La manifestación celebrada el 20 de abril bajo el lema “Canarias tiene un límite” en todas las islas de Canarias fue todo un rotundo éxito de movilización. Multitud de personas, colectivos, y sectores sociales acudieron a la manifestación constatando la enorme preocupación que el actual modelo económico, dominado por la actividad turística, provoca entre una gran parte de la población canaria. 

El éxito de la convocatoria estriba en que han dado cauce movilizador a una preocupación, a un malestar latente en el pueblo canario sobre las consecuencias que el actual modelo turístico y, en general, el modelo económico-social con el continuo deterioro del entorno natural de las islas y de la condiciones de vida entre amplísimos sectores sociales del pueblo.

Esta gran manifestación del 20-A, da continuidad de otras que se han producido en defensa del territorio, del paisaje y del entorno natural del archipiélago; un proceso de luchas en defensa activa de entornos naturales que se han visto amenazados por la construcción de infraestructuras que la burguesía intenta desarrollar un modelo económico basado en la degradación, contaminación y especulación de territorios en aras de un creciente proceso de acumulación de capitales. En la medida que para nuestro pueblo, el territorio es parte de su identidad nacional, y de su misma construcción como pueblo particularmente diferenciado, existe una íntima contradicción entre el modelo turístico y los diversos aspectos del modelo productivo, económico y social que la oligarquía y el capital monopolista desarrollan en Canarias.

 Un modelo insostenible para Canarias

El turismo es el modelo capitalista que la división internacional del trabajo impone a Canarias, en el seno de la UE, por lo que mas allá de debatir sobre modelos turísticos está claro que no habrá una transformación radical del modelo productivo y social, sin acabar con el capitalismo, sin modificar las relaciones de poder que existen hoy en las islas, sin acabar con las relaciones caciquiles, clientelares, corruptas, con las que burguesía canaria impone su existencia social, su dictadura de clase.

Se añade la situación geopolítica de Canarias en las pugnas interimperialistas actuales, que sitúa a las islas en todos los mapas de de la guerra global. Ello conduce a una militarización creciente y a la realización de de maniobras militares internacionales en tierra, mar y aire, que nos convierte en una diana en cualquier escenario.

Está todo relacionado: la falta angustiosa de viviendas sociales está en relación directa con la proliferación de viviendas vacacionales, la ausencia de una política de alquileres populares y asequibles está en relación con la especulación urbanística y del suelo que prioriza la construcción hotelera y de infraestructuras asociadas a ellas, por encima de las necesidades populares.

Así como los sueldos y salarios de miseria con que el patrón paga el trabajo en Canarias, están relacionados con la sobreexplotación a la que se somete a la clase trabajadora para conseguir precios competitivos internacionalmente, esa es la realidad del capitalismo, las ganancias de unos pocos se consiguen a través de la explotación laboral y la destrucción territorial y medioambiental, y esa realidad no puede ser omitida en las soluciones después que del 20-A.  

Para articular propuestas de fondo y otras que avancen en el proceso de construcción de Poder Popular, es necesaria la organización popular, la participación directa y libre del pueblo con mecanismos participativos democráticos elaborados por la propia gente organizada, asambleas en barrios y pueblos, y de sector. Necesitamos avanzar en el actual proceso movilizador, no parar el impulso del 20-A, continuar con las manifestaciones, acciones y movilizaciones.

Los procesos en marcha

En ese sentido, ya se están estableciendo mecanismos organizativos y de propuestas programáticas que van delimitando los campos del debate en torno a los efectos que se deducen tras la manifestación del 20 de abril: por un lado está la iniciativa “Canarias Palante” una iniciativa de participación ciudadana que excluye expresamente a los Partidos Políticos, a la que se han sumado más de 75 colectivos, en su mayoría medioambientales, que propicia un proceso de aportación de propuestas de cambio para Canarias partiendo de las reivindicaciones del 20A y que pretende, una vez sistematizadas, llevarlas al Gobierno Canario para su negociación, los límites de este proceso son que, por un lado, la participación es online y por otro, que el control del proceso lo tiene de momento un grupo motor de especialistas en participación que van marcando los tiempos y las iniciativas de comunicación. Se corre el riesgo del caer en la tecnocracia, de que las expertas determinen el proceso. El clima de los colectivos es de confianza, a ver como se desarrolla, pero el verdadero límite de esta propuesta es la cerrazon histórica de la burguesía canaria y sus representantes políticos actualmente en el poder (CC-PP).

Por otro lado está la iniciativa que se está articulando a partir de la convocatorias de Asambleas Populares en La Laguna (iniciativa que parte del núcleo fundacional de “Canarias se agota”) y que de momento está cumpliendo las expectativas que inicialmente se tenían: buena presencia y participación, alta capacidad de iniciativa política, interés en seguir continuado y profundizando la movilización, talante integrador y presencia plural y amplia. Este proyecto es el que ofrece más potencialidades para vertebrar un ciclo alcista del movimiento popular y social en Canarias, o cuanto menos en la isla de Tenerife. En ese sentido, el inmovilismo de la institucionalidad burguesa en Canarias, propicia que sólo la iniciativa popular pueda abrir un cauce participativo ante las perspectivas abiertas tras el 20-A; la burguesía canaria y sus representantes institucionales, en décadas de dominio hegemónico incontestable (tras las grandes movilizaciones de 2010-2014) han negado siempre la mayor ignorando cualquier posibilidad de cambio del modelo.

Ahora se trata de abrir un nuevo ciclo movilizador. Abrir nuevos cauces organizativos y ampliar las acciones. Se trata de forjar alianzas, relaciones y capacidades para revertir una situación cada vez más compleja y aguda: el capitalismo está en un etapa de declive orgánico, de una profunda crisis que todavía no toca fondo, y el capitalismo en Canarias, dada la histórica debilidad de esta formación social en el archipiélago, agudiza, aún más, su contenido retrógrado y terminal; así pues estamos ante los últimos granos de arena que van cayendo lentamente en el reloj de la historia antes de que nos entierre.

Alexis Dorta

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