En 1917 las mujeres palestinas fueron parte activa en las manifestaciones  contra la Declaración Balfour. Durante el levantamiento palestino contra los británicos en 1936 participaron masivamente tanto en las manifestaciones, como en las operaciones de contrabando de armas y de suministro a la guerrilla.

Las mujeres palestinas han estado presentes y activas en momentos políticos y nacionales fundamentales, no solo como esposas, hermanas o madres, sino también como luchadoras, organizadoras y dirigentes con una capacidad de acción que no se define por su relación con los hombres. Así, no resulta extraño el alto número de dirigentes palestinas con nombre propio en la historia Palestina.

Cuando nace en Nablus el 8 de enero de 1949, Shadia Abu Ghazaleh,  la sociedad palestina había sido desgarrada por la Nakba o la Catástrofe palestina de un año antes. La infraestructura social e institucional creada en las décadas anteriores por el movimiento de mujeres estaba devastada y el camino a la participación en la lucha armada, no solo como soporte de la resistencia o como correos, estaba cimentándose.

Cursó la educación primaria y secundaria en de su pueblo natal y estudió un curso de sociología en El Cairo. Desde 1964 formaba parte del Movimiento de los Nacionalistas Árabes (MNA) y tras la ocupación en 1967 de Cisjordania por parte de los sionistas, abandonó los estudios y regresó a Nablus. Su familia intentó persuadirla para que regresara a sus estudios en la capital egipcia,  pero ella con una profunda convicción revolucionaria y consciente de la importancia de resistir al ocupante, les respondió: «¿de qué sirve un título universitario si no tengo una pared donde colgarlo?». 

Mujer cabal y consecuente, en aquellos momentos  se integró en el comité local del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). Desde dicha organización trabajó incansablemente por la liberación de su tierra. Organizó y lideró unidades militares femeninas y se convirtió en una de las primeras mujeres palestinas en participar en la resistencia armada Palestina contra la ocupación de 1967. Pionera en la resistencia militar en primera línea, tal vez,  su prematura muerte hace que su nombre sea menos conocido que el de algunas de sus camaradas más legendarias.

Ella como todas esas mujeres que enfrentaron al ocupante con legítima resistencia, incluida la lucha armada, rompieron muchas convenciones tradicionales y estereotipos que limitaban el papel de las mujeres en la lucha de liberación a ser cuidadoras de hijos y maridos, ya fueran luchadores o presos. El hecho de organizar la resistencia armada y participar en ella activamente contribuyó a poner en entredicho los estereotipos tradicionales sobre los papeles de género, en unos años donde las sociedades occidentales estaban bien poco avanzadas al respecto.

El 28 de noviembre de 1968, con 19 años, murió en su casa mientras preparaba un artefacto explosivo después de que éste detonara la carga.  Desde 2014, para rendirle homenaje, una escuela de educación superior en el norte de Gaza lleva su nombre.

 «Los héroes se olvidan a menudo, pero sus leyendas y memorias son propiedad y herencia del pueblo». Tenía razón. Décadas después vemos a las  mujeres y chicas palestinas arrojando piedras, desafiando a los soldados,  encabezando manifestaciones y resistiendo la ocupación sionista de su tierra.

Lola Jiménez

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