DESTACADO

Después del breve “periodo entre-crisis” relativo, en el que se mantuvo una hegemonía cultural burguesa menos agresiva, desde los años 1990 hasta estallar la crisis estructural capitalista de 2008, no solo se inició una época de fuerte violencia para la clase trabajadora dentro de las economías de los principales centros imperialistas mundiales, con destrucción de puestos de trabajo, sobreexplotación, ataque a los servicios públicos y otras conquistas sociales, etc., sino que comprobamos cómo esa ofensiva burguesa atravesó todos los ámbitos de nuestra vida, afectando también a la cultura y el deporte, hacia una sociedad más ligada a la cosificación y la alienación social.

De esta forma, el planteamiento de la burguesía es atacar frontalmente cualquier resistencia y oposición desde una visión crítica y alternativa a su modelo social violento y alienante, basado en la explotación y la reproducción del capital. Y, ¿cómo lo hace?

A través de dicha alineación social, convirtiendo cada espacio de las relaciones humanas en una esfera ligada al mercado. Así como erosionando los espacios donde se dan formas de relación y participación colectiva y cooperante. Espacios de relación colectiva que al igual que son atacados en el mundo laboral (división de la clase trabajadora a través de las empresas de trabajo temporal, el fomento de los sindicatos corporativos -por categorías profesionales- o el uso del teletrabajo dentro del capitalismo)

, también se han llevado a dicho plano cultural y deportivo, en un proceso reforzado a través de las formas de expresión y relación.

El deporte, una esfera moldeada a la rentabilidad del mercado.

Ya vimos cómo, hace años, se dio el boom hacia actividades deportivas de carácter individual, cómo el auge del running y los maratones benéficos, deporte utilizado por determinadas empresas monopolistas del sector energético o bancario, para blanquear su imagen, con maratones contra el cáncer, etc.

En esa adaptación de la realidad a las necesidades de la clase dominante, dado que “lo que sucede, conviene”, la irrupción de la pandemia de la COVID-19 ha sido otro factor determinante para la ofensiva ideológica de la burguesía.

Las medidas de aislamiento/confinamiento por cuestiones sanitarias, obligaron a que durante un tiempo las únicas formas de relación social que se llevaron a cabo eran a través del canal de las redes sociales (bajo control de monopolios como Google, Facebook/Instagram/Meta, etc.), que han sido un impulso al fomento de la expresión parcial de la realidad, al mundo de la imagen y el bombardeo de información, desplazando a otras formas de información que ayudan a tener un criterio más objetivo, a través de una información más completa y sustituyendo a otras formas de relacionarse más integrales.

En ese proceso de ofensiva ideológica del capital, con el paso del tiempo se ha ido fomentando, por un lado, el culto a la imagen y por otro, desplegando alrededor de esta idea toda una batería de negocios colaterales, basados en materiales deportivos específicos, equipaciones, alimentación (proteínas y otros suplementos), etc..., que se difunden constantemente en las redes sociales, así como moldeando también la misma cultura deportiva hacia deportes que se ajustan más a dicha idea, como pueden ser los nuevos gimnasios y centros deportivos, el entrenamiento personal, el powerlifting o el crossfit.

En ese sentido, en la Comunidad de Madrid ya se denunciaba hace más de un año cómo el gobierno de Ayuso a través de su Plan para los Centros Deportivos Municipales, sustituía espacios amplios de canchas deportivas, por gimnasios para spinning, yoga, máquinas1 . Es sencillo, una cancha de fútbol-sala genera menos ingresos/hora a la empresa que gestiona ese espacio público que instala en la mitad de espacio una sala para 20 bicicletas de spinning o un salón para entrenamiento funcional. Los espacios de interrelación amplios como pistas y parques que se asemejan más a la cultura vecinal de los barrios, son sustituidos y cedidos a empresas para rentabilizar el espacio y cambiar a un formato deportivo individual y profesional de pago.

El auge del Crossfit como deporte-negocio es otro ejemplo de ello. Una combinación de ejercicios gimnásticos, resistencia y fuerza, que es hoy una marca que cede sus servicios y su nombre, a cambio de una cuota económica, para abrir nuevos centros en todo el mundo, ampliando su mercado y extendiendo el modelo empresarial en el deporte. En España, uno de los países donde más ha crecido en los últimos años, se pasó de 413 centros antes de la pandemia, a 550 en todo el estado a finales de 20212. Además mueve numerosas competiciones locales a lo largo de cada país y organiza los Crossfit Games cada año en un gran evento, bombardeado por las marcas de los productos que se emplean como Monster, Picsil, Rogue y otras ligadas a la alimentación, suplementación y material deportivo de élite.

El mero hecho de practicar este tipo de deportes en la sociedad contemporánea no va de la mano necesariamente con aceptar esta dominación cultural. Al menos el que suscribe estas líneas practica alguno de ellos y no lo hace. El materialismo filosófico nos libre de emitir juicios más próximos a la moral religiosa que al análisis de la realidad concreta. Sería similar al “ejemplo-cuñado” de afirmar que se es capitalista por el simple hecho de usar un ordenador o un smartphone creado en el capitalismo.

Pero sí que entendemos necesario defender los espacios colectivos en los barrios con organización, frente a la privatización que supone su desaparición y puesta al servicio de la ganancia empresarial. Combatir la ofensiva ideológica del capital organizándonos desde los lugares donde se da esta lucha, con una propuesta propia, por y para el pueblo trabajador, centrada en la gestión de los espacios a su servicio. Y no en la reducción de la cultura y el deporte a la lógica de la ganancia empresarial.

La ofensiva del capital es tan violenta que ya rebasa todas las esferas de nuestra vida. ¿A qué esperamos para organizarnos?

Francisco Valverde

1  https://www.eldiario.es/madrid/somos/noticias/deporte-e-individualismo-relacion-encarnada-politica-municipal-madrilena_1_8322088.html

2  https://economia3.com/2021/10/21/464195-crossfit-el-deporte-que-a-su-vez-es-marca-y-su-modelo-de-negocio/

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