Aunque limitado por su brevedad (120 páginas fruto de dos entrevistas concedidas por el autor en 1999 y 2000), “Los cínicos no sirven para este oficio” sirve como puerta de entrada a la obra de Ryszard Kapuscinski: periodista polaco que durante 40 años cubrió, con una notable escasez de medios a la que contraponía un alto grado de profesionalidad reforzado por su compromiso humanista, los conflictos sociales y políticos que atravesaron la segunda mitad del siglo XX.

Fruto de esa labor y de esa visión, siempre situada en el lado de los oprimidos, fue su vasto conocimiento de la realidad del continente africano. Y es en torno a la dolorosa historia de esa inmensa región del planeta donde el lector puede encontrar reflexiones de extraordinaria lucidez, que apuntan al pasado y al presente de países que salieron del periodo colonial para entrar de lleno en una etapa de dominación y expolio a manos de las élites locales, patrocinadas por las antiguas metrópolis.

Sin recurrir a complicados discursos, Kapuscinski propone la división del continente en cuatro zonas, diferenciadas en lo geográfico, pero unidas por la persistencia de problemas comunes; describe las distintas vías con que esos países accedieron a la independencia: la sangrienta lucha en Argelia, los procesos negociados en Guinea y Sudáfrica y, cómo no, el acto de terrorismo imperialista que supuso el asesinato de Patrice Lumumba en el Congo. Y apunta, en los albores del siglo XXI, al sistemático desprecio con que el primer mundo trata a los pueblos africanos, hasta convertirlos en testigos y víctimas de un proceso neo-colonial orientado únicamente a la apropiación de sus recursos naturales. A destacar también, sus opiniones sobre la función social y política del periodismo y sobre cómo los grandes conglomerados empresariales deciden en todo momento y lugar lo que es noticia y lo que debe pasar inadvertido.

Juan Mas



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