Casi un mes después de las elecciones generales del pasado 23 de julio, escribimos este artículo para la Fiesta de Avante sin saber aún si se formará gobierno en las próximas semanas, o habrá nuevas votaciones en el mes de diciembre. 

Una situación compleja que evidencia las dificultades que aún tiene la oligarquía para recomponer la aritmética del bloque de poder, pero que más allá de este hecho, sin duda trascendental, determinado por la incapacidad de normalizar la realidad institucional de los partidos burgueses catalanes, pone en la cuerda floja la estabilidad y la solidez del próximo gobierno. 

Un hecho que condiciona el desarrollo de la agenda de recortes sociales y medidas antiobreras que necesariamente tendrá que desarrollar el nuevo ejecutivo. En un contexto determinado en lo esencial por el carácter estructural de la crisis general del capitalismo, un escenario marcado por la elevadísima deuda pública, subida de los tipos de interés, carestía de la vida, burbuja inmobiliaria y la devolución de los Fondos de Recuperación de la UE, solo tiene un claro pagador/perdedor en la lógica dialéctica de la lucha de clases: el pueblo trabajador. 

El gran capital y los monopolios se han repartido el dinero que pagaremos el resto

Más recortes y privatizaciones en sanidad y educación, precariedad laboral, pérdida de poder adquisitivo de los salarios, progresivo desmantelamiento del Sistema Público de Pensiones... es la lista de tareas dictadas por la Comisión Europea al nuevo gestor político del capitalismo español.

Un mandato que se complementa con el compromiso con la OTAN, la guerra contra Rusia en Ucrania y un permanente incremento del gasto militar que, como ejemplo de lo que afirmamos, en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 elaborados por el gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, alcanzó la cifra récord de 48.800 millones de €.

Una situación que pese a respuestas obreras firmes como las huelgas del metal de Cádiz y Galicia, o la de las trabajadoras de H&M en Pamplona, aún se desarrolla en un marco dominante de paz social y conciliación de clases, propiciado por las organizaciones sindicales CC.OO y UGT, además de por el discurso y la acción de la nueva y la vieja socialdemocracia. 

Una realidad que dificulta la necesaria respuesta obrera a los ataques de la patronal y sus gobiernos. Un reto para el que venimos trabajando decididamente, propiciando las más diversas experiencias de base unitarias del movimiento obrero. 

Frente a las mesas de diálogo social que siempre acaban aceptando la amenaza patronal y firmando el "mal menor", la alternativa obrera es la unidad y lucha en defensa exclusiva de sus intereses y necesidades de clase. 

Ayudar a quebrar las políticas del pacto social es la gran prioridad del PCPE

Una tarea en la que no solo nos enfrentamos a la patronal y al sindicalismo del pacto y la traición, sino también a la socialdemocracia.

En cualquiera de sus expresiones políticas, sin duda, el más firme aliado del Capital en la insalvable confrontación dialéctica entre burguesía y proletariado. 

Una socialdemocracia representada por el PSOE, pero también por SUMAR, la nueva opción del reformismo que culmina el largo proceso de liquidación del PCE iniciado por Santiago Carrillo y sus políticas eurocomunistas.

La subsunción del PCE y de IU a esta nueva estructura política, absolutamente dependiente del PSOE y claramente interclasista y postmoderna, demuestra la necesidad histórica de continuar con la tarea de levantar un referente comunista en el Estado español.

Julio Díaz, Secretario General del PCPE

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