Dulce Chacón nunca mercantilizó la memoria histórica republicana ni la manoseó como lo hacen hoy los mercanchifles de lo que denominan memoria democrática, esos malversadores de la Historia que pretenden reconvertir la memoria de la lucha republicana más propicia a la homogeneización histórica burguesa. Una especie de especímenes del oportunismo más baboso de republicanos de la memoria del pasado y monárquicos gestores del régimen borbónico.
Asistimos a una mistificación tendenciosa de confundir o relativizar el epicentro del conflicto de la guerra contra el fascismo en España, en base a una falsa reconciliación bajo la égida de la dominación burguesa, estoy pensando en Juan Eslava o Javier Cercas, verdaderos trileros de la manipulación burguesa de la historia al servicio del proyecto oligárquico de la Transición.
No olvidemos aquellos monumentos de la Transición que glorificaban a las víctimas de la guerra, homologando a las víctimas y los verdugos, a republicanos y verdugos para solapar el genocidio que perpetró el fascismo en España.
La cuestión consiste en enmascarar la lucha de clases en los conflictos sociales y relativizar los desmanes del fascismo. Ello conlleva a blanquear el franquismo que pervive, el resultado lo tenemos con los lunpen-fascinerosos voxeros.
Mientras tanto la socialdemocracia de Soros, como es la Cadena SER, persiste a través de la prestidigitadora Nieves Concostrina y su crítica del franquismo para legitimar la falaz Transición gatopardiana, insiste en la falacia de la memoria democrática de que la república representó el régimen burgués, obvia el papel del Frente Popular y del PCE de José Díaz a la hora de combatir el fascismo y el proyecto oligárquico burgués que pervive todavía. En esta línea podemos citar “Las trece rosas” de Jesús Ferrero, al convertir la novela en una pantomima literaria.
La película de Benito Zambrano recoge con plena honestidad lo que representa la novela “La voz dormida” de Dulce Chacón, cuyos personajes femeninos, mujeres protagonistas luchadoras realmente empoderadas de conciencia de clase, nada que ver con “Amar en tiempos revueltos” de las soporíferas sobremesas somnolientas.
La novela de Dulce Chacón nos lleva a la fiabilidad de novelar los testimonios de mujeres que lucharon contra el fascismo y fueron víctimas del fascismo sin ambigüedades, ambages, florituras ni traicioneras falsedades.
Miguel Ángel Rojas