El BOE del 20 de diciembre traía una noticia que no por pasar desapercibida es menos importante. De hecho, cabe pensar y con fundamento que su aprobación en vísperas de las fiestas navideñas se realizó para evitar mayores revuelos.

 

Tal novedad radica en una nueva norma que, desde el 22 de diciembre (y por lo tanto aplicable ya en las nóminas de enero) obliga a la tributación de prestaciones tales como vales de comida, plus de transporte o aportaciones a los planes de pensiones.

La medida afecta sólo a los salarios más bajos ya que los sueldos por encima de la base máxima de tributación (algo más de 3.500€) no les afecta el incremento puesto que su base no puede subirse más.

Los expertos prevén que esta medida supondrá una merma de entre el 6,35% y el 6,40% de los salarios para los trabajadores con contrato indefinido y los trabajadores con contrato temporal, respectivamente.

Esta medida supone un ataque más a los derechos y condiciones de vida de los trabajadores. Que el ataque se realice con alevosía y nocturnidad y afectando de manera indirecta al salario supone, como ya hemos señalado, la constatación de que quienes aprueban esta norma (la burguesía) son conscientes de que supone un perjuicio a una clase social que no son ellos, que además son mayoría (la clase obrera) y que, de hacer más ruido, pueden poner en serio peligro su hasta ahora desenfrenado tren de vida.

Ana Escauriaza

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