En el 106 Aniversario de la Revolución de Octubre, un año más el PCPE y la JCPE reiteramos nuestra adhesión inquebrantable a la epopeya proletaria que, al demostrar en la práctica la viabilidad del Poder Obrero,  marcó definitivamente el devenir de la Historia a favor de los pueblos y la Libertad.

Un compromiso con la justicia social y la igualdad. Por el  fin de la explotación y  de toda opresión  entre los seres humanos. A favor de la cultura y un bienestar armónico  con la Naturaleza. Por la paz entre los pueblos y su derecho a la libre autodeterminación. En definitiva, un compromiso real con la Vida que, tras la derrota sin paliativos del Capitalismo, fue la gran lección práctica que dio el proletariado ruso a todos los explotados y explotadas del Planeta.

Continuar construyendo esa epopeya que, pese a las derrotas y errores cometidos, jamás ha dejado de estar viva y determinar el desarrollo social a través de la luchas de clase, es la responsabilidad que nuevamente asumimos.

Una tarea para la que no dejamos de tener en cuenta, tanto las peculiaridades del crucial momento histórico en el que se da este Aniversario, como el actual nivel de conciencia de las clases sociales, para enfrentarla conforme a un Programa revolucionario acorde a la nueva situación en la que vivimos y sobre la que intervenimos para transformarla a favor del Socialismo.

Una labor  que asumimos con la plena conciencia de la necesidad de transitar nuestra propia experiencia revolucionaria, aprendiendo siempre  de la historia de las luchas de clase, pero huyendo en todo momento de cualquier dogmatismo paralizante que nos sitúe en la ensoñación del “reino de las formulas” del que nos advirtiera Lenin y en el que es tan fácil situarse alejándose de la realidad.

Nuestro compromiso es con el “reino de la verdad”, con la práctica, con el ejemplo concreto del perseverante trabajo militante que, en cualquier circunstancia,  es capaz de transmitir la ideología socialista a las masas,  porque sabe vincularla a las necesidades prácticas concretas de éstas y, progresivamente, propicia y logra conseguir que actúen de forma consciente en defensa exclusiva de sus intereses y necesidades. 

Octubre fue un ejemplo de ello porque demostró palmariamente que, para alcanzar la Victoria y lograr que la clase obrera se eleve a clase en el poder, no hay caminos diferentes a la organización y lucha consciente de las masas.

Por eso, cuando interpretamos que la Humanidad en su conjunto, vive absolutamente determinada por la crisis general del Capitalismo, asumimos  con plena conciencia del reto que enfrentamos, la doble responsabilidad de, no solo,  interpretar correctamente la realidad, sino de convertir en trascendentales las directrices y consignas  con las que interactuamos y nos dirigimos al pueblo trabajador en todas y cada una de sus reivindicaciones y anhelos, para transformar la crisis capitalista y la guerra imperialista en Revolución Socialista.

Para nada es algo sencillo, ni carente de riesgos, pero es la única forma de concebirnos y de entender la razón de nuestra existencia como Partido Comunista.

Un Partido para la Revolución.

Conmemoramos Octubre y, cuando vamos a cumplir 40 años el próximo enero de 2024, reivindicamos, con más fuerza si cabe, la necesidad del Partido Comunista.  No lo hacemos por fetichismo, sino por las evidencias prácticas  que sitúan, en el centro del desarrollo de la lucha revolucionaria,  la necesidad, el requisito imprescindible de la inteligencia colectiva superior que es la organización de vanguardia de cualquier proceso político y social.

Un Partido Comunista que, para ser Vanguardia efectiva o, al menos avanzar en ese sentido, requiere, tanto de una teoría fundamentada en las categorías científicas del marxismo-leninismo, como de una práctica que, como ya se situaba al principio de estas líneas, se sustancie en un constante  proceso de retroalimentación con las masas obreras y populares que son el verdadero sujeto revolucionario y las protagonistas indiscutibles de cualquier cambio social.

En definitiva, un Partido que seguimos construyendo a diario y que, sustentado en una estructura de Partido de Nuevo Tipo leninista, se conforma en un constante ejercicio de construcción ideológica y práctica política real.

Praxis vinculada a la lucha del pueblo organizado, desde la que hacemos un llamamiento a la juventud revolucionaria, a los sectores más avanzados de la clase obrera y  a los y las comunistas que, sin referente partidario, también compartan estos principios, a incorporarse al PCPE porque esta es la forma más coherente y fecunda de desarrollar su compromiso revolucionario.

El momento histórico lo exige, no hay espacio para la contemplación, ni para ausentarse de las exigencias que impone el desarrollo acelerado de la lucha de clase en un mundo en el que declina la hegemonía de imperialismo occidental y se abren nuevos escenarios sobre los que intervenir para hacer avanzar el Socialismo

Julio Díaz

Secretario General del PCPE

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