La tragedia que se cobró la vida de más de doscientos obreros en la mina de carbón de Soma en Turquía mientras muchos otros siguen atrapados tiene como causa la sobreexplotación, la falta de medidas de seguridad, las condiciones de esclavitud y la incesante presión sobre los trabajadores, la subcontratación, la ausencia de derechos sindicales, y la propiedad privada sobre los medios de producción y los recursos naturales que sacrifica cada año decenas de vidas obreras en aras del beneficio de la patronal parasitaria.

Este sacrificio ante el altar del máximo beneficio capitalista es un nuevo crimen del que acusamos a la compañía minera explotadora SOMA Komur Isletmeleri AS, al conjunto de la patronal minera y al gobierno turco capitalista, cómplice y patrocinador de los asesinos.

Sus fortunas están amasadas con la sangre de nuestra clase. No olvidaremos este nuevo crimen patronal. Exigimos justicia obrera y castigo para los culpables.

Marina Quintillán

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