridad militar en Asia Occidental del Imperialismo norteamericano y la entidad colonial sionista, se derrumba bajo la evidencia de la indestructible capacidad de resistencia de los pueblos y la eficacia de sus acciones conjuntas.

La unidad de todas las fuerzas de la Resistencia, en la que actúan bajo un mando único organizaciones islámicas, nacionalistas y marxistas-leninistas, no solo demuestra la necesidad de la más amplia unidad Antiimperialista para alcanzar los legítimos y necesarios objetivos de la lucha popular, sino que marcan el camino a todas las organizaciones revolucionarias y antiimperialistas.

La desaparición de la entidad colonial sionista, que actúa como un portaviones del capitalismo occidental en el Mediterráneo Oriental, y es responsable del genocidio que padece el pueblo palestino desde hace más de 70 años, es el requisito imprescindible para alcanzar la Paz.

Desde el 7 de Octubre, con el invencible y legítimo ejercicio de dignidad de Palestina que resiste firmemente al genocidio, este irrenunciable objetivo está cada día más cerca, pero tras la acción conjunta de todos los actores de la Resistencia el 13 de Abril, el progresivo desmoronamiento social, político, económico y militar de la Entidad colonial sionista, se acelerará irremediablemente, independientemente de los recursos de todo tipo que reciba desde Washington o la UE.

A lo largo de estos últimos años hemos asistido a un auge de la extrema derecha y del fascismo encarnados en partidos como Vox, que ocupa 33 escaños en el Parlamento. No obstante, desde el PCPE tenemos que seguir diciéndolo: la amenaza fascista nunca abandonó el Estado español, como no podría abandonar ningún país capitalista. El fascismo es inherente al modelo de producción hegemónico actual porque supone un rescate para la burguesía en una futura situación de colapso. Karl Marx ya había anunciado así la contradicción principal del capitalismo, la contradicción capital-trabajo: a medida que el capital desarrolla las fuerzas de producción para mejorar la calidad de vida de la humanidad, va dejando obsoletas las relaciones de producción basadas en la propiedad privada de sus medios y las convierte en un obstáculo para el desarrollo humano. La burguesía, en el caso de que las masas se organicen para la toma del poder, no dudará en aplacarlas mediante la alternativa fascista, una alternativa que tanto la extrema derecha (Vox, PP) como la socialdemocracia (PSOE, Sumar, BNG, Bildu, ERC, etc.) alimentan día a día.

No obstante, el Estado español presenta una particularidad con respecto a otros Estados capitalistas: la cultura fascista está todavía muy arraigada, no solo en la clase obrera y la población general, sino también en las estructuras estatales como la policía, la judicatura, el corpus legislativo, la educación o la sanidad. Mención aparte merece la monarquía: una institución garante de la unidad inquebrantable del Estado capitalista (Régimen del 78), apuntalada por la dictadura franquista y continente del legado y la memoria fascistas. Por ese motivo es tan sencillo para las organizaciones más reaccionarias del Estado convocar manifestaciones como la de Ferraz, contra la amnistía de los presos del procès catalán.

Una consigna largamente repetida durante décadas en todos los círculos antiimperialistas o pacifistas del estado español es la de la salida de la OTAN. El rechazo de una parte importante de la población a la pertenencia a esta estructura militar surge desde el mismo momento en que, por parte del gobierno de turno, se propone la adhesión de España a esa estructura militar a principios de los 80 del pasado siglo. Concretamente, el proceso de integración del estado español en la OTAN se inicia en el 1981, con la investidura de Calvo Sotelo, aunque cabe recordar que ya antes, desde 1953, ya se había cedido el uso de cuatro bases militares a los Estados Unidos en el marco de los acuerdos tomados en el Pacto de Madrid. El 12 de marzo de 1986 tuvo lugar un referéndum para consultar a la población si estaba de acuerdo en seguir en la OTAN o salir de ella. Este referéndum se realizó al amparo del artículo 92 de la Constitución Española, por el que “las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos”. Este referéndum era un acto meramente consultivo y como tal no jurídicamente vinculante para el gobierno. Esta fue la primera trampa organizada por el trilero de Felipe González, pantomima encaminada a apaciguar la amplia oposición popular a la permanencia en la OTAN, para luego, de forma sistemática, ir incumpliendo todos los condicionantes que sirvieron para realizar aquella consulta popular.

