Ahora, cuando nos asfixia una emboscada capitalista más, infestada con retrocesos civilizatorios, filosofar es un arma para la Revolución Humanista de las Conciencias

Nada en la Filosofía “está escrito”, es decir, nada es “verdad absoluta”. Precisamente el ser de la Filosofía es no estancarse, es desarrollarse, evolucionar, enriquecerse autocríticamente y profundizarse a lo ancho y a lo largo. Nada en la Filosofía está exento de lugar y tiempo, de circunstancias y coyunturas, de base económica y techo práctico. En la Filosofía, que no pierde sentido, lo mejor esta por venir siempre. La vida de la Filosofía depende de su dialéctica, de su hambre por crecer siempre, de su necesidad de auto-superarse. Si no se vuelve dogma y muere. La historia de la cultura es también un cementerio de cuerpos filosóficos y de fiebres ideológicas extinguidos por el veneno de sus parálisis propias. También la Filosofía es hija de la lucha de clases.

Especialmente ahora, cuando nos asfixia una emboscada capitalista más, infestada con retrocesos civilizatorios, filosofar es un arma para la Revolución Humanista de las Conciencias. El tufo macabro de la burguesía, que ha convertido en mercancía toda maldad y todo crimen, pone en evidencia la urgencia de un filosofar superador liberado de las jaulas de eruditos y sabihondos que secuestraron a la Filosofía para sus negocios de escapismo intelectual y de mascaradas para esconder el saqueo de materia prima y de mano de obra abaratada. Por más malabares ideológicos e hipnotismos de farándula intelectual, la Filosofía necesaria tiende a inaugurar caminos para su liberación permanente. Para no asfixiarse en el palabrerío de los mercenarios.

Esto no es un paredón de ninguneos donde se fusilan mañosamente los antecedentes o la Historia de la Filosofía, sus mañas y sus manías. Aquí se sostiene una hipótesis radicada en la necesidad de Filosofía crítica para la crítica de la Filosofía, también. Contra los dogmatismos del mercado ideológico, contra las idolatrías “cultas”, contra el endiosamiento de malabaristas ideológicos o burócratas de la academia. Aquí no se niega la historia, se la analiza con herramientas calibradas en el fragor de muchos engaños y distorsiones que han hecho de la Filosofía un archivo muerto de palabrerío incomprensible.

Esto es una reflexión filosófica para la crítica del neoliberalismo y los estragos perpetrados contra la humanidad que ha padecido una “guerra cultural” desalmada y descomunal financiada por los vividores de la ignorancia y los buitres proveedores del circo de los espantos ideológicos burgueses. Aquí no se disculpan las payasadas “intelectuales” de la verborrea docta, no se disculpan los abusos de la confianza académica depositada, por los estudiantes nóveles, en los “profes” incapaces de consensuar las relaciones teóricas en las aulas. Porque trafican, sin consultar al estudiantado, la ideología refrita hasta el hartazgo de los autores más cómodos para el docente. Así funcionan ciertas mafias académicas que se publican sus librillos entre sí y se premian con besamanos de egos inflamados. Si los habremos padecido.

Aquí también se deja sentir la necesidad de no confundir a la Filosofía con las dictaduras ideológicas de algunos centros educativos donde al “ojo del amo” engorda el caballo de los negociados en nombre de la Filosofía. No pocos “directores”, “rectores” o “decanos” organizan sus proyectos de Filosofía con extorsiones elegantes y chapuzas teóricas para seducir a los subordinados y hacerlos obedecer las líneas teóricas de sus caprichos ideológicos y sus negociados intelectuales. Los tenemos muy detectados, aunque podamos hacer poco ante esas mafias poseedoras del silencio de sus siervos.

En un mundo incendiado por la industria macabra de las amas, por los sistemas “financieros” saqueadores, extorsivos y hambreadores, por las iglesias anestesistas y los mass media embrutecedores, la Filosofía tiene cometidos inéditos a los que está llegando tarde victimada por los ejércitos del engaño ilustrado. Ya basta, lo mejor de la Filosofía está por venir, especialmente la Filosofía para la transformación del mundo. No es tan difícil de entender. Lo difícil es organizarse con un programa de lucha filosófica basada en la dialéctica revolucionaria de la emancipación humana.

