El mes de Diciembre comienza con el resultado del expediente abierto en mayo de 2021 a Joaquín Leguina (expresidente de la Comunidad de Madrid entre 1983 y 1995) y al exlíder de los socialistas vascos Nicolás Redondo Terreros por su apoyo a Isabel Díaz Ayuso en las elecciones autonómicas madrileñas al haberse fotografiado con ella en la visita que dentro de su agenda institucional la presidenta madrileña realizó a  la Fundación Alma Tecnológica, en la que ambos ocupan cargos de responsabilidad.

La diferencia de resultado entre ambos se debe según fuentes del PSOE a que en el caso de Redondo Terreros se aceptaron las alegaciones que presentó en la apertura del expediente y entendieron que “no había solicitado el voto para el PP” a lo que siguió una declaración del exdirigente socialista vasco considerando que el archivo de su expediente “apuntala un amplio margen de discrepancia en el seno del PSOE”.

Leguina en cambio señala que “es una forma de decir que me quieren expulsar. No es una expulsión propiamente dicha” y advierte: “Si Pedro Sánchez piensa que con estos métodos me va a callar la boca que vaya pensando en otra cosa”. Añade: “Solo dije que no votaría al PSOE. Creo que la reacción del partido no es justa. Ahora parece que la culpa de la derrota estrepitosa la vamos a tener los viejos de la casa...El fracaso no proviene solo de una campaña electoral errática y malísima, sino de las amistades peligrosas que tiene Pedro Sánchez con los separatistas de Cataluña y con Bildu en el País Vasco. No creo que ningún ciudadano de Madrid vea con buenos ojos esta unión a partidos que están en contra de la unidad democrática y la Constitución”.

Como a río revuelto ganancia de pescadores el anterior líder del PP Pablo Casado abrió públicamente la puerta a ambos: “dos socialdemócratas patriotas que siempre serán bienvenidos en este espacio de concordia”.

Para el sector felipista las relaciones -que comenzaron con Zapatero- con partidos nacionalistas que han radicalizado sus posturas hacia el independentismo en Cataluña y Euzkadi unido a la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno con declaraciones incendiarias en asuntos clave como la jefatura del Estado o el papel de las instituciones (a pesar de que en esto también han actuado como ya lo hizo en su momento el PSOE y donde dije digo ahora digo Diego, siendo unos fieles muñidores de todas las políticas antiobreras, militaristas y reaccionarias del gobierno). También lo acusan del liderazgo hiperpersonalista y voluble de Pedro Sánchez. Aquí parecen no recordar los gobiernos de Felipe González y Alfonso Guerra con “el que se mueva no saldrá en la foto”. Da rabia que los que ahora se erigen como defensores de “los valores” del PSOE son los que nos metieron engañando miserablemente de cabeza en la OTAN (que ahora parece ser un club altruistra de defensores de la paz), los que mandaron a los antidisturbios a disolver con toda la violencia que quisieran las huelgas y manifestaciones obreras, quienes se lanzaron a una salvaje “reconversión industrial” eliminando sectores enteros, y que, en palabras del ministro de economía psoísta del momento “es el momento de enriquecerse”.

Retrocedamos en el tiempo para poner las cosas en su justo contexto: ya sólo se recuerda en los libros de historia el Congreso del PSOE en Suresnes del 13 de octubre de 1974 donde se hicieron con la “marca” los chicos del “clan sevillano” y donde eran todavía marxistas e incluso realizaban declaraciones más izquierdistas que el eurocomunista PCE de Santiago Carrillo. Felipe González defendió en el XVIII Congreso en mayo de 1979 una ponencia que renunciaba a la definición marxista del partido y al perder frente a la posición defendida, entre otros, por Tierno Galván, Pablo Castellano o Luis Gómez Llorente lanzó un órdago: si no se aprobaba su moción no se presentaría a secretario general. Y se abandonó el marxismo, ¡ya eran socialdemócratas homologados!

Para que no se crea que somos unos rojos que manipulamos la historia cedo la palabra al economista Juan Francisco Martín Seco (alto cargo de los primeros gobiernos socialistas como interventor general del Estado y posteriormente secretario general de Hacienda) que fija el “inicio” del viraje socialista en 1986 cuando el PSOE, siguiendo al resto de partidos europeos “cambia la socialdemocracia por el social-liberalismo).

Y termino resaltando una verdad que muchos se niegan a reconocer: el auténtico partido del régimen borbónico es el PSOE, su verdadero sostenedor.

Marcos M. Rodríguez Pestana 

 

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