Las condiciones objetivas estaban presentes. Sobraban los motivos. En marzo de 2025, a pocas semanas de un período vacacional de Semana Santa, con los hoteles a tope, varios sindicatos del sector se unen exigiendo la necesidad imperiosa de mejorar las brutales condiciones de explotación de las y los trabajadores del sector turístico en Canarias.
Estamos en un contexto de récord de beneficios acumulados en los últimos años por parte del sector, que supone el 40% del PIB y del empleo en estas maltratadas islas. Con una clase obrera canaria que sufre el altísimo precio de la vivienda, con la cesta de la compra más cara del Estado español. Si añadimos a lo anterior un crecimiento bajísimo de los salarios, tenemos el rostro del capitalismo, y su saqueo, en Canarias.
Las condiciones subjetivas también estaban presentes. Los sindicatos estaban haciendo bien su trabajo. Se hablaba, asambleas multitudinarias, con miles de trabajadores exigiendo mejoras.
Spoiler!: Al final no hubo huelga de la hostelería en Canarias. CC. OO. llega a un acuerdo “escaso” en la provincia de Las Palmas.
¿Cómo es posible, con todo a favor, que no haya salido la huelga adelante en toda Canarias?
Lo primero a tener en cuenta es que en Canarias no hay un convenio único. Cada provincia tiene un convenio, con diferencias importantes, y por eso la negociación se dividió en dos mesas provinciales. El PCPC entiende que esta es una expresión más del sistema de dominación de la burguesía insularista, que históricamente ha buscado dividir las luchas y contener el desarrollo de una conciencia nacional de clase. El PCPC aboga por un convenio de carácter nacional, confrontando así con la patronal que quiere seguir disfrutando de su “divide y vencerás”.
Semanas antes del acuerdo, se rompe la unidad sindical. Pocos están a la altura del reto. En concreto CC. OO. se desmarca en solitario en la provincia de Las Palmas y lidera allí, por su peso, las negociaciones. Sin CC. OO. no hay huelga en Las Palmas.
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- Escrito por Isabel Piñero
- Categoría: Movimiento Obrero
Pongamos como ejemplo a Estados Unidos, aún considerado el país más rico del mundo, donde emergen, salen a la superficie, las miserias y la "barbarie" más criminal de un sistema agotado. Basado en la extracción y acumulación, el capitalismo desvaloriza la fuerza de trabajo hasta niveles que hacen imposible la reproducción del proletariado. Millones de obreras/os y sus familias viven en la calle, cientos de miles son obligados a ser mendigos, millones de trabajadoras/es son pobres aun teniendo varios trabajos y cientos de miles de niños son explotados y esclavizados. Esta barbarie no es una pesadilla del pasado, no debemos dejarnos llevar por una concepción metafísica de las duras e inhumanas realidades que este sistema genera; su base material es la propiedad privada de los medios de producción y cambio, por lo que la situación descrita es vivida, y en ocasiones más duras, por millones de seres humanos a nivel planetario.
Para maximizar su tasa de ganancias, el capital utiliza todos los medios a su alcance, mientras perpetúa la miseria de millones de seres humanos. Los adelantos técnicos -científicos en la producción deberían suponer una mejora de la calidad de vida de los obreros y las obreras. Sin embargo, a la vez que aumenta la composición orgánica del capital, disminuye la tasa de ganancia, por lo que el capital intenta aumentar la tasa de explotación y debilitar el salario. Incluso, si le es posible situándolo por debajo de lo necesario para la subsistencia de las masas trabajadoras. En todo caso, eso se resuelve a través de la lucha de clases
Como todo sistema histórico, el capitalismo enfrenta sus límites. Hoy, este modelo social se encuentra en una crisis definitiva: su propia composición orgánica lo sitúa al final de su ciclo histórico. La creciente concentración de capital y la consecuente caída en la tasa de ganancias obligan a aplicar su lógica inherente y violenta. Leyes y prácticas que durante un periodo solo se imponían en las colonias y países sometidos, ahora son recuperadas en las metrópolis para la extracción de plusvalía. Uno de los aspectos más bárbaros y criminales del capitalismo es la explotación infantil, donde la ley del valor y la acumulación se imponen sobre la dignidad humana.
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- Escrito por Juan J. Sánchez
- Categoría: Movimiento Obrero
"Si todo fuera como parece, Marx habría escrito solamente folletos."
