La candidatura electoral de “Nueva Mayoría” encabezada por Bachelet ganó el pasado 17 de noviembre las elecciones presidenciales en Chile, aún así no logró evitar la segunda vuelta para diciembre.
No sería noticia de especial relevancia ya que el triunfo electoral socialdemócrata en las elecciones de la democracia burguesa es la norma, pero en este caso lo es por dos razones; en primer lugar por que ganó con el apoyo del PC de Chile y con miembros “comunistas” en su lista y porque el verdadero triunfo es el de la abstención, más de la mitad no quisieron ir a votar. Tampoco sería noticia destacada el viraje socialdemócrata del PC de Chile, ya que viene de lejos, pero si que es destacable la afición al parlamentarismo burgués de dicho partido ya que sin ningún tipo de remordimientos, una de sus representantes mediáticas no dudó en hacer público hace año y medio que “jamás haría campaña por Bachelet...nadie me asegura que su programa sea representativo de las ideas que el movimiento estudiantil ha planteado...esto no se resuelve con que yo sea candidata”. Camila Vallejo, autodefinida como comunista, no dudó en decir que la coalición Concertación por la Democracia era un “conglomerado neoliberal” y que “defendió, en muchos casos, un modelo que dejó instaurada la dictadura”, aún así, no han dudado en apoyar a la socialdemocracia. Hay que aclarar que la “concertación” es una agrupación de partidos que es uno de los pilares fundamentales de Nueva Mayoría y gobernó Chile durante años. La razón del apoyo comunista es “expulsar a la derecha” olvidando que con datos objetivos sociales y económicos, la socialdemocracia es la derecha en el movimiento obrero, es la ideología de la burguesía en el movimiento obrero. Seguro que los cantos de sirena llegarán pronto a estas latitudes para defender así el programa del buen capitalismo.