Desde hace 43 años la madrileña Plaza de Tirso de Molina alberga, domingo tras domingo, los puestos de propaganda de diversas organizaciones políticas, sindicales y populares. A un paso del Rastro podemos encontrar desde un pin del Che hasta algún descolorido tomo de las obras escogidas de Lenin, así como la prensa de organizaciones revolucionarias, octavillas que reivindican luchas populares y, si se quiere, casi cualquier tipo de cachivache y utensilio decorado con los colores republicanos. Trabajadoras, trabajadores, estudiantes, cada fin de semana se llena la Plaza de personas que buscan lo que en ningún otro lugar van a encontrar. Todo ello es lo que le otorga el carácter de clase a la Plaza y esa es, en definitiva, la esencia revolucionaria que cada domingo impregna de vida, color y lucha a Tirso de Molina.

El PCPE es uno de los puestos que más tiempo mantiene su presencia en esta Plaza; desde 1984 se instala nuestra bandera con la hoz y el martillo en Tirso, gracias al esfuerzo y compromiso de las y los camaradas. Muchos son veteranos que ahí siguen,  algunos ya en nuestro recuerdo y, otros tantos, comunistas jóvenes que recogen el testigo y que continúan con esta tarea militante. Han sido décadas de mucho trabajo político donde no han faltado las dificultades; a las agresiones físicas por parte de grupos de ultraderecha, principalmente durante los primeros años y a los que se les respondía con la organización de brigadas populares en defensa en la plaza, le han acompañado infinitas artimañas por parte del Ayuntamiento de Madrid para intentar desmantelar los puestos políticos de Tirso. Por destacar algunos de estos ataques institucionales recordamos finales de 1992, cuando la respuesta colectiva de quienes representábamos los puestos políticos tumbó la iniciativa del Ayuntamiento y el entonces concejal Matanzo, que pretendía barrer de Tirso cualquier elemento que distorsionase su objetivo de convertirlo en un paraíso para el negocio y la especulación. Esto que hoy se simplifica con el esnobismo gentrificación viene de lejos, destruir el tejido popular y expulsar al pueblo trabajador de sus barrios, en el objetivo de ponerlos a disposición de los intereses del capital, no es nada nuevo.

En los últimos meses se ha vuelto a repetir una fuerte batalla en este sentido. Aprovechando las restricciones impuestas por la pandemia, el Ayuntamiento del PP y Ciudadanos, apoyados por la ultraderecha de VOX, de nuevo ha intentado arrebatarnos el espacio por el que tanto hemos luchado. Las fuerzas policiales, a golpe de amenazas y sanciones, han estado impidiendo montar los puestos políticos durante los últimos meses. Pero el PCPE y el resto de colectivos que conformamos la Plaza hemos respondido, creando una Asamblea que domingo tras domingo ha tomado Tirso, megáfono en mano y gritando nuestro derecho a instalar las mesas de propaganda política, una Asamblea que se ha organizado hasta conseguir recuperar la Plaza y mantener, ya durante varios domingos sucesivos, la instalación de los Puestos. Pero no podemos relajarnos ni bajar la guardia, sabemos que el Ayuntamiento no cesará en su ofensiva por liquidarnos y, en consecuencia, no podemos más que continuar fortaleciendo la respuesta organizada a través de la Asamblea, divulgando nuestra lucha y haciendo partícipe de ella al pueblo trabajador, pues mantener los Puestos en Tirso significa luchar contra la represión, reivindicar los espacios populares, fomentar la cultura revolucionaria y continuar escribiendo la historia de nuestro Partido.

El PCPE y la JCPE no vamos a permitir que nos arrebaten el derecho adquirido tras décadas de presencia, que borren la historia que han escrito nuestros camaradas un domingo tras otro, que destruyan un espacio de cultura popular y tradición revolucionario. La bandera roja con la hoz y el martillo se queda en Tirso, que nadie lo dude.

Comité Regional de Madrid del PCPE

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