Con esta frase, Bertolt Brecht celebra el pensamiento crítico de Marx: ir más allá de lo evidente para revelar mecanismos que, en su apariencia y envoltura, se pretenden presentar como lo que no son. Si el mundo fuera tan simple como parece, el socialismo científico y la teoría revolucionaria no existirían. Brecht, como marxista, enfatizaba que la verdad requiere desmontar ilusiones.
El revisionismo oportunista como apariencia engañosa
El oportunismo, actualmente en el Estado español, está ejemplificado por figuras como Pablo Iglesias, Yolanda Díaz, Antonio Maíllo y Enrique Santiago. Son figuras públicas e ideológicas del oportunismo, pero no debemos perder de vista a cientos de sujetos que, bajo las órdenes del capital, llevan a cabo la labor de alienar y domesticar a las masas trabajadoras.
Esta corriente, al servicio del capital, en el estado español comenzó en 1956 con la teoría de la reconciliación nacional del PCE, que tuvo su continuidad en la teoría del socialismo en democracia y su culminación en los Pactos de la Moncloa. Gira en torno al principio revisionista que teoriza la adaptación del marxismo a la realidad inmediata. ¡Ojo! No debemos confundir esto con el análisis de las condiciones concretas para poder aplicar políticas específicas.
La adaptación oportunista: situar como meta final objetivos puntuales y transitorios
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Aceptar reformas graduales dentro del sistema capitalista (mejoras salariales, derechos laborales, cuestiones de género, algunas leyes de carácter civil, etc.).
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- Escrito por Juan J. Sánchez
- Categoría: Movimiento Obrero
«Hoy, primero de Mayo, el proletariado europeo y americano pasa revista por vez primera a sus contingentes puestos en pie de guerra como un ejército único, unido bajo una sola bandera y concentrado en un objetivo: la jornada normal de ocho horas, que ya proclamara la Internacional en el congreso de Ginebra en 1889, y que es menester elevar a ley.
¡Ya Marx no vive, para verlo, a mi lado!
Londres, 1 de mayo de 1890.
F. ENGELS.»
Hemos traído aquí estas palabras de F. Engels, escritas para el prefacio de la edición alemana del Manifiesto Comunista de 1890, para situar el auténtico significado que la celebración del 1º de Mayo debe tener para la clase obrera. La burguesía y sus acólitos han tratado de desvirtuar y corromper el significado de esta celebración obrera bajo toneladas de propaganda antiobrera y anticomunista, desde el aberrante “San José Obrero” de la iglesia católica hasta la descafeinada “fiesta del trabajo” de toda la caterva revisionista, socialdemócrata y oportunista donde, como mucho, se mendiga por la pérdida de derechos y la vuelta a supuestos tiempos mejores, pero carentes de toda reivindicación de autenticas mejoras para nuestra clase y, por supuesto, carentes de cualquier posicionamiento revolucionario que condene al aberrante sistema que los mantiene.
Engels, en 1890, lo tenía bastante claro. El 1º de mayo era una jornada de lucha y reivindicación de la clase obrera. En realidad, se trataba de una jornada de huelga internacional en la que la clase obrera luchaba por objetivos concretos como, en ese caso, lo era la jornada de ocho horas.
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- Escrito por F.J. Ferrer
- Categoría: Movimiento Obrero
Seis trabajadoras en Gijón enfrentan una condena de tres años y medio de prisión por participar en protestas pacíficas en defensa de una compañera embarazada que denunció acoso laboral. Esta acción represiva del aparato policial y judicial del Estado burgués se inscribe, tanto teórica como prácticamente, en el marco de la lucha de clases.
La lucha de clases es el conflicto histórico entre grupos sociales con intereses antagónicos: quienes poseen los medios de producción y circulación (burguesía) y quienes venden su fuerza de trabajo (proletariado y masas trabajadoras). La historia humana es la historia de la lucha entre clases sociales antagónicas.
La condena de estas compañeras ha generado un amplio movimiento de solidaridad, lo que representa un avance en la conciencia de clase. Sin embargo, es necesario cuestionar ciertos aspectos para fortalecer la lucha de clases y garantizar la victoria.
Aunque celebramos la gran movilización solidaria en defensa de las compañeras, lamentamos que no haya sido canalizada hacia una más amplia unidad de clase. Durante estos meses, hemos visto numerosas convocatorias de apoyo, pero casi todas organizadas de forma individual por distintos sindicatos y entidades. Este caso de represión, como tantos otros, demuestra que, sin unidad de organización y acción, nunca se podrá derrotar al enemigo de clase.
