La guerra por la primacía mundial entre EEUU y China se manifiesta en varios frentes de batalla.

Uno de ellos es el liderazgo de la economía mundial. Hasta la irrupción de la pandemia, China mantenía un crecimiento económico mayor que los norteamericanos. En concreto, algo más de un 6 % frente al 2,2 %, lo que inexorablemente le ha ido acercando al PIB anual de EEUU.

Desde la llegada del COVID 19 y su diferente gestión y consecuencias en las economías del mundo, la superioridad China es más manifiesta, y por tanto, la competencia entre ambas potencias se ha agudizado y se ha inclinado aún más a favor del país asiático que en el 2º trimestre del 2020 registró un incremento del 3,2 % en su PIB, mientras que EEUU perdió un 31,7 %.

Esto ha explicado y explica parte del aumento de la tensión económico-institucional desatada principalmente por iniciativa del gobierno de Trump, frente a China, que está dejando clara su superioridad y capacidad en la planificación de la economía.

Pero es el frente por el control de la red 5G y la implantación de la Inteligencia Artificial la que puede elevar el conflicto a un nuevo escenario de violencia mundial.

El reconocimiento facial, el aprendizaje automático, los procesadores con inteligencia artificial o el desarrollo de aplicaciones o algoritmos son algunos de los elementos que componen la IA y que hasta hace bien poco lideraba Estados Unidos y cuya supremacía, China pone en peligro.

El uso de la inteligencia artificial podría contribuir a lograr un crecimiento global de alrededor del 4 % en los próximos 10 años. Por tanto, la parte económica, junto con las aplicaciones de la IA en otros campos como el militar, abona un nuevo escenario en la pugna por la hegemonía mundial y un aumento de la conflictividad interimperialista.

Entre los monopolios que actualmente se reparten el pastel del “big data” y la IA están las conocidas Apple, Facebook, Amazon, Microsoft o Nvidia. Sin embargo, la capacidad de intervención pública de China en su economía, le hizo presentar el "Plan de desarrollo de inteligencia artificial de nueva generación"  en 2017 por el que se marcaba el objetivo de convertirse en 2030 en líder mundial. Parece que el objetivo lleva camino de cumplirse bastante antes de lo previsto. Por ello, la Administración Trump anunció la inyección de 1000 millones de dólares para frenarlo.

Si ya en un escenario de hegemonía monopolística mundial, el imperialismo necesita la guerra y la explotación de los pueblos del mundo para mantener sus beneficios, en estos momentos de incertidumbre sobre la marcha de la economía y con China en una clara ventaja competitiva, los acontecimientos que pueden darse a nivel mundial son impredecibles, así como el nivel de violencia contra los pueblos.

La inversión y desarrollo de la inteligencia artificial en el resto del planeta, dada cuenta su importancia, se ha convertido es una de las prioridades, especialmente en Europa; pero sin duda, al igual que en otros sectores, la Europa del Capital, será subsidiaria y residual de lo que China y EEUU desarrollen, por lo que la política de alianzas y la pugna por los mercados cobrará mayor voracidad si cabe.

El resultado de las próximas elecciones por la presidencia norteamericana no marcarán grandes diferencias en la gestión de los bastardos intereses del gran capital, pero sí las estrategias y tácticas que pueda usar cada cual para intentar someter a la humanidad. Por ello, la solidaridad antimperialista es una de las herramientas básicas que debemos fortalecer en el presente y futuro inmediato.

Kike Parra

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