“Para los trabajadores no hay otra salida de la crisis que la revolución socialista”

Unidad y Lucha entrevista en esta ocasión al camarada Marco Rizzo, Secretario Nacional de Comunistas Izquierda Popular – Partido Comunista de Italia, con el que conversamos sobre la situación de la clase obrera y el movimiento comunista en Italia y en Europa.

Unidad y Lucha: Camarada Marco, vuestro Partido es muy joven. ¿Cuáles fueron las razones que hicieron nacer al CSP-PC?

Marco Rizzo: La necesidad de fundar un verdadero Partido Comunista, basado en el marxismo-leninismo, que pudiera actuar como la vanguardia organizada de la clase obrera después de la propia disolución del PCI (Partido Comunista Italiano) y del fracaso político de aquellos partidos que comenzaron el intento de “reformar” su tradición. Había llegado el momento de poner fin a un largo período de revisionismo y reformismo que había comenzado en el PCI incuso antes del eurocomunismo, de romper definitivamente con las desviaciones oportunistas del Partido de la Refundación Comunista y del Partido de los Comunistas Italianos para relanzar la lucha de clases por el socialismo-comunismo en nuestro país.

UyL: Has mencionado a dos partidos italianos que llevan el nombre “comunista” en sus siglas pero, en general, ¿cómo analizas la situación de los partidos políticos en Italia?

MR: En Italia, como en cualquier lugar, la política tradicional dentro de las instituciones parlamentarias tiene ahora poco peso. Este hecho lo confirma el número decreciente de votantes en las elecciones, como ocurre en los sistemas electorales ingleses y estadounidenses. Los órganos electos están vaciados de sus funciones constitucionales y sometidos al dominio del capital monopolista industrial y financiero, implementado por sus organizaciones imperialistas como el FMI, la EU o la OTAN. Hoy el bipartidismo, concretamente la alternancia de los gobiernos de centro-izquierda y centro-derecha, no parece ser suficiente para ellos. En el intento de asegurar la gobernabilidad de los actuales procesos de reestructuración capitalista para superar la crisis del capitalismo, están imponiendo una supercoalición, donde el centro-izquierda y el centro-derecha están gobernando conjuntamente, negándose abiertamente a cualquier tipo de oposición parlamentaria digna de dicho nombre. En esta involución autoritaria de la democracia burguesa, el Presidente Napolitano ha estado jugando un papel lamentable y preocupante, yendo más allá de sus funciones constitucionales.

Los partidos oportunistas que todavía mantienen la palabra “comunista” en sus siglas han concentrado toda su débil actividad política en el intento de tener unos cuantos asientos en el parlamento. Con este propósito, renegaron de su nombre y de los símbolos del Comunismo tanto en las elecciones de 2008 como en las de 2013, uniéndose a coaliciones heterogéneas y genéricas (la Sinistra Arcobaleno y Rivoluzione Civile) y teniendo la alianza gubernamental con el Partido Democrático como su único objetivo. Como resultado, no obtuvieron ningún asiento en el Parlamento. Su crack electoral ocurrió debido a su apoyo, e incluso participación, en anteriores gobiernos de centro-izquierda que, con su complicidad oportunista, hicieron mucho daño a las masas trabajadoras. Cuando aún estaban en el Parlamento, los falsos comunistas aprobaron las peores medidas políticas contra el pueblo promovidas por aquellos gobiernos: financiación de misiones de guerra, privatizaciones, reforma de la seguridad social reduciendo las pensiones y retrasando la edad de jubilación, represión sobre los derechos asegurados por los Convenios Colectivos Nacionales de Trabajo, recortes en sanidad, educación y transporte público... Podemos seguir mencionando más casos de traición a los trabajadores por este tipo de oportunistas, cuyo único objetivo es un asiento bien remunerado en algún lugar de las instituciones burguesas o, al menos, en los consejos de administración de los bancos y empresas capitalistas. Lo que queda del Partido de los Comunistas Italianos y del Partido de la Refundación Comunista parece que no ha aprendido la lección: hoy están trabajando por otro movimiento genérico “de izquierdas” para las Elecciones Europeas de 2014, en el que repetirán su previos y malos resultados, y seguirán mendigando la alianza con el Partido Democrático, cada vez más alejados de los trabajadores y de la realidad.