¿Cual Filosofía? El siglo XXI plantea desafíos que requieren un replanteamiento profundo de la Filosofía. La crisis ecológica causada por el capitalismo, el avance de la “inteligencia artificial” y el hurto de la masa de información digital, la intensificación de las desigualdades económicas, políticas y culturales y el recrudecimiento macabro del imperialismo, exigen una crítica filosófica más radical, concreta, se requiere una Filosofía comprometida con la transformación revolucionaria de la sociedad, orientada hacia la emancipación de la clase trabajadora y los pueblos oprimidos. Los próximos 20 años son cruciales para formular una nueva praxis filosófica que modifique las condiciones materiales actuales.

El desarrollo histórico como producto de las contradicciones de clase, se expresa en una descomunal concentración de la riqueza en manos de una pequeña élite en la precarización del trabajo con la disolución del estado del bienestar. Ese es el marco del colapso “ambiental” obra de los abusos capitalistas en su modo, sus medios y sus relaciones de producción. John Bellamy Foster y otros autores ecológicos hablan de “fractura metabólica”, de depredación de la naturaleza causada por la acumulación capitalista. El capitalismo, basado en la extracción ilimitada de recursos y la maximización de beneficios, está destruyendo las condiciones ecológicas que permiten la vida en la Tierra.

Por ejemplo: Urge una crítica del capitalismo en términos ecológicos, denunciando la contradicción entre las fuerzas productivas (tecnología, ciencia) y las relaciones de producción hacia una reestructuración total de la economía global hacia formas de producción sostenibles, socializadas y democráticas. Es prioridad la automatización y la inteligencia artificial y su impacto sobre el trabajo. El capitalismo adueñado de las fuerzas productivas eventualmente haría innecesario el trabajo humano. El capitalismo utiliza la tecnología para incrementar la explotación y el control de los trabajadores. La filosofía que necesitamos en los próximos años debe abordar esta contradicción y resolverla de manera revolucionaria. Se necesita una praxis transformadora sobre la concepción y el uso de la tecnología que debe servir para liberar a los trabajadores en lugar de maximizar los beneficios del capitalismo.

Requerimos una Semiótica para la Emancipación. La Batalla Ideológica en la Era de la Información y la Revolución de las Conciencias exige la democratización y la soberanía sobre la producción y circulación de símbolos e información que ha tomado centralidad cada vez mayor en la dominación capitalista. Necesitamos una semiótica para la emancipación, donde la lucha ideológica, simbólica y mediática de paso a una victoria en un mundo hiper-conectado, donde las corporaciones controlan los medios de comunicación, las plataformas digitales y la producción cultural porque el poder del capital hoy reside no solo en la explotación económica, sino también en la producción de subjetividades alienadas. Necesitamos una Filosofía que articule la crítica de los medios de comunicación, las redes sociales y las nuevas formas de alienación simbólica. Filosofía y Semiótica en pie de lucha también por la emancipación de la producción cultural.

Necesitamos, en suma, una Filosofía de la Praxis Transformadora. En las décadas próximas es necesario actualizar las fuerzas revolucionarias de la especie humana sobre las nuevas problemáticas del siglo XXI. Una Filosofía dialéctica y radicalmente comprometida con la transformación de la realidad que debe actualizar las categorías teórico-metodológicas de la lucha de clases, la crítica ecológica, la emancipación tecnológica, la semiótica crítica y el internacionalismo, para configurar una praxis filosófica que nos conduzca hacia una verdadera emancipación global. Es indispensable articular la Filosofía con las luchas concretas que están desarrollándose en todo el mundo, desde los movimientos feministas y ecologistas hasta las luchas obreras y anticoloniales, conformando una visión coherente y totalizante de la emancipación humana. Una Filosofía que debe estar abierta al debate y al cambio, imbricándose con las condiciones generales y concretas de cada lucha. O será nada.

Fernando Buen Abad

uyl_logo40a.png