Según datos oficiales, la tasa de pobreza en 2019 en los Estados Unidos era de un 10,5%, unos 34 millones de personas. El 2020 habrá provocado un repunte significativo en esa tasa, medida en el umbral de unos ingresos por debajo de los 26.173 US$ anuales para una familia de cuatro personas. Obviamente, la estadística no cuenta las diferencias abismales entre territorios: no es lo mismo vivir en California que en Kentucky, pero ya sabemos cómo son las estadísticas.

El 8% de los estadounidenses, más de 26 millones de personas, no tuvieron acceso a la salud en todo el 2019. De esta estadística quedan excluidas las personas que tuvieron seguro médico al menos 1 día en lo transcurrido del año.

Cada año, más de 500.000 estudiantes de secundaria deben abandonar sus estudios, el coste medio de una matrícula universitaria está sobre los 23.000 US$ anuales y los costes de alimentación de un estudiante sobre los 10.000 US$, si además contamos los costes de materiales, libros y transporte, tranquilamente estudiar en una universidad media puede suponer unos 50.000 US$ anuales. Quien accede a estudios superiores y logra pagar toda la carrera, puede haber invertido unos 200.000 US$.

La tasa de obesidad en EEUU es del 42%. Es más barato comerse una pizza o una hamburguesa doble con queso y tocino que una ensalada.

En 2019, la población reclusa era de 2,3 millones de personas, la mayor tasa mundial.

Existen más de 2 millones de adictos a los opioides, 1 millón de adictos a la metanfetamina, 1,9 adictos al crack y a la cocaína. El negocio de la cocaína en los Estados Unidos mueve más de 150.000 millones de dólares.

El salario mínimo en los EEUU es de poco más de 1.400 dólares y el salario medio de un trabajador se estima en unos 36.000 dólares anuales. Alquilar un apartamento de una habitación en una zona popular de Nueva York cuesta unos 2.400 dólares al mes.

El 1% de los estadounidenses acapara más del 40% de la riqueza nacional.

El presupuesto militar directo de los EEUU es de 740.500 millones de dólares, un 3,2% del PIB. Además, hay que contar el presupuesto de la CIA, el FBI, la DEA y multitud de agencias que no computan en este rubro, pero que están implicadas en operaciones militares en el extranjero. Más el presupuesto en ciencia e investigación de doble uso.

El Departamento de Defensa cuenta con 738 mil civiles, más de 1.418.000 militares y 1.100.000 reservistas. 800 bases militares reconocidas en el extranjero, sin contar las bases secretas y las bases de doble uso que formalmente se cuentan como de los estados anfitriones.

Estos datos son una pequeña radiografía de la sociedad y del capitalismo estadounidense. El circo de las últimas elecciones presidenciales, las manifestaciones y disturbios contra el racismo, las milicias ultraderechistas armadas, los niños migrantes arrancados de sus familias y enjaulados con grilletes, el muro de México o los asesinatos de afroamericanos a manos de la policía, son otras expresiones del régimen “yankee”.

Estos datos son anecdóticos por separado, pero en su conjunto expresan la brutal crisis de la superestructura, reflejo de la crisis del capitalismo en EEUU. La mayor potencia capitalista está en una profunda descomposición social, cultural y, por supuesto, de sus bases económicas. Son incapaces de resolver y ofrecer nada, no solo al mundo, sino a sus mismos ciudadanos. La pugnas entre facciones de la oligarquía, cada vez más descarnadas, se volverán la norma. Trump no es la anécdota, es el síntoma.

Ferran N.

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