UyL: ¿Podrías explicarnos cuál es vuestro trabajo en el movimiento sindical?

MR: Hoy en día los trabajadores en Italia están fragmentados, políticamente aislados, ideológicamente confusos y apenas autónomos. Nuestra primera tarea es reconstruir la unidad de clase, haciéndoles entender que son una clase y que tienen intereses colectivos, independientemente de la categoría laboral a la que pertenezcan o del lugar de procedencia o del color de su piel. Es necesario devolverles su conciencia de clase y el sentido de su misión histórica: vencer al capitalismo y, liberándose ellos mismos, liberar a toda la sociedad de la explotación y la injusticia.

Para afrontar esta situación, estamos trabajando en crear el Frente Unitario de los Trabajadores en aquellos centros de trabajo donde sea posible. Esto no es un sindicato nuevo añadido a los existentes, sino una organización basada en una plataforma de clase, que debe unir a los trabajadores de cada categoría sobre la base de sus intereses comunes, inmediatos y concretos, independientemente del sindicato al que pertenezcan, con el objetivo de lanzar una ola incesante de lucha de masas efectiva para así rescatar los derechos laborales con una perspectiva política de derrocar al capitalismo.

UyL: ¿Y vuestra posición respecto a la política de alianzas en general?

MR: Tenemos que distinguir entre alianzas políticas y alianzas sociales y decir que las alianzas en general son sólo posibles en aquellos casos en que haya una base de objetivos comunes que las justifiquen. Respecto a las alianzas políticas, según experiencias pasadas, nos hemos dado cuenta de que, en Italia, éstas estaban determinadas por los puros cálculos matemáticos, inducidas por el sistema electoral mayoritario independientemente de los programas políticas de los partidos. Por cierto, ésta es la razón de la proliferación de partidos y de la inestabilidad parlamentaria. Nuestro programa político está orientado inequívocamente hacia el derrocamiento del capitalismo y a establecer la dictadura proletaria. Entre los partidos existentes ninguno tiene dicha orientación. No vemos razón alguna hoy para buscar, desde una posición minoritaria, una alianza con otros partidos que siguen considerando al capitalismo como su horizonte político. Además, no creemos en una vía parlamentaria hacia el socialismo, por lo que un compromiso para conseguir algunos asientos en el Parlamento no es de nuestro interés. No es una posición sectaria, simplemente entendemos que hoy no se dan las condiciones para alianzas políticas o electorales. Preferimos concentrar nuestros esfuerzos en desarrollar las alianzas sociales de la clase trabajadora con otros estratos populares, como el campesinado, los autónomos y pequeños empresarios, pequeños comerciantes, todas las capas medias de la producción que están siendo dañadas profundamente por la crisis capitalista. En este terreno estamos preparados para debatir y cooperar con cualquiera que quiera comprometerse seriamente en luchar por la defensa del trabajo, por la reconstrucción de la unidad de la clase obrera, por el derrocamiento del capitalismo. De este modo queremos desarrollar la lucha de masas y consolidar en torno a la clase obrera el bloque social que será capaz de actuar como el primer motor de la revolución socialista en Italia.

UyL: En las últimas elecciones generales italianas, un cómico (Beppe Grillo) obtuvo un gran resultado. ¿Cuáles fueron las razones por las cual ocurrió esto?

MR: Hasta finales de los 80 las masas habían participado activamente en política. Después de acontecimientos históricos como la caída del muro de Berlín, la desaparición de la Unión Soviética y del bloque socialista en Europa, la auto-disolución del Partido Comunista Italiano, el procesamiento de muchos líderes políticos de la llamada “primera república”, la larga época de los partidos de masas llegó a su fin. Las masas, desencantadas y confusas, se convirtieron en espectadores en vez de actores de la política. Su pasividad les hizo perder la autonomía crítica y se convirtieron en víctimas de la desinformación y de la influencia de los medios de comunicación burgueses. Esta condición subjetiva de las masas y la insostenibilidad objetiva de la crisis económica explican el éxito electoral de Grillo. Difundiendo un mensaje demagógico de protesta genérica que no está en contra del sistema capitalista, sino de sus supuestas distorsiones y mal funcionamiento, basándose en Internet y en el apoyo de algunas cadenas de TV, principalmente la cadena SKY de Murdoch, y periódicos como el Corriere della Sera, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Grillo logró recoger la insatisfacción popular en las elecciones generales de 2013. Fue una típico voto de protesta, inestable y volátil, como se demostró en las elecciones locales de hace varias semanas, en las cuales los votos del MSS de Grillo se redujeron casi a la mitad. Como todos los otros tipos de “indignados” en Europa y EEUU, el movimiento de Grillo actuó como una válvula de escape de la presión de la olla de la crisis capitalista, sin ningún proyecto serio de transformación revolucionaria de la sociedad.

