La política burguesa y sus instituciones trabajan, de manera firme y en cualquier ocasión, al servicio de los intereses del imperialismo y en contra de todos los pueblos que le oponen resistencia. El último episodio de esto lo vemos en una proposición de ley sobre no financiar con dinero público a organizaciones que ellos etiqueten de "antisemitas". Así buscan dotarse de una herramienta más -si cabe- para perseguir, criminalizar y ahogar económicamente toda forma de solidaridad internacionalista con el pueblo palestino.

Es una propuesta de ley que viene del gobierno autonómico de Madrid (PP), que luego la Asamblea de Madrid aprobó llevar al Congreso, y que ahora (gracias al apoyo de las distintas vertientes de la ultraderecha, más el PSOE) está ya en trámites de debate en el parlamento. En su texto plantean "la eliminación de las subvenciones y ayudas públicas a entidades que fomentan el odio antisemita".

Usan un pretexto muy manido y muy manipulador: el del concepto del "odio antisemita", para confundir y estigmatizar, como si fuéramos racistas y reaccionarios/as (¡nada más lejos de la realidad!), a cualquiera que nos opongamos a esta nueva vuelta de tuerca contra la solidaridad entre pueblos.

A propósito buscan mezclar: 1) lo lingüístico (en sentido estricto original, semitas son una serie de lenguas de raíz común, entre la cuales la principal es ¡el árabe!); 2) lo religioso-cultural (las personas de religión judía, o de tradición familiar-cultural judía); 3) lo étnico (y ese odio asesino de la bestia nazi-fascista); y 4) el proyecto político-imperialista del sionismo israelí: la entidad ocupante de la Palestina histórica y genocida contra el pueblo palestino. Y sin duda este último, el proyecto político sionista ¡es el que de verdad quieren blindar con esta ley!

Ya sabemos que en el estado español y en muchas partes de esta "civilizada y democrática" Europa capitalista, el nazi-fascismo tiene casi total impunidad: los gobiernos (¡tan democráticos ellos!) y sus fuerzas policiales les hacen la vista gorda a los nazis, o directamente compadrean entre sí. Así que: ¡No, rotundamente no! Esta propuesta de ley que tramita el congreso español no está pensada para perseguir a la basura racista nazi. Contra quienes sí va es contra quienes se atrevan -nos atrevamos- a denunciar los crímenes de la entidad sionista israelí en contra de Palestina y su pueblo, su infancia y su juventud, sus tierras, sus riquezas naturales e históricas, etc. Los cometa quien los cometa, independientemente del origen étnico concreto del agresor sionista. Porque además, eso que llaman Israel no es un pueblo, sino una construcción artificial: con personas de origen europeo, eslavo, mediterráneo, africano, etc. que nada tienen en común entre sí, salvo el proyecto racista e imperialista de la ocupación y saqueo de Palestina.

De hecho, varios colectivos y organizaciones de judíos y judías antisionistas se han posicionado en repetidas oportunidades, también en esta, firmemente en contra de la intoxicación pro-Israel. Ellos y ellas, muchas veces familiares directos de supervivientes de los campos de concentración nazis, personas que profesan la fe judía (o no, pero que comparten esa herencia familiar-cultural), denuncian y se niegan a que el sufrimiento y la persecución que sufrieron ellas mismas y/o sus familiares, se utilice de manera retorcida, para tratar de legitimar la barbarie que cada día comete el sionismo contra Palestina.

Desde estas líneas, aprovechamos entonces la ocasión para denunciar y condenar esta propuesta de ley, para repudiar los crímenes de la entidad sionista de Israel y para reafirmar nuestro apoyo internacionalista con Palestina.

Fernando

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