Un año más, las y los republicanos conmemoramos el 14 de Abril. La monarquía en España no vive sus mejores momentos, pero tampoco se tambalea. Sigue constante la campaña mediática e institucional de ensalzamiento y, aunque el pacto de silencio en torno a los affaires reales se ha resquebrajado, el reciente despido de un rotulista de TVE nos ha recordado que con la Corona cabe poca broma.

Entre las grietas, aparecen escándalos periódicos. Los últimos: la vacunación de las hermanas del rey en una satrapía árabe y la segunda regularización con el fisco de Juan Carlos de Borbón.

Una monarquía de futuro para el capital

Las fuerzas políticas del núcleo duro del régimen monárquico-burgués buscan fórmulas para rehabilitar su imagen. La prensa habla de contactos discretos entre representantes de Génova, Ferraz y Zarzuela para diseñar un futuro para la institución. Más transparencia formal y más propaganda parecen las fórmulas elegidas para que todo siga igual en las más altas instancias del Estado.

¿Por qué tanto empeño en salvar una estructura anacrónica y manchada por la corrupción? Tienen que ver factores como el significado subjetivo que tiene la República para amplias capas del pueblo español, el papel de la Corona en la “transición”, o su posición de “rey de todos”, supuestamente por encima de las clases sociales. La monarquía no es imprescindible para el capital, podría optarse por su sustitución por una república capitalista. Sin embargo, actualmente es considerada como fundamental para la estabilidad del sistema, no parece que haya sectores importantes de la burguesía centralista que apuesten por un recambio republicano para el capitalismo patrio.

Alianza republicana contra la Corona y la reacción

España es una democracia burguesa homologable en gran medida con el resto de países de su entorno. Pero 40 años de fascismo no pasan en balde y por eso arrastra elementos impropios incluso de este sistema de dominación. No es casual que las muy capitalistas instituciones de la Unión Europea llamen al orden con cierta frecuencia a España, en relación con las libertades formales. La monarquía encarna como nadie esos rasgos más retrógrados de la democracia burguesa española.

Una amplia alianza contra la monarquía supone unir fuerzas para la eliminación de los aspectos más reaccionarios y antidemocráticos del actual sistema de dominación. Esto es necesario, pero no podemos quedarnos ahí. La más democrática y avanzada de las repúblicas burguesas será siempre una estructura de poder para facilitar la acumulación de capital mediante la explotación de la clase obrera. Por eso, necesitamos avanzar en el camino hacia una República en el que la clase trabajadora tenga verdadera capacidad decisoria, otro modelo de democracia para construir un nuevo sistema por y para la mayoría social: el Socialismo.

En este camino, interpretar correctamente la cuestión nacional no es algo baladí para el movimiento republicano, el día a día de la política española nos lo demuestra. La monarquía ha fracasado en la tarea de forjar un estado unido que los distintos pueblos que lo integran sientan como propio. La solución está en el respeto al derecho de autodeterminación y la dotación de estructuras de Estado a las naciones insertas en la actual España, confederadas voluntariamente para construir un proyecto unitario.

14 de Abril, fecha de memoria, orgullo y reivindicación.

Es el momento de pelear por una República que supere las tensiones nacionales con democracia y garantice los derechos y libertades que el capitalismo nos niega. El 14 de Abril no sólo es una fecha para recordar a quienes nos precedieron en la lucha, es ese día en el que la clase obrera y las capas populares podemos sentir orgullo de nuestra existencia como pueblo que construye un futuro común, defendiendo un proyecto diferente de país. El 14 de abril, y siempre, ¡viva la República!

JP

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