Cabe mencionar, por si aún alguien a estas alturas lo ignora, que la OTAN surge con el claro propósito de hacer frente a la Unión Soviética tras la II Guerra Mundial. Es decir, es una alianza anticomunista propiciada desde los EEUU para mantener al mundo capitalista a salvo y extender su dominación imperialista por todo el mundo, con la complicidad de las demás burguesías nacionales.

Muy a groso modo, lo anterior sirve para situarnos en el momento actual, con la organización terrorista más letal de la historia, la OTAN, empeñada en llevar al planeta a su irremediable destrucción.

José Bermagín

«La confusión reinante»: este era el título de un artículo que Bergamín publicó en la revista Sábado Gráfico en 1978, a la edad de 83 años. Le valió un proceso judicial y la expulsión de las páginas de la revista. Desde entonces fue vetado en las redacciones de la prensa de «bien». Eran tiempos de remozamiento del franquismo y de acatamiento monárquico en la gran fiesta del consenso. José Bergamín no participó de ese festín, no arrinconó sus convicciones antifascistas y republicanas. Especialmente dolorosa fue para él la ruptura con su antiguo amigo Rafael Alberti cuando el poeta acató la monarquía, lo que consideró una traición injustificable. Un año después se presentó como senador independiente en la candidatura de Izquierda Republicana.

Católico disidente, fundó y dirigió la revista Cruz y Raya desde 1933 a 1936, con el propósito de agrupar a intelectuales católicos defensores de la República. Sufrió un fuerte desgarro personal cuando la Iglesia Católica declaró la Cruzada contra la República, pero su compromiso con la causa republicana fue firme e inequívoco porque pensaba que estar con la República era la única forma de estar con el pueblo español. Animado por este espíritu, fue presidente de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura.

La derrota militar de la República supuso el comienzo de la andanza peregrina de Bergamín, primero en México como presidente de la Junta de Cultura Española, después Venezuela y, más tarde, Francia, regresó a España sin abdicar de su ideología, causando perplejidad entre los franquistas y los republicanos del exilio. En 1963 fue expulsado del país por haber firmado un manifiesto contra la represión de los mineros asturianos (algo que ya había hecho también en 1934). Con 68 años, sin documentación y sin recursos, deambuló como un fantasma y sobrevivió gracias a la ayuda de André Malraux, ingresando en la Ordre des Arts et des Letres, distinción que rechazó años después en solidaridad con los refugiados vascos acosados y perseguidos por el Estado francés.

 

La heroica acción que el Eje de la Resistencia realizó el pasado 7 de octubre y su impacto posterior, que ha conseguido llevar la lucha del pueblo palestino al centro de la lucha de clases mundial, ha vuelto a poner de actualidad la cuestión de la lucha armada como recurso en el proceso de emancipación de los pueblos oprimidos.

Desde las posiciones revolucionarias las formas de lucha se establecen en relación directa con las condiciones concretas de la opresión, con las violencias que se ejercen desde la dictadura de clase que oprime y somete a la clase obrera y a los pueblos. Entendiendo siempre que el estado burgués (en sus diversas variantes históricas) no es otra cosa que la superestructura necesaria para el ejercicio de su dictadura. Y que ello tiene una relación dialéctica vinculada: a más violencia por parte del opresor más se legitima el recurso a la violencia por parte de los oprimidos.

Una organización revolucionaria, por su misma condición, tiene que actuar según los desarrollos concretos de la lucha de clases y la expresión de sus contradicciones. Y tiene que prepararse para todas las condiciones y todas formas de la lucha.

Pero esta cuestión, nada sencilla, tiene que atender también a otra relación dialéctica, que es la relación entre pueblo y vanguardia. Las formas de lucha, y el ejercicio de la violencia que estas conllevan, tienen que desarrollarse de manera en la que nunca se niegue el protagonismo, la participación decisiva, del pueblo en la forma concreta de la respuesta a las violencias de la clase dominante.

