Durante 2023 fueron denunciados 21.825 delitos contra la libertad sexual, de éstos, uno de cada cinco violaciones, y 42% de las víctimas, menores de edad, tres de cada cuatro víctimas de violencia sexual son menores de 30 años.
Las agresiones y abusos con penetración se cometen principalmente contra mujeres en la franja de 18-30 años, seguidas por las menores de edad, que representan el grupo más numeroso de agresiones sin penetración.
Así tipifican los delitos, contra la libertad sexual, un forma muy amable de llamarlo, dividendo entre delitos con penetración o sin ella, en la cual se deja de hacer alusión a la violencia que implican, contra la libertad sexual es la falta de educación sexual, de métodos anticonceptivos seguros y accesibles, y la gymkana que supone el derecho al aborto en nuestro Estado.
La ciberdelincuencia se ha abierto paso en esta categoría, donde los perfiles son más bajos en agresiones y víctimas, con tres principales delitos, pornografía de menores, acoso de adultos a menores de 16 con fines sexuales -o grooming- y corrupción de menores e incapacitados. El 74’1 % de las denuncias son sobre delincuencia, ocho de cada diez víctimas fueron menores de edad, y la mayoría por debajo de los 13 años, el 68%, mujeres.
Desde 2018 vemos en el informe sobre estos delitos como ha crecido cada año el número de agresiones sexuales múltiples, llegando a ser un 64%, el perfil de la agredida, según los datos de las denuncias, es una niña de media de 15 años, que conoce con anterioridad al agresor. La ONG Save The Children recuerda que entre menores la violencia sexual se está produciendo entre iguales, principalmente en el hogar o el ocio nocturno.
A partir de la publicación de informes como el de las agresiones contra la libertad sexual en busca de respuestas sobre el incremento destacan las nuevas tecnologías y la pornografía. El primer caso porque es el entorno en el que se están desarrollando infancia y adolescencia, y el segundo por el condicionamiento que está produciendo en la relación de niños, niñas y adolescentes con sus iguales. Actualmente, según datos de Save The Children casi siete de cada diez adolescentes ya han accedido a contenido pornográfico a los 12 años. El formato de este contenido es gratis, ilimitado y masivo, lo cual los menores reproducen en la ausencia de necesidad de consentimiento, ausencia de métodos anticonceptivos, cosificación de la mujer y res de dominación sobre ella.
Eso se está reflejando también en que el 10% de las agresiones son grabadas (como señal de dominio) y posteriormente distribuidas (para el reconocimiento entre el grupo de iguales).
La ausencia de educación sexual con perspectiva de género en la escuela pública se refuerza en la temprana sexualización que se vive en las redes sociales, y que resulta más sencillo acceder a porno cada vez más violento y degradante, que a educación sexual que incluya el consentimiento como eje principal
Los datos mencionados sobre agresiones muestran solo las denunciadas, por lo que no son los datos reales de lo que ocurre, como, por ejemplo, el caso de las mujeres migrantes, con mayor dificultad para llegar a denunciar.
En la encuesta del CIS, de este mismo año 2024, sobre la percepción de la igualdad entre hombres y mujeres y estereotipos de género se observa que el 50'1 % de los jóvenes (16-24 años) consideran que las políticas de igualdad han ido "tan lejos" que ahora los discriminados son ellos, obvian informes como el de estos delitos que seguimos sufriendo principalmente las mujeres, y cada vez más jóvenes hasta las menores. La propaganda antifeminista tanto de partidos, como de youtubers e influencers tiene aquí sus resultados.
Edurne Batanero