SARA ROSENBERG
Escritora, pintora y dramaturga
Antes que nada saludar a los compañeros y los 40 años de resistencia COMUNISTA. Han sabido guardar esta palabra sagrada.
Hoy atravesamos un momento histórico clave, en el que la palabra COMUNISMO tiene un sentido doblemente fuerte.
Es una palabra que ustedes han sabido preservar de todas las derrotas sufridas en España, y enarbolarla contra la decadencia ideológica y cultural sembrada en una sociedad de consumo que ha abandonado el sentido y la lucha por una humanidad libre y dueña de su destino. No ha sido fácil ni lo es.
Porque la palabra, COMUNISMO es y sigue siendo la aspiración máxima de los seres humanos capaces de transformar una sociedad de esclavos en una sociedad humana sin explotados ni explotadores. Una lucha que lleva ya más de un siglo y que desde la gloriosa Revolución de Octubre ha sido atacada sin tregua, pero que sigue avanzando en cada lugar del mundo donde hoy se libran las luchas definitivas contra la podrida sociedad capitalista, esa maquinaria del crimen organizado que se abate sobre la humanidad entera.
COMUNISMO es humanidad, es antiimperialismo, es internacionalismo, es justicia y equidad, y ese es nuestro horizonte vital, es el proyecto de una sociedad capaz de consolidar la paz y el desarrollo de las fuerzas productivas en manos de los trabajadores y para los trabajadores.
Así fue, a pesar de los avances y retrocesos y así será porque no hay otra alternativa de vida para la especie y el planeta más que una economía planificada y el control de los medios de producción, con otra cultura, con otros valores humanos, una cultura de vida y no de muerte como es la del sistema capitalista. Millones de compañeros han dado su vida en el camino al socialismo y seremos millones los que seguiremos luchando hasta vencer.
Y decía que es doblemente fuerte el sentido de la palabra COMUNISMO en este momento histórico de absoluta decadencia del hegemón angloamericano apoyado por la Unión Europea y sus socios nazisionistas. Estamos inmersos en una guerra total contra la Humanidad, cuya vanguardia está en Palestina, en Yemen, en Siria, en Rusia, en África, en Venezuela, en Nicaragua, en Cuba, en los pueblos que resisten la barbarie y que se enfrentan al imperialismo genocida, pueblos que nos están enseñando lo que significa la dignidad humana, la decisión de luchar hasta el final y no aceptar la agonía del esclavo y el resignado que se nutre sólo del espíritu de la derrota, ese que en Europa ha sido inoculado para mantener a las masas sometidas mientras reciben las migajas de un banquete siniestro y sangriento.
Y es aquí y ahora, en medio de una debacle espiritual profunda, donde hay que levantar la bandera clara y roja del COMUNISMO, para organizarnos con sentido de futuro, de proyecto de liberación humana, de una sociedad distinta concreta y posible.
Es aquí y ahora donde la palabra COMUNISMO ha de ser devuelta a su sentido más profundo y urgente, sin medias tintas, contra la gran maquina de muerte del imperialismo, el nazismo, el fascismo y la barbarie.
Al espíritu de la derrota que pretenden imponernos, a la cultura que venden como libertad y es esclavitud, a todos sus productos perversos que siembran sólo desaliento y muerte, hay que combatirlos con la historia en la mano, con el proyecto concreto que hoy alumbran los pueblos en pie de lucha, en el camino, el único posible, al COMUNISMO: y sin duda, es un camino largo que necesitamos recorrer de la mano de aquella consigna guía:
¡Trabajadores del mundo, uníos! El presente es de lucha, el futuro es nuestro!
Venceremos!