Partiendo de la premisa que en el estado español el movimiento obrero está atomizado, producto de décadas de una práctica de intervención alejada de los intereses de clase, imponiendo como modelo el pacto social, hermanamiento de clases antagónicas, burguesía, patronal, obreras y obreros. Pacto social, que acuerdo tras acuerdo, va despojando a la clase obrera de derechos, conquistas arrebatadas al capital en luchas, que en muchas ocasiones llevaron a miles de trabajadoras y trabajadores a las cárceles y a cientos al paredón. Producto de este modelo se ocasiona un fraccionamiento orgánico, que da como resultado que haya más de 165 organizaciones sindicales. La presencia de tal cantidad de sindicatos no sólo se debe al abandono por parte de las organizaciones históricas de la confrontación de clases, en muchas ocasiones la aparición de un sindicato se debe a elementos de carácter personal, sujetos que desde una posición netamente arrogante y/o egocentrista, no aceptan estar bajo disciplinas colectivas y optan por crear su propio espacio, en el que ellas y ellos son cabeza de ratón. No debemos obviar, no sería serio el no hacer mención, que esta situación de debilidad orgánica e ideológica en el movimiento obrero es también debida a la situación por la que transitamos las organizaciones comunistas. Comunistas y obreras/os con un alto sentido de clase, comprendemos que esta situación no puede, no debe seguir manteniéndose, comprendemos que la actual crisis del modelo de producción capitalista, la cual ha generado una crisis en todas las estructuras y superestructuras de un sistema que ya podemos afirmar es un moribundo que no aceptará la eutanasia y que tendremos que desconectarlo violentamente de sus soportes vitales. Pero nos enfrentamos a una realidad la cual deberemos dialécticamente saber manejar para así dominar. Mencionamos el fraccionamiento de quienes han tomado conciencia de la necesidad de organizarse, pero es más acuciante si cabe, el organizar a la mayoría, su parte más consciente de la masa asalariada que hoy en el estado español son de más de 23 millones, de los que solo un 11 o 12 % está organizada o sindicalizada, parte proporcional que, no por ser baja numéricamente, dejaría de ser sujeto revolucionario, sujeto de dirigencia vanguardista. Pero la realidad nos demuestra que de esta pequeña proporción ¨organizada¨, en su mayoría son obreras y obreros sin una elevada conciencia de clase, aún menos, revolucionaria.
Crisis general del sistema capitalista, condiciones objetivas de ésta que se expresan con toda su crudeza y violencia. Escasa respuesta del proletariado y clase obrera en general a las duras políticas de ajustes, que el capital lleva a cabo con la intención de mantener o recuperar su tasa de beneficios.
Ante esta situación de falta de elementos subjetivos que confronten con la violencia capitalista, varias organizaciones Comunistas, Iniciativa Comunista, Colectivos de Núcleos Comunistas y el PCPE toman la iniciativa de crear un espacio organizativo desde el que iniciar el proceso de recuperación de la conciencia ¨ideología¨ Marxista Leninista en el seno de la clase obrera, situando como sujeto principal al proletariado.
Meses de trabajo en los que se debatieron las tesis centrales con las que pretendemos avanzar en dicha recuperación. Debates en los que se manifestaron determinadas diferencias a la hora de comprender y situar el carácter de la crisis capitalista, diferencias que sin necesidad de tener que ser compartidas en su totalidad, no ocasionaban rotura de los objetivos, que no son otros que trabajar, organizar y luchar para derrotar al capital, sin importar en qué grado o que caracterización le damos a su actual crisis.
Llegamos el 17 de junio al primer encuentro, al que se invitan a compañeras y compañeros de diferentes organizaciones políticas y sindicales. A éste acuden camaradas y compañeras/os de todo el estado. Se mantiene un debate respetuoso con las diferentes sensibilidades presentes, y producto de este debate, el contenido teórico es enriquecido a través de experiencias prácticas allí expuestas. Las conclusiones políticas y prácticas son varias y todas ellas marcan el compromiso unánime de continuar trabajando en este proyecto de unidad de acción-intervención que posibilite la recuperación del MOS desde posiciones revolucionarias. Ahora nos sigue tocando a los comunistas, a la militancia del PCPE seguir trabajando para que este encuentro y toda la carga de trabajo tras él, no pase a ser una maldita anécdota histórica.
Juan J. Sánchez
Responsable MOS del CC del PCPE