UyL: La situación política en Italia es bastante inestable. ¿Hay alguna salida de esto para la clase obrera italiana y el pueblo italiano en general?

MR: La inestabilidad es sólo apariencia. Las intrigas parlamentarias, la conflictividad dentro de las coaliciones, las ambiciones personales o las remodelaciones de los gobiernos esconden la fuerte estabilidad de clase objetiva de la dominación burguesa. Italia es un país donde todo se cambia para que no cambie nada. En los últimos 20 años las coaliciones de centro-izquierda y de centro-derecha han gobernado 10 años cada una, alternándose en el timón del país y llevando a cabo prácticamente la misma política, dictada por los monopolios capitalistas que detentan el verdadero poder. Su apoyo y presión se mueve de una coalición a otra, dependiendo de su conveniencia coyuntural. Es un hecho que los gobiernos de centroizquierda han asegurado a los monopolios la posibilidad de dañar los salarios, las pensiones y los servicios sociales sin una reacción relevante de los trabajadores. La pasividad de los sindicatos, controlados por los partidos “de izquierda” en el gobierno y la complicidad de los partidos oportunistas han mantenido a las masas en calma. El problema real es que el capitalismo no es capaz de superar esta crisis económica sin incrementar la explotación y retirar más y más recursos del presupuesto del Estado, que hoy está prácticamente subvencionando a los monopolios y a la banca privada. Para gobernar este intento de reestructuración capitalista, insostenible para la clase obrera y el pueblo, la clase dominante está imponiendo un gobierno en el cual participan ambas coaliciones, la de centro-izquierda y la de centro-derecha, para garantizar el máximo consenso y la máxima estabilidad. En estas condiciones, la única salida para la clase obrera y el pueblo es la lucha de masas, consciente, organizada y disciplinada, no sólo para salvar sus derechos restantes, sino también para ampliarlos, para hacer que las contradicciones del capitalismo exploten y finalmente derrocarlo. Para los trabajadores, si no quieren aceptar el futuro de miseria y barbarie que el capitalismo estará preparando por ellos, no hay otra salida de la crisis que la revolución socialista.

UyL: ¿Hay alguna oportunidad para la clase obrera italiana dentro de la Unión Europea?

MR: Para la clase obrera italiana, así como para la clase obrera de otros países miembros, dentro de la UE sólo existe la posibilidad de estar más explotada, robada y privada de sus derechos. ¿Qué ha ofrecido el proceso de integración europea a los trabajadores? Nada más que pobreza creciente, paro, recortes en los gastos sociales para servicios imprescindibles, represión, etc. El pueblo trabajador está pagando las consecuencias de una crisis de la que ellos no son responsables, mientras que los bancos y monopolios privados se están haciendo cada vez más ricos. La Unión Europea hoy en día es la principal herramienta de explotación del capitalismo monopolista. A través de la UE, la burguesía de cada país miembro lleva a cabo su dominio sobre los trabajadores y los pueblos de Europa. Como conglomerado transnacional de Estados imperialistas, la Unión Europea conserva en su interior todas las contradicciones de la competencia interimperialista. Podemos entenderla como una pirámide, donde los países con una mayor concentración y acumulación del capital están en la cima. Sería un grave error hablar de un supuesto conflicto entre “el Norte rico” y el “Sur pobre”. Cada burguesía nacional, no importa si es del Norte o del Sur, utiliza la UE para explotar de forma más intensa al proletariado y participa con igual responsabilidad en robo y saqueo común, pero reparte el botín proporcionalmente según el peso y posición específica en la pirámide imperialista. Es lo que usualmente ocurre en todas las bandas criminales. Si permanecer en la UE no fuera conveniente para la burguesía nacional, se retirarían de ella muy rápidamente. Lo que conviene a la burguesía no conviene a los trabajadores ni a los pueblos. Por esta razón, luchamos firmemente en contra de la UE, por la salida de Italia de la misma, del euro, de la OTAN, con el objetivo de su desmantelamiento final. Al ser la UE una organización imperialista interestatal, creada soberanamente por la burguesía de todos los países miembros, no somos tan ingenuos como para pensar que es posible cambiar su naturaleza en el marco del sistema existente Para nosotros, la lucha por la salida de la UE está conectada dialécticamente con la lucha por la toma del poder de la clase obrera; es una condición necesaria, pero no una condición suficiente para avanzar hacia el Socialismo-Comunismo.

