El pasado martes 31 de octubre, Leonor Borbón juró la Constitución en su 18.º cumpleaños. En su discurso se dirigió a «los españoles» pidiéndoles su confianza y apelando a la democracia. Resulta muy curioso que la heredera de la monarquía impuesta por Francisco Franco en 1969 siga pidiendo confianza después de haber demostrado con creces el carácter delictivo de una institución que, además de estar absolutamente implicada en la organización del golpe de estado del 23F, no ha parado de robar. Los constantes escándalos y corruptelas que han ido protagonizando Juan Carlos Borbón, Sofía Glücksburg, Cristina Borbón, Froilán Marichalar y Felipe Borbón son un suma y sigue constante que exigen una permanente campaña de blanqueamiento por parte de un Estado que sigue considerando la monarquñia como una pieza fundamental para la continuidad del poder burgués.

Pese a ello, y por si en algún momento fuera necesario aliviar las contradicciones que genera la crisis general del sistema y que, ya en este momento, hunden en la pobreza a un 26 % de las familias, también queda abierta la puerta de una república burguesa al más puro estilo gatopardista que defiende con ahínco todo el espectro político del oportunismo, encabezado por el PCE.

No obstante, la prioridad, de momento, es mantener viva la institución. Para eso, es necesario que la monarquía empiece a comulgar con los valores de la moderna burguesía: supuestos ecologismo y feminismo, que, sin ningún componente de clase y con la intención de canalizar las luchas verdaderas por la igualdad y la supervivencia de la especie hacia intereses opuestos, son hoy una bandera que enarbola la monarquía. De ahí que Letizia Ortiz tenga un papel tan protagónico a la hora de representar la monarquía y, por eso también, que la mayoría de los sectores monárquicos quiera que el trono lo herede Leonor Borbón.

En este sentido, la práctica totalidad del espectro parlamentario e institucional está dispuesto a jurar lealtad y respeto a la corona, tal y como se ha podido ver en el banquete posterior a la jura, al que han acudido personalidades como Cándido Conde Pumpido (presidente del Tribunal Constitucional) o Vicente Guilarte (presidente del Consejo General del Poder Judicial), así como Pedro Rollán (presidente del Senado) y Francina Armengol (presidenta del Congreso), que compartieron mesa con Felipe Borbón, Letizia Ortiz, Leonor Borbón, Sofía Borbón, Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo (que solo venía en calidad de presidente del Partido Popular), Miquel Roca y el fascista Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón (diputado por Alianza Popular desde 1982 hasta 1989), ambos considerados «padres de la Constitución». Entre el resto de asistentes figuran Yolanda Díaz, el fascista Santiago Abascal y Pepe Álvarez (Secretario General de UGT).

No existe oposición a la monarquía y al Régimen del 78 en las instituciones ni tampoco en el espectro parlamentario. La clase obrera no puede esperar que los gestores del capital mejoren cualitativamente nuestras condiciones de vida, incluyendo la destrucción de una institución reaccionaria y mafiosa como lo es la monarquía. A la monarquía y al fascismo se los combate en la calle.

¡NI REYES, NI PRINCESAS, NI REPÚBLICA BURGUESA!

¡FUERA, FASCISTAS, DE NUESTROS BARRIOS!

Secretaría de Memoria Histórica y Lucha Republicana

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