Los medios de comunicación nunca han sido “el cuarto poder” ni algo independiente de los amos de los medios de producción, aunque la hegemonía cultural hollywoodiense nos venda esa mona. En palabras de Galeano: “la propiedad de los medios masivos se concentra más y más en pocas manos; los medios dominantes están controlados por un puñado de poderosos que tienen el poder para dirigirse al mayor número de ciudadanos a través del planeta. Nunca antes tantos hombres fueron mantenidos en la incomunicación por un grupo tan pequeño.”  Los medios de comunicación de la era electrónica, a los que llamaremos por su nombre: medios de propaganda, son propiedad de seis grandes conglomerados transnacionales que controlan el 70 % del negocio global. Sin salir de casa, el mayor accionista de Prisa es el fondo de inversión norteamericano Amber Capital. Ahora seguro que te explicas ese “parte de guerra” que oyes en el bus camino del trabajo.

Con seguridad, quien tiene sus ojos en estas líneas sabe del doble rasero de la libertad de prensa, de la manipulación en redes, del restringido acceso a los medios masivos, etc.

Pero cada vez mayor cantidad de personas son conocedoras, estrictamente, de la información que reciben a través de las redes sociales, las televisiones, radios o periódicos propiedad de esos grandes conglomerados, sin cuestionarla. Engullendo acríticamente contenidos que conforman mentalidades sumisas.

Necesitamos herramientas para el análisis, reflexiones serenas sobre los acontecimientos desde un punto de vista de la clase obrera. Necesitamos ampliar la difusión de las ideas revolucionarias y transformadoras para enfrentar al decadente capitalismo, trituradora de carne del pueblo trabajador, que nos lleva a la explotación extrema.

Porque la lucha de clases se da en todos los ámbitos, necesitamos nuestras propias herramientas y nuestros propios medios de información. Desde la redacción de UyL iniciamos una campaña de suscripciones. Lee, difunde, suscríbete a Unidad y Lucha.

Redacción UyL

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