La dimensión de un conflicto obrero no se mide exclusivamente por el número de trabajadoras/es directamente implicado. Ni siquiera resulta suficiente con atender al mayor o menor carácter estratégico del sector de la producción involucrado. Tal y como se señala en el excelente artículo “Sindicatos y huelga”, es de vital importancia la capacidad del colectivo en lucha para generar un movimiento de solidaridad dentro y fuera del propio sector, centro de trabajo, territorio, etc., que permita elevar su conciencia y aprendizaje para futuras luchas.
Desentrañar los elementos, no siempre obvios, de la estructura y superestructura del sistema de explotación que se encuentran en la raíz del conflicto es una de las claves para elevar la lucha laboral a conflicto político contra el capital. Más allá de las siglas en las que desarrollemos nuestra actividad sindical, ese es un objetivo irrenunciable para la militancia comunista. Así tenemos que:
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Cuando, tras ganar la licitación en el año 2015 con una oferta temeraria, la empresa Catering 45 acosa laboralmente a las trabajadoras de la cantina del edificio Altabix de la Universidad Miguel Hernández de Elx (UMH), sabe que tiene de su lado al GATS (Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios) y al Tratado de Lisboa de la UE, cuyo dogma del “mercado interior en el que la competencia sea libre y no esté falseada” se fundamenta en la precarización de las condiciones laborales y del propio servicio.
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Cuando el patrón trata de convencerlas de que pasar del contrato fijo al fijo-discontinuo les permitiría “disfrutar” más de las vacaciones escolares de sus hijos, o cuando les parte el turno para quebrar la conciliación, a sabiendas de que implicaba a varias familias monomarentales, hace uso del patriarcado más casposo.
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Cuando el Vicerrector de Infraestructuras, siempre a puerta cerrada, comenta que no deberían existir comedores universitarios, está expresando la idea de que los Servicios Públicos ejercen una competencia “desleal”, y cuando hostiga a las trabajadoras para que degraden su contrato a fijo-discontinuo ejerce de burdo cómplice de las empresas concesionarias. Lo llaman colaboración público-privada.
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Cuando recientemente Catering 45, unilateral e ilegalmente, transforma todos los contratos de estas trabajadoras en fijos-discontinuos sin duda está aprovechando la última contrarreforma laboral de Yolanda Díaz, que ha disparado exponencialmente un tipo de contrato que maquilla el desempleo, la concatenación de contratos temporales y la parcialidad forzosa.
Finalmente, cuando el mismo Vicerrector de Infraestructuras decreta el pasado 20 de octubre el cierre ¿temporal? de un servicio fundamental para miles de trabajadoras/es y estudiantes como es la cafetería/comedor, se demuestra nítidamente la contradicción entre el carácter social de las fuerzas productivas y la propiedad privada de los medios de producción.
Queda claro que la patronal y la administración a su servicio hacen política, alta política. Si nuestra clase y sus organizaciones, incluidas las sindicales, renuncian a hacer política, ellos la harán por nosotros y, como vemos, contra nosotros. Desde la Sección Sindical del Consejo Sindical Obrero de la UMH (CSO-UMH) estamos exigiendo ante toda la comunidad universitaria la gestión pública directa de la cafetería Altabix de la UMH, así como la dimisión del Vicerrector de Infraestructuras por ultraliberal e incompetente.
En el momento actual CSO-UMH, siempre respetando el protagonismo de las trabajadoras en su propio conflicto, está organizando concentraciones y/o repartos de octavillas frente al Rectorado, en las rotondas y estación de Renfe Cercanías de acceso a la Universidad, recogidas de firmas, “cafetadas” delante de la cafetería ahora cerrada para nutrir la caja de resistencia contra los impagos salariales, etc.
Contamos con el respaldo sin fisuras del Sindicato y, debemos destacarlo, de los Comités para la Unidad Obrera de L’Alacantí, que aportan su experiencia acumulada sobre la capacidad movilizadora de los “pequeños” conflictos. Sin embargo, cuando desde CSO-UMH hemos solicitado el apoyo a los tres órganos de representación unitaria, a las otras cuatro secciones sindicales (CSIF, SEP, CC.OO. y UGT) o a la mismísima representante de CC.OO. en el Consejo Social de la UMH, hemos obtenido negativas, evasivas o, simplemente, la callada por respuesta.
Las y los militantes del PCPE nunca debemos olvidar que somos comunistas en el Sindicato y no sindicalistas en el Partido y que, siempre respetando escrupulosamente la independencia organizativa del Sindicato, nuestra dirección política debe superar los raquíticos límites impuestos por décadas de sindicalismo traidor y claudicante.
¡Fuera las empresas de la Universidad!
¡La unidad es la fuerza de la clase obrera!
José Barril
Delegado de Personal Docente e Investigador
Sección Sindical de CSO-UMH