¡Americano, Inglés, Alemán, te recibimos con alegría!
¡Marroquí, senegalés, ecuatoriano, tú mejor quédate en tu casa que nos contagias!
Desde la fase de desescalada de esta pesadilla pandémica hemos visto cómo en los medios de desinformación se habla maravillas sobre el turismo y lo necesario que es para nuestro subsistir. Necesitamos abrir fronteras y recibir a los europeos guays para que dejen su dinerito en nuestra costa. Noticias y noticias sobre nuestra hostelería, vuelos y cuarentenas obligatorias para unos y no tan obligatorias para otros.
Siguiente noticia, pateras llegan a nuestras costas cargadas de personas positivas en Covid-19. De centenares de personas que cruzan estrechos, desiertos y lo que haga falta para sobrevivir hay dos que dan positivo. Hay que sacarlo en las noticias a bombo y platillo ¡Vienen a contagiarnos!. Nada se habla de los europeos positivos, solo de su buen dinero.
Es triste, muy triste. Hace poco veíamos la noticia, también expuesta a bombo y platillo de un pueblo de Murcia que insultaba a gritos a un grupo de migrantes argelinos a los que tuvieron que escoltar para no ser más agredidos y llevarles a otro lugar. Y por desgracia, este no es un hecho aislado. Migrantes retenidos en Hospitales de campaña, obviamente contra su voluntad, escoltados día y noche por policías, sin ni siquiera ser portadores del dichoso virus. Excusa perfecta, nuevos CIES vestidos de centros sanitarios.
Al principio de esta pandemia se inundó la caja tonta de anuncios que nos decían que saldremos siendo mejores de esta situación, que aprenderíamos y se convertiría este en un mundo de unidad y aplausos. No había que ser vidente para saber que efectivamente eso no iba a ser así. En un sistema en el que lo único que prima es la superioridad del hombre sobre el hombre estaba claro que no iba a convertirse esto en un anuncio de Benetton y no íbamos a salir abrazando a nuestros hermanos y hermanas negras, chinas, latinas, etc. Porque estaba claro, el culpable no iba a ser este sistema putrefacto e inútil que solo conlleva explotación y miseria y que es incapaz de dar sustento a las mayorías. Los culpables son los chinos, los culpables son los moros, los culpables son los negros. No solo se les expolia, asesina y mata de sed y hambre, sino que se convierten en dioses del Olimpo de la sección bandida que se encargan de robarnos el trabajo, las pensiones y que encima nos contagian.
Está claro, el racismo y la xenofobia está presente, muy presente. Muy presente en las Instituciones que autorizan, potencian y ordenan agresiones. Muy presente en el sistema sanitario que da de lado a las clases menos favorecidas, a las capas populares y a migrantes que no tienen dinero para pagar la supervivencia que sanitariamente necesitan. Muy presente en los medios de desinformación que se encargan de buscar culpables y así exculpar al verdadero lastre. El capitalismo tiene necesidad de chivos expiatorios para ocultarnos sus impudicias o para fraguar complicidades y mantener su dominación ideológica, y como ya expresó Malcom X hay que tener cuidado con los medios de comunicación del sistema que convierten a la víctima en verdugo y a los verdugos en víctimas.
Alba AK