El comité de empresa integrado por 9 representantes (ELA 6, CCOO 2, LAB 1) llamó a concentrarse en la mañana de este martes a las puertas del centro para exigir la sustitución de bajas, la recuperación de calendarios y una ratio que garantice un servicio de calidad. La reclamación de personal y una ratio suficiente viene de lejos, a la que se ha añadido la denuncia por las cargas de trabajo y la no cobertura de las bajas laborales y la denuncia ante la negativa de la empresa a flexibilizar los calendarios
Fruto de la crisis sanitaria se hace urgente la sustitución del personal de baja, pues al no hacerse se sobrecarga de modo desmedido sobre las trabajadoras de cada turno. Hay que pensar que si habitualmente estas cargas ya son excesivas y van en detrimento del cuidado de las personas, con el covid- 19 hay que cuidar a residentes aislados (que necesitan atención personalizada), trabajar jornadas completas con EPIs que dificultan mucho la labor diaria, añadiendo a todo ello la carga emocional que lleva soportando el personal durante esta crisis, por lo que según el comité dichas sustituciones no pueden demorarse más en el tiempo.
El pasado 31 de marzo por necesidades organizativas, y de manera temporal, la plantilla aceptó que se modificaran las rotaciones, turnos y calendarios, suponiendo esta modificación un gran esfuerzo en materia de cargas de trabajo y conciliación familiar. Dicha adaptación se aceptó para evitar la rotación de trabajadoras entre residentes y así evitar los contagios de COVID-19, coincidiendo esta medida con la supresión de visitas a familiares y el confinamiento total de residentes. En la nueva fase de la crisis, con la desescalada progresiva, se solicitó a la empresa a cobertura de bajas, así como recuperar el calendario normal. Solicitud que ha tenido la callada por respuestas.
Pero la situación es insostenible. La plantilla "está agotada física y psicológicamente" tras más de dos meses estando en la primera línea y las personas que viven en la residencia deben ser atendidas con el respeto y dignidad que se merecen. Las trabajadoras no pueden seguir en esas condiciones y se plantean que si las justas reivindicaciones no son atendidas no descartan más movilizaciones.
La titularidad de la residencia es de la Santa y Real Casa de Misericordia. Que haciendo honor a su nombre hace lo que le da su santa y real gana para sacar más misericordiosos beneficios a costa de explotar a la plantilla.
Fuente: Redacción UyL. ELA.