Matar a un ruiseñor. Una vez más

No están vivos

No están muertos

No están ni vivos ni muertos

Ya han sido condenados

En el corredor recluidos

Vegetan asfixiados

en un mar de miedos

Bombas, explosivos…

Y otros inventos asesinos

Noche y día buscando en los cielos…

Mirando impotentes, desesperados

Sí, condenados

Condenados por los unos

Condenados por los otros

Los unos, gobernantes inhumanos

Oligarquía frenopática de despiadados

Criminales que mandan fríos ejércitos

Los otros, que se hacen a los lados

Hipócritas y escondidos

Afónicos, desaparecidos, acobardados

A los unos y a los otros nada les importa

No les importa destruir miles de vidas

Vidas de quienes no tienen culpa alguna

Tampoco le importa a la vieja Europa

Enferma, tutelada y ridícula

Y también… también perversa

¡Qué tiempos tan sangrientos!

Condenados por una voluntad empecinada

en negar y disimular tan inútil crueldad

Condenados por los que no tienen duda

Ni se preguntan ni vacilan

Una y otra vez, y otra… y otra…

Ni se preguntan ni vacilan

en matar a un ruiseñor

 

Gritos y fragmentos, Fantasías de un sueño libertario,

Miguel José Claudio Rodríguez 

Octubre 2023

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