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- Escrito por Juan J. Sánchez
- Categoría: Movimiento Obrero
El título de este artículo podría parecerse a las advertencias sanitarias que aparecen en los paquetes de cigarrillos; advertencias que, a pesar de ser ciertas y graves para la salud de las humeantes personas fumadoras, de tanto verlas ya no hacen efecto alguno. Pero la realidad, cuando se trata de referir las consecuencias del sistema de producción capitalista, es mucho más trágica, pues no se trata ya de que cada uno o una elija la forma en que se muere (que en cierto modo, puede ser hasta respetable) sino que es un riesgo perenne y cierto que pende sobre la clase obrera cuando acude a trabajar diariamente.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), durante el pasado año de 2024, la siniestralidad laboral y las enfermedades relacionadas con la actividad laboral se cobró la vida de 2.600.000 trabajadores y trabajadoras; 300.000 de ellos se deben a accidentes laborales mortales.
La falta de medios de protección, tanto individuales como colectivos, los recortes presupuestarios en las empresas en medidas de seguridad, la intensificación desmedida de los ritmos de producción, la falta de formación e información en materia de salud laboral, etc. es la principal causa de estos accidentes mortales. Pero ojo, esto es solo aplicable a los países desarrollados, pues en aquellos países, la mayoría, menos desarrollados y pobres, estas tasas se multiplican exponencialmente, implicando a niños y niñas en tareas agotadoras, embrutecedoras y peligrosas. África y parte de Así han venido siendo un ejemplo de ello.
Junto a la brutal explotación que el sistema capitalista somete al proletariado desde siempre, pues de ello depende su propia existencia, ahora se le añade la desmedida necesidad que este siniestro sistema tiene de materias “raras” para el desarrollo de las actuales tecnologías y cuyo suministro dependen fundamentalmente de la República Popular de China, que actualmente representa el 90% de la producción mundial. La guerra económica desatada por el imperialismo estadounidense y sus socios contra el auge económico de China busca cada vez más reducir la dependencia que tienen de este país por estos materiales. A esto se le añade la enérgica posición de cada vez más países africanos, como Burkina Faso, contra la colonización y expoliación de sus recursos naturales ante la voracidad de un sistema, el capitalista, que solo quiere materiales para continuar con la producción de dispositivos para seguir obteniendo beneficios y para ello, los necesita baratos, de ahí que no se cuestione si la extracción de cobalto, coltán, etc., genera muertes en cualquier rincón africano.
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- Escrito por F.J. Ferrer
- Categoría: Movimiento Obrero
Decía el histórico marxista peruano Mariátegui en una de sus muchas conferencias: "Somos todavía pocos para dividirnos. No hagamos cuestión de etiquetas ni de títulos."
Esta alocución, dirigida al incipiente movimiento proletario peruano, no puede recogerse en su totalidad dialéctica en el panorama actual del movimiento obrero del estado español. Esto se debe a que aquí y hoy, la división ya se produjo hace varias décadas. El revisionismo oportunista, encabezado por el eurocomunismo, logró el objetivo marcado por la burguesía como fundamental y necesario para sus intereses: dividir al proletariado y al movimiento obrero en estamentos inoperantes en la lucha de clases.
El Primero de Mayo no es solo una fecha simbólica; es un recordatorio histórico de la lucha de clases, de la resistencia obrera frente a la opresión y explotación capitalista, y de la necesidad urgente de la unidad proletaria. Desde las trincheras de la teoría marxista, este día debe servir para reafirmar un principio fundamental: sin la unidad de la clase obrera, no hay revolución posible. En un mundo atravesado por la crisis estructural y general del sistema capitalista, el capital recurre, para salvar su tasa de ganancias, a las prácticas más violentas, cuyo núcleo central es la sobreexplotación de las masas trabajadoras. Esto se refleja en la devaluación de la fuerza de trabajo, la privatización de los servicios públicos y un belicismo feroz que garantiza su hegemonía colonizadora.
El origen del Día Internacional de los Trabajadores se remonta a las huelgas de 1886 en Chicago, donde los obreros exigían la jornada laboral de ocho horas. La represión brutal, incluyó el ahorcamiento de los Mártires de Chicago, no sofocó la llama de la lucha, sino que se convirtió en un símbolo global. Aquellos gloriosos eventos de guerra entre clases representan la esencia de la cultura proletaria, del marxismo: la conciencia de que la emancipación de la clase obrera solo puede ser obra de la clase obrera misma. Como muchas y muchos en la historia, no murieron por defender reformas puntuales; murieron luchando por derrotar al capitalismo. En las últimas décadas, el revisionismo oportunista ha intentado por todos los medios borrar de la memoria colectiva el significado revolucionario del Primero de Mayo, vaciándolo de contenido ideológico y convirtiéndolo en una fiesta de descanso y verbena.
