Sin partido marxista -leninista no habrá situación de crisis revolucionaria, ni toma del poder político del proletariado y de las masas obreras
Este tiempo histórico, que nos ha tocado vivir, está marcado por la agudización de la crisis del modelo socio-político del capitalismo. Modelo fundamentado en la propiedad de los medios de producción y la concurrencia de la mercancía, pero principalmente en la extracción de plusvalía, como muy acertadamente situara Carlos Marx en su crítica al Capital.
Crisis general del capitalismo, en su fase superior, el imperialismo, producto esta de una elevada superproducción de mercancía. Y Marx dice.: “Como fanático de la valorización del valor, el capitalista constriñe implacablemente a la humanidad a producir por producir, y por consiguiente, a desarrollar las fuerzas productivas sociales… La sobreproducción de mercancías es sobreproducción de capital (ya que el capital mismo está compuesto de mercancías). Y la sobreproducción de capital es la sobreproducción de valor destinada a producir plusvalía; o, desde el punto de vista material, es sobreproducción de mercancías destinadas a la reproducción, esto es, a la reproducción en escala demasiado ampliada, que es lo mismo que la sobreproducción pura y simple”. Lo cual significa que “se ha producido demasiado con vistas al enriquecimiento”. Cómo y con qué claridad explicaba este Marx las leyes del Capital.
Leyes irrefutables que, a través de los años en los que el capitalismo se desarrolla, hemos llegado a la crisis de su modelo social político; crisis que hoy azota a más de tres cuartas partes de la humanidad, de la que el capital solo encuentra una salida, que no es otra que la destrucción en masa de fuerzas productivas y como última carta, destruir estas a través de la guerra generalizada, para de paso, apropiarse de todos los recursos energéticos posibles y, cómo no, de todo el mercado a su alcance.
Ante esta realidad histórica, de profunda crisis del sistema capitalista, crisis que golpea con violencia al conjunto de las masas obreras, deberíamos hacernos la pregunta: ¿con qué mecanismos de respuesta cuenta la clase obrera para defenderse de los agresivos ataques de la burguesía?
La clase obrera, cuenta con herramientas políticas organizativas, con las que hacer frente al enemigo de clase, la burguesía. Pero lamentablemente hoy estas se sitúan en una posición de debilidad, o han sido secuestradas por elementos que, haciéndose pasar por amigos, ¨compañeros¨ de clase, trabajan al servicio de la burguesía.
En el proceso histórico de la lucha de clases, hay flujos y reflujos, en los que las correlaciones de fuerza varían en favor de una clase u otra. Son muchos los momentos de la lucha de clases, en los que las masas obreras pudieron confrontar contra la burguesía e intereses de esta y la clase obrera triunfó.
Podríamos hacer un recorrido por la historia de la humanidad y poder identificar momentos gloriosos en los que obreras y obreros vencieron. En este artículo vamos a centrarnos en la lucha de clases, comprendida en los años 80 del siglo XX en el estado español.
La década de los 80, siglo XX ,es precedida de años de lucha entre posiciones ideológicas en el seno de los partidos comunistas; en España PCE que, como resultado y culmen, tiene el nacimiento del PCPE. También se dan miles de protestas y huelgas obreras, antesala de lo que sucedería en los años 85 y 88, en los que se llevaron a cabo las dos huelgas generales más importantes de la historia en el estado español. La primera de ellas, 20 de junio del 85, huelga con la que se consigue la no aprobación de la ley que pretendía elevar los años de cotización para jubilarse. La segunda, 14 diciembre del 88, se logra la retirada del Plan de Empleo Juvenil, fue, ha sido la mayor movilización de la historia de este país. Treinta seis años después, no ha habido ninguna otra que las supere. Secundaron el paro ocho millones de trabajadores, tres millones de estudiantes y cientos de miles de agricultores, autónomos, pequeños comerciantes, deportistas y profesiones liberales, TVE dejo de emitir (única vez en su historia).
La convocatoria y desarrollo de estas dos importantísimas huelgas generales no habría sido posible sin la participación militante de cientos, miles, de cuadros del PCPE. Son los cuadros del PCPE, quienes, desde posiciones Revolucionarias, orientados y dirigidos por su comité central, sitúan la necesidad, ante la agresividad de la burguesía y su gobierno, de elevar el nivel en la lucha de clases. Son estos cuadros comunistas, desde su militancia sindical, principal y mayoritariamente en CC.OO., quienes, ante las vacilaciones de la militancia del PCE y sus dirigentes, asumen el protagonismo y, con una estrategia superadora, son reconocidos por la mayoría de obreros y obreras como sus dirigentes. Esta realidad, se pudo ver principalmente en la huelga del 85, donde UGT traiciona al conjunto del pueblo y parte de los dirigentes de CC.OO., militantes del PCE, se sitúan en la ambigüedad. El PCPE, sus cuadros, sus militantes, trabajan incansablemente con la confianza depositada en las masas obreras, sin descanso y con optimismo revolucionario, organizan la Huelga. Debemos tener en cuenta que en junio del 85, el PCPE cuenta solo con 17 meses de existencia, pero su militancia atesora años de lucha revolucionaria.
Llegamos a diciembre del 88, el PCPE ya está cerca de sus 5 años de vida; en este espacio de tiempo se han desarrollado aspectos de la vida partidista que hacen de nuestro partido un sujeto político con elevadas capacidades de dirección de masas. En esta ocasión, la dirección del PCE, sabedora de la capacidad política y organizativa del PCPE, intenta no relajar su intervención, pero nuevamente en amplios sectores del movimiento obrero los cuadros del PCPE serían quienes ejercerían de vanguardia.
Desde entonces y principalmente en la última década, se viene discutiendo y en otras muchas ocasiones ocultando, el papel predominante, hegemónico, que tuvo el PCPE en la lucha de clases desde el 84 al 90. Hoy, trascurrido el suficiente tiempo, para poder saber discernir cientos de circunstancias que dificultaron la vida partidista, podemos afirmar rotundamente que las dos históricas huelgas generales, sin la participación, dirección activa del PCPE, quizás no se hubieran convocado, o su resultado habría sido el mismo que todas las siguientes desde 1992, ya con el PCPE violentamente atacado y debilitado, que se pueden considerar derrotas de la clase obrera en sus reivindicaciones y aspiraciones.
Como decíamos al principio, hoy las masas obreras están siendo castigadas violentamente por el capital en crisis, pero dichas masas no cuentan con el potente partido que fuese el PCPE en los años 80. Hoy, después de continuos ataques diseñados desde los ámbitos de poder capitalista, el PCPE no está en disposición y capacidad para llevar a las masas a niveles más altos de confrontación. Y esta verdad es la que refuta lo expresado de la hegemonía del PCPE en la lucha de clase en los años 80: es necesario una huelga general. Son necesarias varias Huelgas Generales, que superen lo simplemente económico y sitúen la confrontación política entre clases como elemento principal. Volvemos al enunciado con el que comenzamos: Sin partido marxista -leninista no habrá situación de crisis revolucionaria que tenga como final la toma del poder político del proletariado y de las masas obreras.
Juan J. Sánchez