El 24 de febrero del presente año dio inicio la guerra entre la OTAN y Rusia en territorio de Ucrania. Días después, la noche del 27 al 28 del mismo mes, fue detenido por los servicios de inteligencia polacos en la localidad  de Przemysl, fronteriza con Ucrania, Pablo González, bajo la acusación de: “realizar labores de espionaje al servicio de Rusia.”

Pablo González es hijo de españoles conocidos como “niños de la guerra”, que durante nuestra Guerra Nacional Revolucionaria, vulgarmente conocida como Guerra Civil (1936-1939), fueron evacuados a la Unión Soviética, donde fueron acogidos.

Pablo González nació en Rusia, por lo que posee la doble nacionalidad rusa y española.

Periodista de profesión,  desde el año 2015 venía ejerciendo como corresponsal  en distintos medios informativos españoles, entre ellos el diario Público, desde el territorio del Donbass.

En sus artículos hacía una constante denuncia de la persecución y  genocidio al que venía siendo sometida la minoría de origen ruso en el citado Donbass por parte del gobierno nazi fascista de Ucrania. Son estas denuncias y su origen de nacimiento, ruso, las verdaderas causas de su arbitraria detención, ya que las acusaciones de espionaje, en ningún momento han sido probadas.

Hay que denunciar la actitud del gobierno español, que por razones de sumisión al imperialismo norteamericano y, en consecuencia, de apoyo indiscriminado al régimen nazi- fascista ucraniano, calla y se inhibe ante la detención sin motivo de un ciudadano de nacionalidad española.

No es la primera vez que el gobierno de España adopta una actitud de este tipo.

Hay que recordar cómo hace dos años, una ciudadana española afincada en la Franja de Gaza (Palestina), que trabajaba al servicio de una ONG de ayuda a los palestinos,  Juana Ruiz Sánchez,

fue detenida por el ejército israelí bajo la falsa acusación de apoyar a la resistencia palestina. Tras un año en prisión fue puesta en libertad provisional bajo procesamiento, por lo que puede  ser detenida en cualquier momento. 

El gobierno no hizo absolutamente nada en defensa de esta ciudadana española.

Y en otros casos , como el de varios saharauis con nacionalidad española detenidos y torturados por la tiranía marroquí, y una vez más el gobierno de España se desentendió en la defensa de sus ciudadanos.

Caso distinto sería si estas detenciones se hubiesen producido, por ejemplo, en Cuba o Venezuela. La campaña que hubiese desatado el gobierno español en estos casos hubiese alcanzado cuotas escandalosas, con gran repercusión a nivel internacional.

 Aquí habría que mencionar  otro ejemplo.

En el año 2013 el vice- secretario general de la organización juvenil del P.P,. “Nuevas Generaciones”, Ángel Carromero, viajó a Cuba con el fin de establecer contacto con grupos contrarrevolucionarios que operaban dentro de la isla. El 22 de julio del 2012 fue detenido cuando conducía borracho, provocando un accidente en el que murieron dos contrarrevolucionarios cubanos que le acompañaban: “Oswaldo Payá” y Harold Cepero, que le servían de enlace con los grupos contra en Cuba. Este sujeto fue condenado a cuatro años de prisión, en base a pruebas contundentes, por su injerencia en los asuntos internos de Cuba al servicio en aquel entonces del gobierno encabezado por Aznar. La campaña desatada por el gobierno español adquirió una enorme envergadura, con apoyo del imperialismo USA.

Esto difiere sustancialmente con la actitud de silencio e inhibición que ha adoptado el gobierno de España ante el caso de Pablo González.

Hay que decir que en este caso no existe la más mínima prueba de acusación de espionaje que le tiene en prisión desde hace más de seis meses, aislado e incomunicado en un estado de total indefensión.

Pedimos la puesta inmediata en libertad de Pablo González y exigimos al gobierno español que haga uso de su responsabilidad, realizando las gestiones que conduzcan a su liberación.    

Juan Manuel Hernández Legazcue

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