La última parte del curso 22-23 ha estado marcada por las elecciones burguesas, tanto municipales y autonómicas, como el adelantamiento de las generales.

En las primeras, hemos visto cómo PP gobierna con el apoyo de Vox; nada nuevo, pero cómo ese apoyo ha sido condicional a ostentar las concejalías de Educación y Cultura en distintas ciudades y pueblos, como Valladolid, Toledo o Talavera.

En la última parte de este curso hemos visto campañas de la izquierda socialdemócrata pidiendo el voto para parar a la extrema derecha, que en muchos casos han sido apoyadas por la juventud. La misma juventud que va a comenzar un nuevo curso escolar con Vox de concejales de Educación.

Este intento por parte de Vox de tomar el control de la educación reproduce las técnicas del fascismo de "Muerte a la inteligencia" y de censura a la cultura que ya estamos viendo con las obras de “Orlando” de Virginia Woolf, “La villana de Getafe” de Lope de Vega, o “El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca” de Xavier Bobés sobre Antoni Benaiges, maestro de la República fusilado. 

Los ataques a la cultura y educación sólo han comenzado y el curso escolar aún no ha empezado.

Como juventud comunista sabemos que el fascismo se combate con la militancia y el compromiso activo. Y este curso escolar presenta el reto de reavivar la lucha estudiantil contra este avance del fascismo en las instituciones educativas, en las que tantos años llevamos luchando: tanto por una educación que no excluya a nuestra clase de acceder a la educación, como programas educativos con perspectiva de género y educación sexual.

La educación de nuestra clase y la censura a nuestra historia son las que están en peligro y debe ser bajo su defensa que la juventud se movilice en sus centros educativos.

Edurne Batanero

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