La falaz democracia, sus obscenos pilares y el franquismo sociológico

COMUNICADO DEL COMITÉ EJECUTIVO DEL PCPE

El Comité Ejecutivo (CE) del PCPE denuncia el proceso de permanente derechización de la formalidad electoral en el régimen monárquico-burgués del estado español, que adquiere una esperpéntica puesta en escena en los medios de comunicación de masas.

Tanto las encuestas institucionales del CIS como las que se acompañan por el resto de las empresas demoscópicas operan en la canalización del voto para los partidos del sistema y algo han debido detectar para que el centro del debate sea los candidatos de Bildu que pertenecieron a ETA, algunos de ellos con largas condenas de cárcel y privación de libertad que ya han cumplido.

Se abrieron las compuertas del embalse, pero el fango y la porquería permanece. A Bildu no le ha bastado con su evolución hacia la socialdemocracia y convertirse en una pata más del sistema, para ser utilizado como chivo expiatorio de la miseria política que ha supuesto la llamada “Transición” cuando se trata de llamar la atención sobre elementos inmateriales que no forman parte de las empobrecidas condiciones de vida de la clase trabajadora y los sectores populares que son las auténticas víctimas del especulador y corrupto capitalismo. El recurso al espantajo para desviar la atención de lo realmente importante y necesario, es una práctica habitual de la falsa democracia burguesa.

La utilización del comodín del “terrorismo” ilustra la partida de cartas marcadas que, entre otras cosas, desempeñan el propósito del olvido de la represión, tortura, asesinato y desapariciones que llevan ocurriendo desde hace más de 80 años en la España católica y apostólica. ¿Cuántas ilustres señorías han pasado por las dos cámaras teniendo un pasado directo o indirecto con la represión y hasta con delitos de sangre?, ¿nos olvidamos de la “ley de punto final” que supuso la Reforma Política aprobada por las Cortes franquistas en 1976?..., de aquellos barros, estos lodos.

El CE del PCPE acusa a los arquitectos de este régimen de imponer la mentira, la falsedad y el engaño para manipular al pueblo.

El CE del PCPE refresca la memoria de los inmorales por la creación de los GAL que operaron con atentados y asesinatos indiscriminados a ambos lados de la frontera con Francia; la incógnita del “Señor X” ya fue resuelta hace mucho tiempo como máximo responsable de este grupo terrorista y respondería a las siglas FG de quien fue Presidente del Gobierno Español durante 14 años.

El CE del PCPE puede relatar un sinnúmero de diputados y senadores que durante los últimos 40 años han ocupado asientos en las dos cámaras, algunos de ellos por designación real, directamente implicados con la represión fascista o el terrorismo de estado. Sentenciados, pocos y, además, indultados y saludados por toda la cohorte del poder; por ejemplo, Barrionuevo y Vera, condenados por el secuestro del ciudadano francés Segundo Marey, entraron en la cárcel de Guadalajara acompañados de un nutrido grupo de compañeros de su partido. Como respondería Kissinger a la acusación sobre los milicos latinoamericanos: “Son unos bastardos, pero son nuestros bastardos”

¿Qué podemos decir de Aznar después del millón de muertos provocados en Iraq?,¿cómo resolvió el sistema los asesinatos de los trabajadores de Vitoria por la policía, cuyo mando era el entonces ministro franquista Fraga Iribarne?, ¿cómo se operó con la Red Gladio y sus atentados terroristas en suelo español?, ¿por qué no se desclasifican los papeles del llamado golpe de estado del 23F que mantuvo en un estado de pánico a la mayoría de la población?, ¿Qué podemos decir de todos los diputados que saludan los atentados de la OTAN?, ¿quién se salva?

Y ya en la actualidad, en este momento y ahora, el CE del PCPE exige la retirada de todos los candidatos de todas las listas que no hayan denunciado expresamente al franquismo y la represión genocida que ejerció durante su existencia.

Paralelamente, el CE del PCPE, denuncia la narrativa que se emplea en los libros de texto de Historia sobre el período franquista, blanqueando a un régimen criminal que sembró las cunetas de los caminos, tapias de cementerios y zonas escondidas con cerca de 150.000 personas desaparecidas.