RESOLUCIÓN GENERAL DEL XVII PLENO DEL COMITÉ CENTRAL

 

A pocos días de dos fechas absolutamente referenciales para el desarrollo de la lucha de clases, como son el 14 de Abril y el 1º de Mayo, el XVII Pleno del CC del PCPE, entiende absolutamente necesario situar las principales claves de análisis y acción para el momento actual. Posiciones determinadas por la defensa exclusiva de los intereses y necesidades de la clase trabajadora y los sectores populares, en una confrontación con la burguesía y el imperialismo que se hace imprescindible radicalizar, denunciando el creciente grado de violencia que a todos los niveles usa nuestro enemigo de clase.

En el centro de trabajo bajo la dictadura de la patronal, en el progresivo desmantelamiento de los servicios públicos, cuestionando la viabilidad del Sistema Público de Pensiones, priorizando el pago de la Deuda Pública generada por las ayudas a la grandes empresas, incrementando el gasto militar y situándose en una economía de guerra, limitando los derechos civiles, amenazando con retomar el servicio militar obligatorio que prepare la carne de cañón que necesita la guerra imperialista, extendiendo el terror de la propaganda de guerra…el pueblo trabajador vive sometido a los dictados de las necesidades del Gran Capital.

Sea mediante la gestión de la Comisión Europea, o bajo los gobiernos centrales y autonómicos liderados por PSOE/Sumar, PP/Vox o PNV y ERC en Euskadi y Catalunya, así como el resto de partidos sistémicos (EH Bildu, Junts, CoCa, Compromís, BNG, Podemos…) todas las medidas de gestión que proponen unos y otros, están determinadas por el cumplimiento de las exigencias impuestas por quienes mandan de verdad.

Estimados compañeros y compañeras:

Cada día que pasa es más evidente que la OTAN y los gobiernos de la UE han decidido preparar una guerra contra Rusia en suelo europeo. La presidenta de la Comisión Europea y el Secretario General de la OTAN así lo están reclamando y el presidente francés ha anunciado su intención de enviar tropas a Ucrania, lo que involucraría al resto de miembros de la Alianza Atlántica. No han explicado quien tomó esas decisiones, pero en ningún caso ha habido una consulta publica sobre un tema de la máxima transcendencia, en el que la población pone en juego sufrimientos inimaginables y la vida y su propia existencia como pueblo, si se llegara a desencadenar un conflicto nuclear, para el que ya se están preparando.

La justificación para provocar ese desastre descomunal es el riesgo inminente de que Rusia invada Europa, aunque no es la primera vez que una mentira sirva para desencadenar una guerra atroz. No hay nada que lo justifique: Rusia no tiene nada que ganar, pero Europa si. Rusia tienen todo aquello que Europa necesita; gas, petróleo, minerales estratégicos y un inmenso territorio en Asia, que conecta con China, India y el Sudeste asiático, lo que le ha permitido salir indemne de las “sanciones” occidentales, mientras Europa sufre sus consecuencias y EE.UU. se enriquece.

Desde la Plataforma Bases Fuera OTAN No de Andalucía se ha convocado la XXXVI edición de la Marcha a Rota.

En estos momentos, donde el aventurerismo bélico desatado por los EEUU y sus lacayos europeos nos colocan al borde de una catástrofe de consecuencias aterradoras, se hace mas necesaria que nunca que, desde la clase obrera y los demás sectores populares se dé una respuesta contundente a los gobernantes de turno exigiendo el fin de la política belicista, el fin de los envíos de armas a Ucrania y al ente sionista, la retirada de las fuerzas militares de los EEUU de las bases en territorio del estado español y la salida de España de la OTAN.

La escalada de tensión bélica protagonizada por unas élites capitalistas que no encuentran otra salida a su crisis estructural que la guerra, coloca especialmente a la juventud de la clase obrera y de sectores populares en la tesitura de servir de carne de cañón en un conflicto bélico generalizado que solo traerá la miseria y la muerte de infinidad de vidas humanas.

Así pues, es la clase obrera, sobre todo su juventud y de los sectores populares, quienes han de decir decididamente basta a tanta locura.

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