Este año 2024 conmemoramos el centenario de la muerte de Lenin. Evidentemente, Lenin no renace cada cien años sino cada día de cada año. Al igual que a Lenin no se le puede concebir sin Marx ni Engels, hoy no se puede concebir a Marx sin Lenin.

Maiakovski, el poeta del Futurismo ruso, el gran escritor soviético, quien abandonara el furor futurista por una suerte de visionario, escribió un magnífico poema a Lenin, no es una mera elegía ni un cenotafio, ni mucho menos un epitafio. Maiakovski construye un monumento, en el sentido de testimonio, nada que ver con una estatua marmórea o de bronce. Todo lo contrario, Lenin no puede reducirse a un mausoleo pues Lenin ahora está más vivo que todos los vivos. El poema es un alegato ante cualquier tentativa de convertir a Lenin en un artificio taxidérmico. Maiakovski teme que los desfiles, los mausoleos, los honores y rituales oculten la sencillez de Lenin.

¡Qué pobre es en el mundo el taller de las palabras!: las palabras en el aire flotan y como el humo se disipan. Maiakovski confronta ante cualquier riesgo de convertirlo en un profeta por parte de rapsodas.

El poeta se pregunta: ¿era dirigente por la gracia divina?: no era un rey ni un dios…Al cielo lanzaría mis blasfemias…hoy enterramos al más terrenal de los humanos: veía lo que el tiempo de momento ocultaba.

Las máquinas exprimidoras de sudor no descansan, la explotación va retumbando por todo el Orbe. Maiakovski desentraña el Capitalismo enmascarado de ética, de estética y el alma de retórica. Se pregunta: ¿Y la poesía?: Capitalismo no es palabra fina, suena mejor ruiseñor.

El fantasma del Comunismo por Europa Correteaba, se alejaba y volvía aparecer vislumbrándose en la lejanía. En Simbirsk nació un niño como todos los demás: Lenin. Yo conocí a un obrero, era analfabeto,no había visto jamás una cartilla, pero oyó hablar a Lenin y lo compredió todo enseguida. Ya no creemos en palabras ajenas. Hay que derribar las poltronas burguesas y las de sus lacayos,¡basta de sacar las castañas del fuego a los burgueses!, se agotó ya nuestra paciencia angelical.

Los pensamientos de Lenin de más resplandor que el mayor incendio nos interpelan : ¡arrojemos con audacia los viejos harapos de la Socialdemocracia!. ¡Fuera el poder de los conciliadores y los capitalistas!. Abanderamos la revolución: el poder a los soviets, tierra a los campesinos, paz a los pueblos, pan a los hambrientos, el proletariado dueño de todo es. El Partido es el cerebro,la acción, la fuerza y la gloria de la clase obrera.

LENIN ES DE LAS VICTORIAS ORGANIZADOR: ¡ PROLETARIOS, ORGANIZAOS, PARA LA LUCHA FINAL!

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