Se equivocó la paloma.

Se equivocaba.

    Por ir al norte, fue al sur.

Creyó que el trigo era agua.

Se equivocaba.

Mientras TVE “informaba” que Pedro Sánchez se encaminaba a La Mareta para pasar sus vacaciones en Lanzarote, fuentes marroquíes, siempre más ágiles en estos temas, afirmaban que el Presidente en funciones llegaba a Marrakech, en vuelo privado (¿Air Maroc?), para pasar sus vacaciones allí.

La realidad es que Sánchez no tiene vacaciones este año. Ha ido a Marruecos a trabajar, y en Madrid también tiene una buena tarea para ver si consigue continuar como Presidente de gobierno.

Pero estamos en esas, y de repente en Níger hay un cambio de gobierno por la vía pragmática, que no gusta nada al occidente colectivo. Uranio que necesita Francia, y otros recursos valiosos que el imperialismo occidental lleva saqueando décadas, desde la nominal independencia.

Seguramente el Ministro de colonias, JM Albares, andará muy apresurado, también sin vacaciones, a darle las claves de lo que se mueve por el Sahel para no meter la pata. “Mejor te callas, no digas nada sobre Níger, no sea que nos saquen de Mali en veinticuatro horas”.

No se sabe si a estas alturas ya Sánchez ha firmado la transferencia del control del espacio aéreo saharaui a Marruecos, protagonizando un acto más de sumisión a la dictadura marroquí. Pero si no lo ha hecho todavía, con seguridad que lo hará en breve. Porque Washington y el sionismo mandan, y Pedro Sánchez obedece.

La residencia de lujo de Lanzarote fue un regalo del sátrapa Hussein de Jordania a otro sátrapa, Juan Carlos I, porque en esos ambientes los regalos no son cualquier baratija. Estando en la Mareta o en Marrakech Sánchez no se libra de su complicidad con gobiernos sanguinarios que oprimen brutalmente a sus pueblos, y que son siempre aliados del imperialismo yanqui para lo que se les ordene.

La Cumbre de la OTAN en Madrid, 360º, ya estableció entre sus prioridades proteger el flanco sur. Para quienes no lo entendieron en su momento ahora tienen ante sus ojos la ocasión de interpretar la envergadura de esa afirmación. Pero el Sahel es muy grande, y las condiciones de todo tipo son muy desfavorables para una intervención militar clásica.

La cuestión del apoyo al expansionismo marroquí, que Sánchez anteriormente ya asumía dócilmente, se vuelve ahora una cuestión de importancia estratégica superior. Si el imperialismo occidental no consigue controlar el Sahel, al menos tratará de controlar la puerta que lo comunica con el Atlántico medio.

Canarias está justo frente a esa puerta, con unas condiciones logísticas que son privilegiadas en la zona. Y, además, con teluro y otros metales valiosos en sus fondos marinos. España tramita ante la ONU, desde 2014, un expediente para la ampliación de las aguas canarias hasta 350 millas al sur del archipiélago. No es casualidad.

El apoyo al expansionismo marroquí lleva implícita la venta de Canarias, y deja al archipiélago en condiciones muy desfavorables. Sánchez, y también el Borbón, lo saben, pero han decidido ejecutar las órdenes superiores que salen de Washington y Tel Aviv, como obedientes servidores del imperialismo, esperando que al menos les caigan algunas migajas.

Sánchez no consigue conciliar el sueño, ni en Marrakech ni en Lanzarote, y tampoco en Madrid. Le esperan tiempos tormentosos.

Y el pueblo canario tiene mucho que decir en esta situación. El futuro isleño está en juego en una compleja partida de ajedrez, y con las cartas marcadas. Vamos a empezar el camino en esta fase por el Estatuto de Neutralidad, es nuestra principal salvaguarda. Pero Sánchez, o cualquiera que gobierne en Madrid, han de tener en cuenta que si el pueblo canario se mueve buscando su defensa propia, no podrán evitar las repercusiones que ello tendrá en el resto de los pueblos del Estado.

En este escenario tan dinámico el capitalismo español, es decir: Endesa, Santander, BBVA, Movistar, Repsol, Inditex, etc., moverá sus fichas para tratar de no quedarse fuera de la nueva configuración que se está gestando en todo el Sahel. Pero la tarea no es fácil, pues en los nuevos dirigentes de la zona pesa con fuerza la historia colonial que sus países han soportado durante siglos por parte de las antiguas metrópolis europeas. Entonces, quizás, este sea un factor que también empuje para que nuestros oligarcas patrios se decanten más por un gobierno de “progreso”, que pueda tener una mejor interlocución en la zona. Pero las contradicciones se agudizan, y cada vez es más difícil contentar a un amo y a su contrario.

Pedro Sánchez anda como la paloma de Alberti, confundida, sin tener claridad sobre donde está ahora el norte y dónde el sur. Se equivocaba …….

C. Suárez

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