UyL: ¿Cuál es vuestra opinión sobre el Movimiento Comunista Internacional? ¿Puedes contarnos vuestras prioridades en esta área?

MR: Desgraciadamente, el MCI está atravesando una fase de desconcierto y desorientación ideológica. Algunos partidos, incluso algunos importantes, se están desviando hacia una línea de diálogo o incluso de colaboración abierta con los gobiernos burgueses, otros son parte activa del Partido de la Izquierda Europea. Nosotros pensamos que no debemos tener miedo, en nombre de un concepto malentendido de unidad del movimiento, a luchar firmemente contra estas tendencias oportunistas, tal y como Lenin nos enseñó. La unidad meramente formal no ayuda al movimiento ni a su lucha, mientras las semillas del oportunismo pueden abrir una brecha en el muro de la resistencia ideológica, política y social, impidiendo al movimiento pasar al contraataque. Es necesario alcanzar una unidad real sobre la base del marxismo-leninismo y de la praxis revolucionaria. Pensamos que un primer paso en esta dirección se dio en Bruselas a finales de septiembre con la fundación de la “Iniciativa de los Partidos Comunistas y Obreros sobre asuntos europeos”, a la cual nos unimos sin dudarlo y con una profunda convicción. Nadie tiene el derecho de decir que la “Iniciativa” rompe la unidad del Movimiento Comunista por excluir a algunos partidos a priori. La “Iniciativa” tiene unos principios y fundamentos claros y está abierta a todos los partidos que compartan el socialismo científico y estén dispuestos a luchar contra la UE y quienes la apoyan, como el PIE. La “Iniciativa” requiere a los comunistas que sigan siendo comunistas. A la inversa, los oportunistas han roto en primer lugar la unidad del Movimiento Comunista fundando el PIE, que exige a los comunistas aceptar el capitalismo y una nueva ola de reformismo sin límite. Su forma de pensar es verdaderamente curiosa: si los oportunistas se organizan fuera del Movimiento Comunista, todo está bien y todo el mundo debe aceptar esto como un hecho adecuado; si los comunistas se organizan dentro del Movimiento Comunista, los oportunistas se escandalizan. Parece un déjá-vu de los tiempos de la II Internacional, cuando la unidad se convirtió en pretexto para mantener a los partidos obreros bajo la bota del reformismo y del oportunismo.

Realmente pensamos que la “Iniciativa” hará nuestro análisis teórico más preciso y nuestra praxis política más efectiva, elevando las relaciones entre nuestros partidos desde un mero nivel consultivo a un nivel práctico coordinado que nos permitirá planear y llevar a cabo acciones conjuntas y convergentes. A pesar de su aparente carácter restrictivo europeo, la “Iniciativa” es el camino correcto para restaurar la unidad ideológica y organizativa del Movimiento Comunista, puesto que su experiencia y principios fundamentales pueden ser aplicados con éxito en situaciones similares en otras partes del mundo.

UyL: ¿Quieres contar algo más a nuestros lectores?

MR: Quiero saludar a todos los camaradas del PCPE y de la juventud, los CJC. Aún puedo ver la sala llena del mitin del 15 de diciembre de 2012 en Madrid, en la que tuve el honor de hablar y dar nuestros más calurosos y fraternales saludos de nuestro Partido. El comunismo es la juventud del mundo y será nuestro camino común. Deseo que tengáis éxito y victorias en todo este duro y glorioso trayecto.

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