Entender la realidad social, económica y política colombiana no es fácil desde la perspectiva europea y occidental. Colombia es un país que en sus 200 años de historia republicana ha estado atravesado por innumerables conflictos de carácter interno; desde el conflicto entre el General Santander y Simón Bolívar, las guerras entre liberales y conservadores, la guerra interna con diferentes guerrillas comunistas, de izquierdas, étnicas (FARC-EP, ELN, M-19, Quintín Lame…), los choques entre guerrillas, el fenómeno del narcotráfico, el paramilitarismo, los conflicto étnicos, los conflictos entre indígenas y campesinos pobres que se veían y ven obligados a ocupar los territorios indígenas, etc…

Todos esto conflictos tienen un actor común, una oligarquía que no ha dudado en ejercer la violencia en sus formas más extremas y brutales. 200 años de guerra y terror contra el pueblo han marcado el carácter de la sociedad colombiana. El poder ejercido por la oligarquía ha sido absoluto, y nunca han dejado margen a ninguna expresión social y política que pudiera disputarles ni un pedacito de su hegemonía. El asesinato del líder liberal Gaitán, los asesinatos de líderes como Galán (liberal), Jaime Pardo Leal (UP), Bernardo Jaramillo (UP), han frustrado cualquier intento desde posiciones progresistas de obtener la presidencia de la República. En los 200 años de historia de Colombia como nación independiente, nunca ha habido un presidente de izquierda, ni de izquierdilla, ni de centro. La oligarquía copa la política, familias de oligarcas tienen miembros en el Congreso, han sido presidentes, si se mira el árbol genealógico de muchos de ellos, se observa como estas familias están aferradas a la política como una correa de transmisión de sus negocios y del expolio del país en favor de ellos.

En este contexto, mucho más complejo, pero que por espacio es imposible detallar, la victoria de Petro y de Márquez es un hecho histórico. Por primera vez un candidato de izquierdas llega a la presidencia colombiana. Y no nos engañemos, Petro no es un revolucionario, el mismo dice que su misión es “modernizar el capitalismo en Colombia”, ni más ni menos. Es un socialdemócrata convencido, cuyo objetivo fundamental es matizar las desigualdades sociales (Colombia después de Haití y Honduras es el país más desigual de América, y el cuarto más desigual del mundo). Su fórmula es clásica, redistribuir a través de los impuestos, crear un sistema universal de salud y educación, reforma agraria, reindustrialización y apertura del mercado a la iniciativa privada de pequeños empresarios, que disputen espacios a los monopolios existentes.

Por lo tanto, no esperemos una revolución en Colombia. Pero para una oligarquía, acostumbrada a tratar al país (y a su pueblo) como su tratan su finca de ganado, estas propuestas son el advenimiento del comunismo castro-chavista, básicamente por que pretende poner normas y límites a quienes han estado siempre por encima de cualquier restricción.

Pero la victoria de Petro-Márquez, presenta muchos interrogantes, que no los analizaremos, pero que, por lo menos enumeraremos.

Petro ha contado con el apoyo de la burguesía de Bogotá, la más “moderna” y “civilizada”, cuyo exponente político más destacado es el criminal y asesino expresidente Santos. ¿A cambio de qué?

Las oligarquías regionales (Medellín, Barranquilla y Cali) y las oligarquías terratenientes y ganaderas de todo el país, han manifestado su oposición frontal a Petro. Son capaces de dejar al pueblo sin carne, leche, huevos, maíz y arroz por años. ¿Qué capacidad de reacción tiene Petro ante un más que probable bloqueo económico?

Colombia es socio extracontinental de la OTAN, aliado preferente no-OTAN de los EEUU, quien tiene 9 bases en territorio colombiano y la DEA actuando a sus anchas en el país. Petro ha evitado confrontar y desmarcarse de los EEUU. ¿Hasta donde pueden llegar los cambios sociales sin afectar los intereses yankees?

Hay muchos más interrogantes, como el control sobre el ejército y la policía, la política antinarcóticos o la política hacia las insurgencias, que intentaré abordar en www.unidadylucha.es

Ferran N

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