Cuando se entrega lo más preciado, la propia vida, y cuando la dedicación internacionalista contra el fascismo, y contra el imperialismo que lo sostiene y alimenta, es total. Es obligado el homenaje, pero no como el recuerdo glorificado de una imagen, no se trata de convertir a nadie en un objeto de culto, en un símbolo que pueda ser agitado como un fetiche. No, la entrega y dedicación nos deben servir como lección de vida, como aprendizaje con el que reforzar y hacer avanzar la lucha de la clase obrera. Eso fue lo que hicimos en el Centro Obrero y Popular Antonio Gades de Madrid el pasado día 26 de noviembre.

La lucha del camarada Alexis continúa cuando su mención vale para conocer lo que ocurre en el Dombás, para poder romper con el relato oficial sobre la guerra de Ucrania y explicar cómo la OTAN moviliza el fascismo allí donde tiene que llevar la guerra, para explicar la agenda genocida del imperialismo en su afán por el expolio de los pueblos, para explicar que no se puede ser antifascista sin ser antimperialista. Y sobre todo para aprender tres cosas del camarada Alexis; conciencia, coherencia y compromiso.

 

 

 

 

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