El gobierno de Pedro Sánchez está demostrando, con su política internacional, que el principio de soberanía nacional es algo que para él tiene un precio y hace ya mucho que, sin rechistar, decidió pagarlo.

Una palabrería hueca: “Por España, por los españoles”, machaconamente repetida, no puede ocultar su renuncia permanente a la defensa de la soberanía nacional (entiéndase ésta en cualquiera de sus dos acepciones, como nación o como Estado).

Y no es que éste sea un posicionamiento particular, específico del Gobierno del PSOE-UP, sino que es una posición política arraigada en el capitalismo español, propia de su clase dominante, y de su, por ahora clave de bóveda, la monarquía corrupta de los Borbones.

La soberanía nacional hace tiempo que la rindió España ante el más poderoso, como sumisa y vergonzosa estrategia de su clase dominante en la búsqueda de una cuota en el saqueo internacional. Posición aún más agudizada en la actual fase de extrema competencia interimperialista. Fue el dictador Franco quien la inició, en 1953, al firmar el acuerdo de instalación de las bases yankis en la “España Una, Grande y Libre”.

La reciente traición al pueblo saharaui por parte de Pedro Sánchez es un episodio más en esta vergonzosa política entreguista. El PSOE asume esta posición, de una forma mayoritaria, y algunos de sus dirigentes juegan un papel muy activo en su aplicación.

De forma concatenada, la traición al pueblo saharaui es una venta del pueblo canario, con muy oscuros augurios en el horizonte para el archipiélago tricontinental.

La última de este gobierno, por ahora. El pasado 12 de noviembre el activista saharaui con nacionalidad española y destacado periodista, Mohamed Salem Busaraya, decidió ir, en compañía de sus familiares, desde Lanzarote a morir en su tierra natal (actuales territorios ocupados por Marruecos), ante su ya irremediable estado de salud. Aterrizó, fue a su casa, y al rato las fuerzas de ocupación lo secuestran, lo suben solo, ciego como está, en silla de ruedas, a un avión, y lo devuelven a Canarias. El gobierno PSOE-UP consiente y calla. Para este gobierno vendido no hay derechos humanos, ni ciudadanía española, en los Territorios Ocupados.

Zapatero, en estas semanas, participa en conferencias en diversas ciudades marroquíes a favor de la ocupación del Sáhara Occidental. José Bono se viste de saharaui y visita los Territorios Ocupados de la mano de los ocupantes asesinos.

El traidor Albares facilita cientos de visados a todo tipo de canallas y traidores para hacer un acto de propaganda marroquí en Canarias, ante el ascenso masivo de la solidaridad con la lucha saharaui, y donde participaron destacados dirigentes del PSOE. Pero pocas semanas después deniega todas las visas a sindicalistas del continente que tenían previsto celebrar un encuentro de coordinación en las islas, al amparo de la FSM. El mismo traidor que aprueba y legitima los crímenes de junio en la valla de Melilla, junto al mata-inmigrantes Marlaska y todos los cuerpos de policía que protagonizaron esta intervención brutal y despiadada.

El Ministerio del Interior se ha visto obligado a denunciar, en algunos casos, la prepotencia marroquí en el interior mismo de nuestro país, donde sus espías se mueven sin restricciones, cooptan medios de comunicación y sectores empresariales, y montan y financian chiringuitos pro-marroquíes como el Movimiento Saharaui por la Paz del traidor Hach, el Fórum Canario Saharaui, del Guardia Civil retirado Miguel Ángel Ortiz Asín y su hijo, o la fracasada Asociación Cultural Canario Marroquí.

El gobierno PSOE-UP es un disciplinado instrumento del capitalismo español, que incrementa un 25 % el gasto militar, no cuestiona la presencia del sionismo criminal frente a Canarias, y que en su sometimiento al imperialismo yanki quiebra unas muy importantes relaciones con Argelia, creando una enorme estabilidad en nuestra área geopolítica cercana.

TODO POR UN PUÑADO DE EUROS

Pedro Sánchez tiene la miserable idea de que esta política internacional, entreguista y sumisa, le traerá buenas compensaciones económicas. Cree que los asesinos, agradecidos, le dejarán una parte sustanciosa del botín.

Su único activo tangible para estas pretensiones es la posición geográfica de España en la actual recomposición geopolítica mundial y, en otro nivel, la total sumisión de su gobierno a los dictados yanki-sionistas.

Por mucho que P. Sánchez pretenda sacar pecho, esta política no es otra cosa que una posición indigna y despreciable, que humilla no solo a este gobierno sino al mismo país en la escena internacional, colocándolo como el lameculos de los poderosos.

El envío de tropas, policías y guardias civiles a los países que ordena el imperialismo yanki, el suministro de armas de guerra y el incremento incesante del gasto militar, no saciarán nunca las ansias totalitarias en la confrontación internacional capitalista, donde no rigen ni los valores ni los principios, sino la violencia, la traición y la guerra.

Tonto, estúpido, arrogante sin fuerza, un esperpento de Presidente de Gobierno, que solo obtendrá la palmadita consoladora de los jerarcas mundiales como compensación fotográfica a su miserable actuación. El traidor Albares, el criminal Marlaska, la ultraliberal Calviño, y Robles como legionaria de la OTAN, conforman un patético grupo que, con la compañía de reformistas de toda laya, define al gobierno que hoy vende a nuestro país, a nuestros pueblos y naciones, y que entrega todo a los actuales amos del mundo, participando con entusiasmo en las acciones del terrorismo internacional, en el apoyo incondicional al sionismo y en las guerras de rapiña en cualquier lugar del mundo.

Este Presidente tiene la osadía de pretender dar lecciones de democracia a Cuba; pero calla, como ocurrió en las semanas pasadas, cuando en la Comisión de DD.HH. de la ONU Marruecos es condenado por la sistemática violación de los derechos más elementales de su pueblo. Fantoche que baila al son que le tocan sus amos, que repite como cotorra sus rancias consignas decadentes, por unas migajas, por un puñado de euros que llevar a las cuentas de los monopolios de este país.

EL FUTURO: LUCHA, SOBERANÍA, INDEPENDENCIA

Estas políticas vendepatrias y terroristas solo serán derrotadas, en una dura confrontación, mediante la lucha organizada de la clase obrera y el movimiento popular, con la organización de un amplio bloque de alianzas de carácter antiimperialista y anticapitalista, y por el avance de la clase obrera hacia la toma del poder y el inicio de la construcción de la sociedad socialista, donde sí se hará realidad el ejercicio de la soberanía y la independencia nacional.

A la política internacional de la vieja y podrida sociedad capitalista, que Pedro Sánchez nos pretende vender como un paraíso, le contestamos con los últimos versos del poema “La maleta”: “… los que ponen la muerte en el futuro / que cojan la maleta./ ¡Que cojan la maleta, / que cojan para siempre la maleta!”

C. Suárez

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