Desde que en 1962 el presidente norteamericano, J.F. Kennedy, declarase el bloqueo total de los EE. UU. contra Cuba con el objetivo de cercar el país para provocar el derrocamiento del gobierno revolucionario, esta táctica imperialista ha seguido manteniendo a lo largo de los años su hostigamiento contra la mayor de las Antillas con renovados ataques, endurecimiento de medidas, intentos de invasión, intentos de asesinato de sus dirigentes, acciones terroristas y todo un sinfín de artimañas, coacciones, mentiras, etc.

Esta escalada de medidas, que han venido sucediéndose en el tiempo sin diferencia alguna sobre qué partido, demócrata o republicano, ostentase el poder en los EE. UU., apoyadas y propiciadas por la oposición contrarrevolucionaria cubana afincada en Florida, ha supuesto un cruel y criminal castigo para la población de Cuba, que ha padecido ese bloqueo que afecta a las fuentes de suministros energéticos, a cualquier posibilidad de financiamiento, al acceso a medicamentos básicos, comunicaciones y telecomunicaciones y, en general, a toda su economía.

Tal era la situación hasta que llegó el 2020 y la aparición de la pandemia de la COVID-19 vino a cerrar de golpe y durante meses las puertas a la economía y a la vida misma.

A los ya devastadores efectos del ilegal embargo, la aparición de la pandemia ha sido aprovechada oportunistamente por el gobierno imperialista estadounidense para recrudecerlo, ocasionando con ello nuevos y añadidos sufrimientos entre la heroica población cubana.

El mismo Presidente de la República de Cuba, Sr. Díaz-Canel, expresaba de este modo lo acontecido durante estos meses ―ya año y pico― de pandemia:

“Soportando carencias de todo tipo, colas desgastantes y una renuncia temporal a fiestas y abrazos, las cubanas y los cubanos aceptamos los más duros retos en el año 2020.

El nuevo coronavirus es un gigantesco desafío en medio de la crisis impuesta por el bloqueo. Pero lo asumimos sin miedo. Hemos tenido menos medicinas, menos comida, menos transporte..., pero también menos contagios, menos enfermos y menos fallecidos. Eso solo se explica porque hemos tenido más voluntad política, más solidaridad, y más justicia social. Más socialismo”.

Según el informe de Cuba, en virtud de la resolución 74/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”1, se estima que desde abril de 2019 hasta marzo de 2020, el bloqueo ha causado pérdidas a Cuba en el orden de los 5 570.3 millones de dólares. Esto representa un incremento de alrededor de mil 226 millones de dólares con respecto al período anterior.

A precios corrientes, los daños acumulados durante casi seis décadas de aplicación de esta política ascienden a 144 413.4 millones de dólares. Tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, el bloqueo ha provocado perjuicios cuantificables por más de un billón 98 mil 8 millones de dólares. Este valor representa un crecimiento del 19 %  con respecto al período anterior, como resultado del incremento de la elevación del precio del oro en un 18.3 %.

Pero aún ante esta constante e ilegítima agresión por parte del imperialismo yanqui, el pueblo cubano, con su gobierno a la cabeza, no se ha rendido, antes al contrario, se crece y enfrenta estos retos con la confianza que solo la Revolución Socialista inspira en quienes se empeñan en construir un futuro mejor para sí mismos y para la Humanidad.

¡¡¡CESE INMEDIATO DEL BLOQUEO COMERCIAL, ECONÓMICO Y FINANCIERO A CUBA!!!

Secretaría de Antiimperialismo del Comité Central.

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