Se aproxima una vez más el 8 de marzo, una movilización clave para gran parte de las mujeres jóvenes y una fecha señalada en las organizaciones que ven el feminismo de clase como una de sus bases.

En el pasado 25 de noviembre, día por la erradicación de la violencia sobre la mujer vimos una bajada en la movilización, queríamos pensar que era por ser lunes, pero vemos con miedo cómo las movilizaciones feministas, las que más seguimiento seguían teniendo, bajan y solo una pequeña parte de quienes las formaban han pasado a involucrarse en la militancia.

Los nuevos partidos de la izquierda, en gran parte nutridos a partir de las movilizaciones feministas, han demostrado no ser ni feministas ni espacios seguros para la militancia de las mujeres, suponiendo esto un refuerzo a la militancia no mixta, aumentando el riesgo de brecha, dificultando la idea de intersección del movimiento feminista con los movimientos de clase. La militancia feminista no mixta no debe estar fundamentada en que los espacios mixtos políticos no sean seguros, debemos poder desarrollar nuestro compromiso político fuera de los espacios propios del feminismo.

Hay quienes siguen diciendo que el movimiento feminista es únicamente un chiringuito de estos partidos, un reduccionismo usado para negar una vez más, el movimiento feminista y su potencia. Entre quienes niegan el feminismo y quienes lo instrumentalizan para sus propias siglas, nos encontramos las feministas de clase, en la misma trinchera y viendo como tenemos que seguir luchando los mismos espacios contra los mismos discursos rancios, desclasados y patriarcales. Naturalmente el feminismo, como todo espacio de elaboración teórica, no está exento de la lucha de ideas, de la lucha de clases, y no puede dejar de ser expresión más o menos consciente de determinados intereses de clases.

Eso fue y sigue siendo así, pero quienes nos precedieron en la lucha no abandonaron la batalla contra las posiciones pequeño burguesas y siempre disputaron los espacios políticos para lograr la hegemonía entre la clase. Confrontaron desde sus propias posiciones y postulados ideológicos. Si las primeras elaboraciones que colocaron la problemática de la mujer en relación con la producción social fueron hechas desde el marxismo, si las propuestas y elaboraciones surgieron de la contienda política con otros grupos y principalmente con los postulados burgueses, si no obstante no todo está escrito y fruto del desarrollo capitalista y la incorporación de la fuerza de trabajo femenina a la producción, las formas sociales también cambian, ¿cómo renunciar a seguir dando respuestas y propuestas en función de los análisis concretos de la realidad concreta, como si ya no fuera posible retomar y avanzar debates? Si Kollontai en su disputa con el feminismo burgués de la época directamente lo hubiera descalificado precisamente por burgués y no hubiera confrontado, si hubiera desistido de esa lucha teórico-práctica, además de ser una diletante hubiera hecho un flaco favor a la causa de la clase obrera y muy especialmente a la causa de su parte más desfavorecida y oprimida. Sin embargo, afortunadamente, no lo hizo.

El panorama de la movilización es crítico, por eso es más necesario que nunca la presencia en este día con la bandera comunista, dejando claro que la militancia en organizaciones de clase es posible, y no solo eso,sino que una militancia comprometida y que no use el feminismo como lanzadera para sus siglas, es el camino que nos queda. Ante esta perspectiva, que puede parecer cruda, crítica y difícil, pero nunca desalentadora para la militancia comunista, no queda más opción que combatir las ideas pequeño burguesas que niegan el feminismo y su componente de clase, como el PCPE y la JCPE levantar la bandera comunista en el día internacional de la mujer trabajadora, seguir en los frentes feministas llevando la conciencia de clase, y sin olvidar la larga lucha de las mujeres en todos los espacios donde combatimos al capitalismo.

La juventud comunista sabemos que la organización feminista de clase es la única posibilidad para la emancipación de la mujer obrera, salimos a las calles el 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora, pero llevamos las ideas feministas de clase en nuestros frentes, desde el estudiantil al antiimperialista.

Edurne Batanero

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