La guerra en Ucrania es un ataque estratégico de la OTAN contra Rusia, y todo lo que este país representa en términos geopolíticos. En segundo plano es, también, una guerra contra China. La propaganda de los medios corporativos oculta esta realidad, con mentiras y manipulaciones. Un consejo: no veas la televisión.

Los carniceros de Kiev ni representan a nadie ni deciden nada. Entregan a su pueblo a una muerte brutal, al tiempo que su país va siendo tomado por los fondos buitre y los monopolios yanquis. Es la lógica del imperialismo, que necesita en cada caso de una oligarquía local que legitime su barbarie, y colabore al sometimiento de su propio pueblo.

EL OCCIDENTE COLECTIVO COMO SUJETO EN DECADENCIA

El Occidente Colectivo -el eje anglosajón y la OTAN-, que siente cerca su final como bloque hegemónico mundial, desata la violencia más letal que le facilita hoy su alto desarrollo industrial y tecnológico. En el capitalismo, el magnífico desarrollo de las fuerzas productivas es utilizado para la muerte, y no para la vida. Se expresa, también de esta forma, la barbarie del sistema actual, frente a la nueva civilización socialista que está empujando por venir.

CIA, NSA, MOSHAD, MI6, CNI, etc., son los servicios secretos de la muerte, que extienden su terror a todos los pueblos.

Guerras de conveniencia, golpes de Estado, magnicidios, todo le vale a este sistema moribundo. El asesino siempre es blanco, creyente cristiano, racista, hetero, y occidental. Las víctimas: Lumumba, Ché, Sankara, Kadafi, Cabral, Bishop, Hani …. Los pueblos que alcanzarán la victoria.

Este Occidente Colectivo carga en su historia con un pesado fardo: cruzadas, inquisición, esclavitud, colonialismo, Hirosima y Nagasaky, Fukusima... Ahora a ese fardo se añade el nazifascismo ucraniano y el nazifascismo sionista. Una carga excesiva para unas estructuras ya con debilitada capacidad de resistencia. El colapso.

En lo ideológico se levantan nuevos paradigmas. Ya no Disney, ya no Coca-Cola, ya no Wounded Knee, ya no american way of life, ya ni Myflower, emerge un mundo nuevo. Los “buenos” de siempre andan bien jodidos. Pierden su capacidad de engaño a ojos vista.

Pero la OTAN insiste, hay que continuar hasta el último ucraniano vivo. Quinceañeros directamente al frente con dos semanas de entrenamiento. Es carne barata.

Ucrania, después de 1990, quedó en el centro de la diana (Brzezinski). El Maidán, organizado por Washington y Bruselas, abrió la puerta de los infiernos para su pueblo.

En la Cumbre de Madrid de 2022, la Alianza 360º fue proclamada como la gran organización terrorista de la dictadura internacional del capital. Y su primera víctima es Ucrania, su pueblo y sus tierras.

Stoltenberg lidera una caterva de liberales, ultras y socialdemócratas varios, que ejercen toda la violencia que necesita la desesperada formación capitalista. Aumenta la composición orgánica del capital, sigue inexorable la caída de la tasa de ganancia, el capital no crece, y solo queda la vía de la acumulación por desposesión: la guerra del fin del mundo. Mientras tanto, el capital monopolista sigue tocando los violines en la cubierta del Titanic. Meloni, Sunak, Borrell, Sánchez, Macrón, Von der Leyen… se las tendrán que ver con el Tribunal de los Pueblos, acusados como criminales de guerra.

GUERRA DE QUINTA GENERACIÓN

La guerra que estamos viendo es una forma altamente evolucionada de las técnicas militares capitalistas. La tan cacareada contraofensiva solo ha sido una inútil carnicería de dimensiones aterradoras. A miles de jóvenes se les ha arrancado la vida, miserablemente, en el altar del dinero de los monopolios. Los certeros misiles son lanzados a cientos o miles de kilómetros, no hay defensa posible. Tampoco los pretenciosos Leopard cambian la situación. Aun así el pueblo ruso también paga un alto precio en Ucrania. Nadie publica datos, es la guerra.

La OTAN ensaya sus novedosos armamentos como en un laboratorio, y recela del conocimiento que las tropas rusas van teniendo de las debilidades de las técnicas militares occidentales.

Los medios atlantistas intervienen en las operaciones militares. Pero no consiguen resultados con unas tropas sobre el terreno carentes de formación, sin motivación para la lucha, y atravesadas por una corrupción generalizada. El armamento suministrado se vende en todo tipo de circuitos irregulares. También llega a Palestina.

El final de esta guerra, con la previsible derrota de la OTAN, será un aldabonazo en el orden mundial. El riesgo, entonces, es que los promotores del acoso a Rusia lleven al mundo a escenarios dantescos mayores. La guerra nuclear.

LA UE DERROTADA, Y CHINA EN SU RUTA

Europa cae muerta en esta estrategia. Sin la energía barata procedente de Rusia, fundamental para su desarrollo industrial, y entregada a un gasto militar suicida, no tiene futuro. La voladura del Nord Stream 2 lo resume todo. Gana la banca yanki.

España, base logística del terrorismo internacional en el sur del continente, está dirigida por una cúpula (Felipe VI, PSOE, PP y otros) que solo mira cómo puede rascar algunas migajas en esta orgía de sangre y terror. Navantia, Indra y otras metalúrgicas y tecnológicas, escarbando entre el hedor para alcanzar algunos contratos de muerte.

China, desde fuera del escenario de guerra, sigue su ruta y avanza en una estrategia propia. Articula a buena parte del sur global con propuestas que encuentran mayor receptividad. Ese sur global no le sigue el juego a Kiev, y toma caminos propios.

UCRANIA ABIERTA EN CANAL

Ucrania es un país abierto en canal por militares yanquis, comerciantes de órganos, negociantes de bebés subrogados, fondos buitre robando tierras fértiles, traficantes de armas, el nazifascismo, la tortura, las violaciones, etc. ¿400.000, 500.000  muertos, más ….? No hay futuro para el país, los vecinos piensan ya en el reparto. No quedará nada.

El momento de la revolución socialista camina hacia nuestro presente. Hay que disponer todas las capacidades a la ofensiva, hay que desmontar el juego de los malabaristas. Categorías científicas, rigor y capacidad táctica, para tocar la realidad más concreta como catapulta hacia la quiebra del sistema capitalista internacional. Ese es el futuro que está abriendo la carnicería a la que se somete al pueblo ucraniano.

La clase obrera española, y los pueblos, no tenemos nada que ver con esta guerra. Movilización y lucha contra el creciente gasto militar y contra la participación de nuestro país en esta carnicería. Internacionalismo, poder obrero y socialismo.

C. Suárez

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