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- Escrito por Juan J. Sánchez
- Categoría: Movimiento Obrero
El capitalismo, como sistema económico y social dominante, mantiene su hegemonía no solo a través de la explotación económica, sino también mediante mecanismos de represión política, ideológica y militar.
En El Estado y la Revolución (1917), Lenin retoma las ideas de Marx y Engels para definir el Estado como un aparato de dominación de una clase sobre otra. En el capitalismo, el Estado no es neutral: es una herramienta de la burguesía para mantener su control sobre el proletariado.
La historia del capitalismo está marcada por altos niveles de represión, con ejemplos como la masacre de la Comuna de París (1871), el asesinato de los mártires de Chicago (1887) o la Semana Negra de Barcelona (1909), donde más de 500 obreros fueron asesinados. Otros eventos incluyen la tragedia del 25 de marzo de 1911, en la que 146 trabajadoras, en su mayoría jóvenes migrantes judías e italianas, fueron quemadas, y la masacre de Ludlow de 1914. Hasta hoy, el Estado capitalista no ha dudado en aplicar hierro, plomo y fuego para reprimir a la clase obrera y sus aspiraciones. A lo anterior, se suma el asesinato de miles de dirigentes revolucionarios. Estos hechos reflejan cómo la burguesía recurre a la violencia cuando sus intereses están en peligro.
Hoy, el Estado burgués y sus gobiernos mantienen la misma lógica para sostener el sistema capitalista. Si alguien lo duda, es ingenuo; si alguien lo niega, es un esbirro al servicio del capital.
Ante la agudización de las contradicciones entre capital y trabajo, cientos de miles de trabajadores y trabajadoras toman conciencia de la necesidad de defender sus intereses de clase. Los gobiernos actuales, anteriores y futuros no dudan en aplicar una batería de leyes opresoras para reprimir a las masas trabajadoras.
En el Estado español, actualmente se lleva a cabo una persecución sistemática contra quienes han decidido decir basta al atropello político y económico de un sistema que no tiene nada que ofrecer. Los casos de "Las 6 de La Suiza" y los trabajadores de Acerinox son los más mediáticos, debido a la violencia ejercida por los aparatos del Estado, sin olvidar los cientos de compañeras y compañeros llevados ante los tribunales.
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- Escrito por Carlos Bashir
- Categoría: Movimiento Obrero
Desde nuestra posición marxista, la lucha y la ocupación de los espacios donde se manifiesta la confrontación entre clases son fundamentales para la emancipación de las masas trabajadoras y la construcción de una sociedad socialista. Esta lucha debe entenderse como un proceso dialéctico que abarca los ámbitos políticos, y organizativo. Por "espacio" nos referimos a todo lugar en el que la clase obrera sea protagonista. En el transcurso de la lucha de clases, estos espacios son disputados por las clases antagónicas, sin embargo, la burguesía no siempre se muestra explícitamente como uno de los actores en conflicto; hábilmente, emplea atajos para imponer su dominio, materializándolos a través de organizaciones que, de manera consciente o inconsciente, actúan en contra de los intereses de la clase obrera.
El PCPE es el partido marxista-leninista del Estado español. Por lo tanto, todo espacio que no esté dirigido por la militancia del PCPE estará en manos de sujetos alejados de los principios marxistas-leninistas. Como ya caracterizó Lenin, más allá del POSDR-bolchevique solo existían revisionismo y/u oportunismo, muchos de ellos enmascarados bajo una fraseología que, en apariencia, podría parecer marxista. La lucha contra el revisionismo y el oportunismo es, en esencia, en la lucha contra el capital.
Nuestro papel como vanguardia de clase tiene como objetivo la derrota del sistema capitalista y la transformación de las relaciones sociales de producción, así como de las superestructuras de poder que perpetúan la explotación y opresión capitalistas. Nuestro programa establece con claridad meridiana que dirigimos al proletariado y a las masas trabajadoras hacia la toma del poder. Para lograr este objetivo, se nos exige una rigurosidad leninista, una militancia con disciplina consciente que, bajo este rigor, lleve a cabo todo lo necesario para garantizar nuestra dirección de vanguardia. Se nos exige rigurosidad en los principios y ser flexibles en la táctica.
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- Escrito por Juan J. Sánchez
- Categoría: Movimiento Obrero