El jueves 25 abril acompañábamos la movilización de las trabajadoras y trabajadores de Unísono Soluciones de Negocio S. A. que daba contestación al intento patronal de traslado forzoso a Madrid. Un despido encubierto que pretendía condenar a 97 trabajadoras a "elegir" entre trasladarse a Madrid (ya fuese con hijos pequeños o familiares dependientes a cargo, o sin ellos) o el despido con 20 días por año trabajado…

Las trabajadoras emprendieron una intensa lucha que incluyó asambleas, huelga, acampada en la empresa, y potentes manifestaciones.

El juzgado paralizó cautelarmente los traslados, y como respuesta, la empresa solicita un ERE suspensivo (no extintivo) para las/os afectadas. Pero ellas no quieren cobrar el paro. Quieren trabajar. 
Por eso han convocado ya asamblea para continuar su lucha.

No hay impedimentos tecnológicos para dar trabajo a Unísono en Vigo.

La verdadera causa es la voluntad patronal de asignar los contratos a países donde la mano de obra es más barata, o donde la feroz represión impide a la clase obrera movilizarse con fuerza por sus derechos.

Las y los trabajadores  no ignoran esto, ni que su adversario no es el trabajador de Colombia. En sus movilizaciones, por el contrario, se oyeron y leyeron consignas de solidaridad con los compañeros de empresa latinoamericanos.

Es necesario seguir de cerca y volcarse en la solidaridad con las compañeras de Unísono Vigo. El que ellas sufren es el trato que toda la patronal nos tiene reservado a toda la clase obrera para un futuro cercano. Precariedad, horarios a la carta, trabajo no remunerado, vejaciones y miseria. A aprender de esa lucha.

La multinacional francesa Alstom, con presencia en más de XX países y dedicada al sector de la energía y los transportes, cuenta en España con varias plantas repartidas por Castilla y León, Cataluña, País Vasco, Navarra y Galicia tiene previsto despedir a casi 400 trabajadores en división de energía eólica (Alstom Wind), procediendo además al cierre definitivo de las fábricas de Coreses (Zamora) y As Somozas (A Coruña).

Todo el proceso se está llevando a cabo mediante despidos colectivos que se presentaron el pasado 24 de mayo ante las diferentes administraciones laborales y que supondrán el inicio de un proceso de negociación de un mes de duración, hasta el 23 de junio.

La plantilla de Alstom está reaccionando con huelgas y manifestaciones ante esta situación El 9 de mayo cientos de trabajadores de todas las plantas de la empresa se manifestaron en Madrid, exigiendo ante la sede de Alstom y ante el Ministerio de Industria la paralización del ERE, mientras en paralelo se siguen manifestando y movilizando en todas las zonas donde la empresa está presente.

Según las centrales sindicales mayoritarias en la empresa (CCOO y UGT), el ERE afectará al 40% de la plantilla en un momento en el que la multinacional francesa está declarando unos beneficios de más de 800 millones de euros, que suponen un crecimiento del 8% respecto al año anterior. Esta situación hace sospechar a los representantes de los trabajadores de que el objetivo oculto de la multinacional es concentrar parte de su producción en Francia ante la caída del negocio eólico en España.

La presentación de un "concurso de acreedores voluntario" (curioso eufemismo que trata de esquivar las palabras: "suspensión de pagos") mantiene vilo a 1.260 trabajadores/as en Galicia y más de 10.000 en todo el mundo (8.000 en latinoamérica).  Pescanova constituye hoy todo un exponente de como una transnacional "modélica" para algunos, puede poner en marcha una estrategia de acumulación en la que no faltan todo tipo de ingredientes: convenientes relaciones políticas, elevado riesgo financiero, depredación ambiental... y hasta información privilegiada para la venta de acciones ahora cuestionada judicialmente.

Sin embargo, y pese a cualquier tipo de interpretaciones reformistas sobre el "affaire Pescanova" con las que nos tratan de vender humo, lo cierto es que todo este tipo de prácticas especulativas encuentran perfecto acomodo dentro del capitalismo como sistema y solo la lucha decidida de la clase obrera podrá evitar que su propuesta para recomponer la situación se salde como de costumbre: despidos, reducción de salarios, incremento de jornadas...

Por otro lado, existen dudas más que razonables de que Pescanova no suponga un caso singular más, sino simplemente la punta del iceberg del sistema de crecimiento e internacionalización seguido por muchas de las transnacionales españolas cuyo elevado endeudamiento acabe por generar un nuevo  estallido financiero que no hará más que profundizar la insuperable crisis capitalista y sus ya trágicas consecuencias sociales. Es más que necesaria, es vital, una respuesta unitaria de todas las organizaciones sindicales y del conjunto de los trabajadores/as afectados/as ante la grave situación por la que atraviesa el grupo empresarial, reactivando las asambleas y todos los métodos de lucha imprescindibles en situaciones como esta. Unidad y Lucha es para Comunistas da Galiza (PCPE) la consigna necesaria.

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