Profesionales de la salud salieron a las calles de Francia para protestar contra la situación en los hospitales y las residencias de ancianos, que empeoró durante la pandemia.
Ayer martes tuvieron lugar más de 220 concentraciones en toda Francia. La convocatoria realizada por una docena de sindicatos y colectivos sanitarios llevó a las calles a personal de enfermería, médicos, camilleros, auxiliares, ayudantes de servicios y también chalecos amarillos.
En París miles de personas se concentraron frente al Ministerio de Sanidad para exigir más recursos para los hospitales públicos y más amplia financiación para todo el sistema de salud. Tras los aplausos que agradecían su sacrificada labor frente a la pandemia, el personal sanitario señala que con los aplausos no se come y es necesario un reconocimiento económico por parte del Gobierno.
“No se come con aplausos ni con bellas palabras. Se come y se vive bien en el trabajo con un salario bueno, con más personal y más material. Hay un tiempo para las palabras y otro para las respuestas, hoy es el tiempo de las respuestas. Hay que aumentar los salarios porque tenemos a un personal que es uno de los peor pagados de Europa”, sostuvo Philippe Martínez de la CGT.
“Hay que dejar de cerrar camas y hospitales porque la salud tiene que estar cerca del domicilio de la gente. El gobierno ha dado muchos miles de millones de euros a empresas privadas, puede hacer lo mismo o más para la salud pública”, agregó.
Por su parte Yves Veyrier del sindicato Force Ouvrière señaló "Una negociación es siempre en términos de resultados el producto de un equilibrio de poder".
La marcha en París estuvo marcada por la actuación de las fuerzas represoras, que en su línea habitual, lanzó gases lacrimógenos y según la agencia Reuters, a las 17:00 (hora local), había 24 personas detenidas.
Fuente: Redacción UyL. RFI.